Convierte la contaminación en esculturas exóticas
Washed Ashore ha tomado esa basura, escombro dejado por el mar en la costa de Oregon, como sandalias y botellas, y construido 70 esculturas a gran escala que incluyen a Octavia la Pulpo, Edward la Tortuga Laúd y Daisy la Osa Polar.
- Alex V. Cipolle
- - Publicado: 09/4/2020 - 05:00 pm
BANDON, Oregon — Angela Haseltine Pozzi está parada hombro con hombro junto a Cosmo, un frailecillo coletudo de 1.80 metros de estatura, sobre un acantilado con vistas a la tempestuosa costa de Oregon.
Cosmo resiste el clima sin problemas, en vista de que está hecho de plástico y es una escultura de Washed Ashore, el grupo sin fines de lucro de Haseltine Pozzi.
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“Hemos limpiado 26 toneladas de basura de las playas, lo que no hace mella en el problema real de la contaminación, pero hacemos algo al crear conciencia y despertar a la gente”, dijo Haseltine Pozzi.
Washed Ashore ha tomado esa basura, escombro dejado por el mar en la costa de Oregon, como sandalias y botellas, y construido 70 esculturas a gran escala que incluyen a Octavia la Pulpo, Edward la Tortuga Laúd y Daisy la Osa Polar.
El bestiario —animales cuya salud está en peligro por la basura con la que fueron creados— ha sido exhibida en todo Estados Unidos, desde la Plaza de las Naciones Unidas, en Nueva York, hasta el Museo Nacional de Historia Nacional del Instituto Smithsoniano, en Washington, pasando por el zoológico de Tulsa, en Oklahoma.
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Haseltine Pozzi capacita al personal con un plan de estudios diseñado con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, que calcula que 8 millones de toneladas de plástico terminan anualmente en el océano. Los animales pueden quedar enredados en él o ingerirlo.
El grupo sin fines de lucro se inspiró en parte en el arte y la crianza llena de naturaleza de Haseltine Pozzi como hija de los artistas James Haseltine y Maury Wilson Haseltine.
También fue resultado de la tragedia personal. Haseltine Pozzi vivía con Craig Pozzi, su primer esposo, y la hija de ambos en Vancouver, en el Estado de Washington. Tras un diagnóstico erróneo, Pozzi murió a causa de un tumor cerebral en el 2004. Haseltine Pozzi recibió 2.4 millones de dólares en una demanda.
“Me mudé a Bandon porque era un desastre y tenía que averiguar cómo sanarme”, contó. De niña, solía visitar la casa de su abuela en el lugar. Se halló caminando por las playas y, en esta ocasión, encontró un sin fin de trozos de plástico.
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Decidió que iba a salvar al océano y que sería el legado de su esposo. Con dinero de la demanda, fundó Washed Ashore. Después de 10 años, emplea a 6 personas y ha trabajado con aprendices de arte y más de 10 mil voluntarios.
Un sábado reciente por la tarde, voluntarios unían con alambre plástico de color negro, blanco y anaranjado —los colores de un cóndor californiano. Haseltine Pozzi dijo que las esculturas no eran “arte comunitario improvisado” sino una comunidad que creaba arte en conjunto.
“Hacer el trabajo tiene que ser poderoso, y tienes que usar los elementos y principios del arte para transmitir ese mensaje”, dijo, al añadir, “quiero ser la voz de ellos”.
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