Científicos reconsideran los agujeros de gusano
Son otra predicción de la teoría de relatividad general de Einstein, que ya ha ofrecido maravillas como un universo en expansión y los agujeros negros, objetos tan densos que tragan la luz.
- Dennis Overbye
- - Publicado: 11/12/2019 - 06:00 am
En la ciencia ficción, los agujeros de gusano —túneles a través del tiempo y del espacio— son la manera preferida de viajar a través del universo.
En la vida real, un par de físicos sugirió recientemente que podría ser posible determinar si realmente hay una estación de metro cósmica al centro de nuestra propia galaxia. Allí es donde acecha un agujero negro supermasivo —una lápida cósmica invisible cuatro millones de veces más masivo que el Sol— envuelto en misterio detrás de las nubes polvosas de Sagitario.
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Los agujeros de gusano son otra predicción de la teoría de relatividad general de Einstein, que ya ha ofrecido maravillas como un universo en expansión y los agujeros negros, objetos tan densos que tragan la luz. Una versión sencilla de un agujero de gusano, llamado un puente Einstein-Rosen, consiste en un par de agujeros negros pegados espalda con espalda, cada uno apuntando a su propio ámbito del universo o universos y conectados por una “garganta” —el agujero de gusano.
Si los agujeros de gusano existieran, no te dejarían ir a ninguna parte, o siquiera enviar un mensaje. En el momento en que se intentara, el agujero de gusano lo aplastaría a uno.
Para evitar que un agujero de gusano implosionara, tendría que estar lleno de una sustancia exótica, en ocasiones llamada energía fantasma, que ejerciera gravedad negativa. Pero la mayoría de los científicos piensa que las leyes de la física prohíben una sustancia así.
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En su estudio, publicado el 10 de octubre en la revista Physical Review D, Dean Stojkovic, físico en la Universidad de Buffalo, y De-Chang Dai, de la Universidad Yangzhou, en China, imaginaron una capa de esta exótica energía fantasma comprimida alrededor de la entrada al agujero negro Sagitario, abriendo un agujero negro por el cual podría uno pasar sin peligro. Al tiempo que un objeto suficientemente pequeño se aproximara al agujero, y justo antes de que alcanzara el horizonte de sucesos, el punto donde no hay marcha atrás gravitacional, se encontraría en otro tiempo y lugar, quizás en otro universo.
Los autores propusieron que su experimento de pensamiento ofrecía una forma de probar si los agujeros de gusano realmente existen: la gravedad podría penetrar, sostienen.
“La gravedad es simplemente una propiedad del espacio-tiempo en sí, así que si agitas un extremo de ello, también lo percibirás en el otro extremo”, explicó Stojkovic.
Dai y sus colegas tienen una estrella en particular en mente para poner a prueba la idea: una estrella azul conocida como S2 que hace círculos cerrados alrededor del agujero negro sagitario, acercándose a 17.7 mil millones de kilómetros probablemente cada 16 años.
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Imagine que el agujero negro de la Vía Láctea, conocido como Sagitario A*, tuviera un agujero de gusano así, escribieron Dai y Stojkovic. Y la gravedad de estrellas u otros objetos en el lado opuesto pudiera filtrarse a través del agujero de gusano y jalar a S2 ligeramente fuera de su órbita.
Con unos cuantos años más de estudio, señalaron, los astrónomos podrán conocer la órbita de S2 con la suficiente precisión como para detectar un jalón así.
Aún si existe un agujero de gusano, los físicos dicen que quizás no podremos distinguirlo: hay suficientes cosas de nuestro lado del agujero de gusano que contribuyen al tambaleo de S2 que su turbulencia podría bloquear nuestra vista de las maravillas del otro lado.
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