Biólogos descubren nuevos comportamientos de los lobos en la vida animal
- Jim Robbins
Antes se creía que las manadas de lobos eran supervisadas por un macho alfa, de hecho, son matriarcados.
Hace 25 años, en marzo, 14 lobos de Canadá fueron liberados entre un mar de ciervos canadienses en una extensión escarpada de estepa de artemisas y bosques de pino en el Parque Nacional Yellowstone para ver qué sucedería.
Los lobos nuevos inmediatamente empezaron a hacer lo que hacen mejor: cazar presas. Lo que ha acontecido desde entonces es un drama social y ecológico extraordinario y continuo que ha cambiado la forma en que los biólogos piensan en los depredadores y en los animales que acechan.
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También ha transformado el parque más antiguo de Estados Unidos, redimido la imagen de los lobos e inspirado experimentos similares de fauna por todo el mundo.
Los lobos fueron borrados del parque y del resto del norte de las Montañas Rocosas en una campaña continua en la que se les cazó, envenenó y capturó a principios del siglo 20. Eran vistos como una plaga, odiados por cazadores y dueños de ranchos que temían por su ganado.
Pero gracias en gran parte a su reintroducción a Yellowstone, un parque en su mayoría en Wyoming, los biólogos han llegado a entender el rol de los lobos para mantener el balance ecológico del parque. Sin embargo, lo que distingue más que nada el regreso del lobo a Yellowstone es que la vida diaria de las manadas de lobos está totalmente a la vista.
“Es una enorme historia de éxito del Servicio Nacional de Parques”, afirmó Douglas W. Smith, quien llegó a Yellowstone en 1994 para supervisar el regreso del lobo y ha estado allí desde entonces.
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En otros lugares, los biólogos de lobos deben llegar a áreas remotas vía avioneta, canoa o caminata y recorrer a hurtadillas los bosques para espiar a los lobos. En Yellowstone, “puedo ir en automóvil a ver lobos con una taza de café en la mano”, dijo Smith.
En la época en que fueron liberados los primeros 14 lobos, en 1995, unos 20 mil ciervos canadienses poblaban la cordillera norte del parque. Con pocos depredadores, los ciervos tenían décadas de devorar todo lo que fuera verde.
Hoy la población de ciervos canadienses totaliza entre 6 mil y 8 mil. Los lobos ahora suman unos mil 500 en Montana, Idaho y Wyoming, con 350 a 400 en Yellowstone y sus alrededores. Fuera de Yellowstone, pueden ser cazados.
Los lobos trajeron consigo un sinfín de sorpresas, aportando verdades importantes a nuestro conocimiento sobre la vida de un animal que probablemente genera más odio y amor —y mitología— que cualquier otro.
Entre los descubrimientos: los investigadores de lobos de Yellowstone creen que las manadas de lobos, que antes se creía que eran supervisadas por un macho alfa, de hecho, son matriarcados. Además, las personalidades de los lobos juegan un rol biológico. Cuando una hembra alfa distinta asume el control de una manada, cambia la caza y otras dinámicas.
Los biólogos han observado mientras las manadas atacan las madrigueras de rivales y matan a sus crías. “La labor que hemos hecho antes nunca arrojó nada como esto”, señaló L. David Mech, científico de investigación para el Servicio Geológico de Estados Unidos, quien tiene 60 años estudiando a los lobos.
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Los lobos también cambiaron la vida de otros animales salvajes. Una de las 10 manadas del parque caza a un ciervo canadiense aproximadamente cada tres días —los biólogos han documentado 5 mil muertes— y los beneficios de varios cientos de kilos de carne en el suelo se extienden por el ecosistema, alimentando a especies desde osos pardos hasta ratones y cuervos.
Las historias de algunos lobos son bien conocidas. “Hemos visto algunas personalidades extraordinarias”, dijo Smith. Tome por ejemplo la historia de Lobo 21, que se apareó con Loba 42.
“La gente creía que 21 era un tremendo espécimen físico y que también tenía gran sabiduría y compasión”, explicó Smith. Cuando 42 murió en un ataque de una manada rival, 21 “regresó al lugar donde fue visto con ella por última vez y no dejó de aullar. Nadie creía que los lobos lloraran una muerte”.
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