Aumentan las amenazas para el salmón silvestre
- Jim Robbins
Trece especies de salmón y trucha arcoiris están registradas como amenazadas o en peligro de extinción en la cuenca del Columbia, un área que incluye partes de Idaho, Oregon, Washington, Montana y Columbia Británica.
NORTH FORK, Idaho - El Río Middle Fork Salmon, uno de los más salvajes en Estados Unidos, es hábitat de primera para peces. Las aguas frías y claras del deshielo salen con fuerza de las Montañas del Río Salmón y entran al río tapizado de rocas, que está protegido por el Gobierno.
Los últimos salmones chinook que desovan en primavera-verano llegaron aquí en junio tras un viaje épico nadando mil 300 kilómetros contracorriente. Ahora los grandes peces —que pueden pesar hasta 14 kilos— están terminando sus rituales de cortejo. El próximo año, habrá una nueva generación de salmón chinook.
Pese a este refugio en la montaña de 180 kilómetros, los peces que durante infinidad de generaciones han regresado aquí para reproducirse y luego morir están en grandes problemas.
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Entre 45 mil y 50 mil chinook de primavera-verano desovaban aquí en los años 50. Hoy, el promedio es de unos mil 500 peces, y va a la baja. Y no sólo aquí: los peces nativos están en caída libre por toda la cuenca del Río Columbia, una situación tan alarmante que muchos grupos están exhortando a la eliminación de cuatro grandes presas para evitar la pérdida de peces.
“El Río Columbia alguna vez fue el hábitat más productivo del chinook silvestre en el mundo”, dijo Russ Thurow, científico de investigación de pesca del Servicio Forestal de EU.
“Ahora a estos peces les quedan quizá cuatro generaciones antes de que desaparezcan”, indicó. “Quizá 20 años”.
Trece especies de salmón y trucha arcoiris están registradas como amenazadas o en peligro de extinción en la cuenca del Columbia, un área que incluye partes de Idaho, Oregon, Washington, Montana y Columbia Británica. El salmón es crucial como fuente alimenticia para animales, desde osos hasta águilas e insectos.
Ese grupo de beneficiarios incluye una población en peligro de orcas a lo largo de la Costa Oeste que sobrevive comiendo hasta 30 chinooks al día en invierno y primavera.
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Muchos expertos creen que las orcas están muriendo de hambre en gran parte por la disminución del salmón silvestre.
“Lo mejor que se puede hacer para llevar más chinook de primavera a las orcas es retirar esas cuatro presas inferiores”, dijo Don Chapman, científico de pesca jubilado. “Matan a demasiados peces jóvenes que van con la corriente y a algunos adultos que van de regreso”.
El salmón está nadando en aguas cada vez más cálidas con consecuencias inciertas, arroja un estudio reciente. Eliminar las presas también ayudaría a mantener más fresca la temperatura del agua a medida que cambia el clima, señaló Chapman.
El chinook, o salmón real, es el miembro más grande de la familia de los salmones en América del Norte. Hace una migración épica de miles de kilómetros por el Río Columbia hasta las Islas Aleutianas de Alaska, y luego de regreso a las Montañas Rocosas.
Se cree que antes del siglo 20, entre 10 y 16 millones de salmones adultos y truchas arcoiris regresaban anualmente al sistema del Río Columbia. El actual regreso de peces silvestres es de un 2 por ciento de esas cifras, según algunos cálculos.
Si bien la agricultura, la tala y en especial la pesca comercial de salmón a principios del siglo 20 cobraron factura, el mayor impacto a los peces silvestres proviene de ocho grandes presas, cuatro en el Columbia y cuatro en el Río Snake, un importante tributario.
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Las cuatro presas del Río Snake elevan las temperaturas del agua y bloquean las rutas migratorias de viaje, lo que aumenta la mortalidad de los peces.
El cambio climático también ha elevado las temperaturas del agua de ríos y océanos, lo que puede ser mortal para los peces. En el 2015, por ejemplo, las aguas inusualmente cálidas causaron la muerte de 250 mil salmones rojos.
Los expertos han intentado aminorar la pérdida de los peces silvestres del Columbia instalando escaleras que permiten a los peces nadar alrededor de las presas y colocándolos en barcazas o camiones para transportarlos alrededor de las presas. Los esfuerzos no han detenido la disminución, aunque se han gastado más de 16 mil millones de dólares en la recuperación durante las últimas décadas.
Ahora la mayoría de los científicos está a favor del retiro de las presas.
Las agencias federales responsables de administrar las pescas en el Columbia sostienen que quitar las presas del Río Snake no es crucial para la supervivencia del salmón y que los peces de granja han compensado la pérdida de los peces silvestres del río para las orcas.
Los que quieren conservar las presas apuntan a las cambiantes condiciones del océano como un factor importante en la disminución del salmón.
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