Atlantis Books: una librería que encierra mitos propios
En el proceso, se corrió la voz de que también escritores visitantes podían pasar noches de verano escribiendo y dormitar ahí, y el propietario comenzó a recibir correos electrónicos solicitando una litera en la colonia de escritores más deslumbrante del planeta, en una isla que Platón creía era la ciudad perdida de la Atlántida.
- Jason Horowitz
- - Publicado: 31/1/2020 - 03:00 pm
SANTORINI, Grecia — Sobre una pared que se eleva sobre las primeras ediciones, mapas viejos de esta isla volcánica y una pantalla para lámpara de lino manchada, una cronología pintada traza la evolución de Atlantis Books de una noción surgida entre tragos en el 2002 a una de las librerías más encantadoras de Europa.
Una terraza tiene vistas al Mar Egeo. Hay libreros que se abren para dejar al descubierto camas altas donde los trabajadores pueden dormir.
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En el proceso, se corrió la voz de que también escritores visitantes podían pasar noches de verano escribiendo y dormitar ahí, y el propietario comenzó a recibir correos electrónicos solicitando una litera en la colonia de escritores más deslumbrante del planeta, en una isla que Platón creía era la ciudad perdida de la Atlántida.
Sin embargo, el programa de escritores residentes también era un mito griego.
“La idea no era venir aquí a escribir la gran novela estadounidense, era vender libros”, dijo Craig Walzer, propietario de la tienda. “Primero que nada estás aquí por la librería”.
Durante los últimos 15 años, al tiempo que las multitudes de los cruceros han infestado el poblado de Oia, en el extremo norte de Santorini, Atlantis Books se ha convertido en un oasis de autenticidad y cordura cultural. Páginas amarillentas y estantes creados con madera encontrada en la playa emiten un olor rancio. Clientes esquivaban a la perra de la tienda, Billie Holiday. Compradores hojeaban ficción, poesía, ensayos y rarezas.
La tienda se ha convertido en una atracción turística. Esto le resulta particularmente extraño a Walzer, quien durante años llamó hogar al acogedor lugar. Alternaba entre camas. Una está oculta detrás de estantes que ahora exhiben ejemplares de “La Odisea”, de Homero. La otra se sitúa sobre la sección alemana. Ese punto estaba ahora ocupado por una empleada, Katie Berry, de 22 años, egresada de la Universidad de Harvard, quien hace poco pasó ahí su tercer verano.
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Aquí claramente fue donde inició la leyenda del escritor visitante, y Walzer, quien se mudó a un poblado vecino en el 2017, quiso dejar algunas cosas en claro.
Él, de 38 años y originario de Tennessee, opera la librería, no un diminuto anciano británico a quien muchos piden conocer. Atlantis no es la librería más vieja y pequeña en Europa. Ernest Hemingway no escribió ahí.
Y no obstante, la historia de Atlantis no está desprovista de elementos míticos. A Walzer y a un amigo se les ocurrió la idea durante una visita a la isla, cuando se tomaban unas vacaciones de la Universidad de Oxford en el 2002.
Una ubicación original era debajo de un castillo del siglo 13 y los fundadores, por un tiempo, vivieron en las ruinas de la casa de un capitán.
El propio Walzer representa al héroe atormentado.
En el 2005 dejó la isla, se inscribió en la Universidad de Harvard, abandonó luego sus estudios y entonces “vivió en la clandestinidad” en Nueva Orleans. Encontró su camino y regresó a Santorini, y a su librería, de forma definitiva en el 2011. La supervivencia llevó al éxito, pero al tiempo que la tienda prosperaba, la suerte inmobiliaria se hizo presente. En el 2015, sus renteros amenazaron con el desalojo a menos de que Walzer consiguiera un millón de euros como contraoferta para un comprador potencial del edificio.
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Walzer no ha vuelto a oír de los temidos renteros. Todavía opera sin un contrato de arrendamiento.
“Un día, sonará la campaña”, dijo. “Pero hoy no, porque es domingo en la tarde”.
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