Amazonia corre el riesgo de iniciar ciclo autodestructivo
- Max Fisher
La mitad o más de la selva tropical podría erosionarse y convertirse en sabana, y entonces la selva tropical que durante mucho tiempo ha absorbido los gases de efecto invernadero del mundo, podría, en lugar de eso, comenzar a emitirlos.
Un creciente número de científicos está haciendo sonar la alarma sobre un escenario de pesadilla en el que gran parte de la selva tropical más grande del mundo podría desaparecer.
El cambio climático, junto con incendios y otras fuerzas creadas por el hombre, parece estar listo para desencadenar un cambio significativo en las condiciones meteorológicas de la Amazonia.
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Si sucede, la Amazonia cruzaría un punto de inflexión y comenzaría a autodestruirse —un proceso de deforestación autoperpetuada llamado extinción paulatina del bosque.
La mitad o más de la selva tropical podría erosionarse y convertirse en sabana, y entonces la selva tropical que durante mucho tiempo ha absorbido los gases de efecto invernadero del mundo, podría, en lugar de eso, comenzar a emitirlos.
Thomas Lovejoy, un científico ambientalista, dijo que él y Carlos Nobre, un científico en Brasil, habían llegado al mismo cálculo del momento en que se cruzaría ese umbral: con 20 a 25 por ciento de deforestación. El Gobierno brasileño calcula que la deforestación de la Amazonia ya se halla en 19.3 por ciento, aunque algunos científicos consideran que este conteo es reducido. “Está muy cerca”, dijo Lovejoy.
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El mundo podría mirar al pasado y descubrir las advertencias de una catástrofe ecológica embebidas en investigaciones como la encabezada por Jennifer Balch, una experta en incendios.
Antes de que Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, supervisara el drástico incremento en incendios de creación humana de este verano en la selva tropical, Balch y sus colegas se propusieron estudiar lo que en ese entonces era un fenómeno todavía inusual.
Sometieron parcelas de selva tropical a una década de incendios pequeños, pero repetidos, como los que inician los agricultores. Después de suficientes ciclos, incluso si los incendios causaban sólo daño moderado, si se reducía la precipitación, los árboles comenzaban a morir en cantidades enormes. La proporción de flora que moría tras un incendio se disparaba de forma repentina, de entre 5 y 10 por ciento al 60 por ciento —una muerte ecológica súbita.
Este proceso parecía encajar en un ciclo más grande —uno que involucraba a toda la selva tropical, desencadenado por cuatro fuerzas creadas por el hombre: carreteras, incendios, hierbas invasoras y cambio climático.
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Lo que hace que esas fuerzas sean tan peligrosas no es que exterminan árboles —es que reducen la precipitación. En una selva tropical sana, la flora absorbe el agua de lluvia y el agua subterránea, y luego la sudan de vuelta al exterior hacia la atmósfera como humedad, lo que propicia más lluvia.
Una vez que inicie el ciclo de extinción paulatina del bosque, es probable que no haga más que acelerarse.
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