Goran Bregovic rehabilita el reggaetón rumano
- Colombia
- - Publicado: 20/3/2011 - 02:06 am
Al denostado "manele", una especie de reggaetón rumano de ritmos orientales pegadizos y letras de amor y dinero, le ha salido un aliado inesperado. El célebre y reconocido músico balcánico Goran Bregovic colaborará en su próximo disco con la estrella "manelista" Florin Salam.
"Goran considera que el 'manele' es el mejor estilo de música que tiene Rumanía, y Salam, el mejor vocalista y compositor del género", dijo a EFE Anca Pop, que representa a los dos artistas en esta colaboración.
Grandes admiradores del balcanismo underground de Bregovic son detractores del "manele", por lo que tienen ahora un problema con el argumento de autoridad del maestro Goran. "No me lo creo", "asqueroso", "patético", son las reacciones de algunos de ellos.
Los comentarios en las redes sociales a la colaboración de ambos artistas van desde la incredulidad a la decepción, con acusaciones a Bregovic por legitimar una subcultura dañina para la sociedad por su zafiedad.
Otros detractores del "manele" demuestran más cintura, aplauden el experimento y descubren de repente, al calor del prestigio incontestable de Bregovici, el talento de Salam, de 31 años.
Extremadamente popular entre los jóvenes del medio rural y los extrarradios menos favorecidos de las grandes ciudades, el "manele" sufre la censura de las radios comerciales y el abierto desprecio de todo rumano que se considere refinado.
Sus letras fáciles y hedonistas de amor, dinero, conquistas sexuales y desafíos de barrio al estilo del reggaetón o el hip hop americano resultan intolerables para un público cultivado que pierde sensibilidad cuando el mismo mensaje viene del extranjero.
"Hace años que sufro por esto, por este odio espiritual", dice Salam en un vídeo difundido recientemente, sobre su encuentro con Bregovic en su casa de Bucarest.
"Nosotros trabajamos, somos a nuestra manera personas con talento, ayudamos a nuestros hermanos, a nuestros padres, a nuestros niños... trabajamos, hemos nacido para cantar, cada uno como puede", explica Salam, visiblemente emocionado por la presencia de su nuevo padrino.
Interpretado casi siempre por cantantes y músicos gitanos como el propio Salam, el "manele" resiste admirablemente pese al estigma social. Sus ritmos turcos y balcánicos suenan a todas horas en taxis, mercados y talleres de todo el país.
Es difícil encontrar un rumano que no haya movido sus caderas al son cadencioso de una "manea". Presentes con sus canciones en cualquier boda que se precie, los músicos "manelistas" tienen el caché más elevado en este tipo de eventos.
El propio Florin Salam actuó recientemente en una boda celebrada en España, donde el "manele" ha llegado de la mano de la numerosa comunidad de rumanos inmigrada en los últimos lustros.
Los músicos "manelistas" vienen sin excepción de la música tradicional gitana, pero la naturaleza promiscua y comercial actual les priva del crédito de la autenticidad del que gozaban antes.
El reconocimiento de un músico de culto como Bregovic supone un golpe sin precedentes a la línea de flotación del "antimanelismo" urbano y joven. En pocas semanas, a primeros de abril, la música de Salam se escuchará en dos canciones del álbum producido por Bregovic "Champagne for gypsies" (Champán para los gitanos).
Estadios, salas de conciertos, teatros y auditorios se abrirán al "manele" en ciudades que sólo lo habían oído en obras y bares para inmigrantes. Rico y famoso, Salam da, de la mano de Bregovic, su primer paso hacia el éxito internacional.
"Salam y el 'manele' dejarán huella en la música europea de nuestro tiempo, estoy convencido de ello", dice Bregovic en casa del "manelista". Tomados los suburbios rumanos y de medio mundo, el "manele" se lanza con paso firme a la conquista del globo.
Marcel Gascón
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