El Metrocable de Medellín se erige como un modelo de integración urbana
- Medellín (Colombia)
El Metrocable de Medellín (noroeste), un sistema de teleférico masivo que salva enormes desniveles, se ha convertido en una solución viable para conectar los barrios marginales ubicados en laderas de montaña con los centros urbanos de las ciudades latinoamericanas.
La apertura hace un año de la segunda línea operativa, que lleva hasta la Comuna 13, en el noroeste de la ciudad, ha logrado que los habitantes de este intransitable paraje masificado y apenas asfaltado puedan sentirse parte de Medellín.
Ciudades como Río de Janeiro y Caracas, con "favelas" o "barrios" de millones de habitantes que viven de espaldas a la metrópoli, ya mostraron su interés por este sistema revolucionario de tecnología francesa y muy bajo coste.
La línea de la Comuna 13 tiene una longitud de 2,7 kilómetros y capacidad para transportar por hora a unas 25.000 personas a través de cuatro estaciones, en un recorrido de apenas 11 minutos.
Varios pilones, levantados sobre las escarpadas laderas de la loma, funcionan como nexos de unión de un sistema de cableado de acero que sostiene 90 cabinas para ocho personas cada una.
Al pie de la montaña, en la parte que linda entre la Comuna y el resto de la ciudad, el Metrocable se une a la red de Metro de Medellín.
De esta manera, muchos ciudadanos han podido cambiar su modo de vida, trabajar en el centro administrativo y salvar escalinatas interminables de hasta 600 peldaños.
Medellín fue considerada, entre los 80 y los 90 del siglo pasado, como la ciudad más peligrosa del mundo, con una media de hasta 6.500 homicidios anuales.
La guerra en Colombia tuvo su capítulo urbano más sangriento en las calles de la capital del departamento de Antioquia, y la Comuna 13 fue la más violenta de entre todas a causa de la confluencia de narcotráfico, guerrilla y paramilitares.
La fuerza pública no existió en este barrio, que acoge a 130.000 personas, hasta la cruenta "Operación Orión", realizada a finales de 2002, un enorme operativo militar con un saldo de decenas de muertos y la entrada de la policía en el sector.
"Estamos recuperando una deuda social que teníamos desde hace muchos años (...) porque el Estado perdió credibilidad en ciertos procesos", explicó a Efe José Fernando Jaramillo, coordinador de arquitectos del Proyecto Urbano Integral (PUI) de la Comuna 13.
La municipalidad, liderada por el entonces alcalde Sergio Fajardo, invirtió cerca de 45 millones de dólares en levantar este Metrocable, que siguió a la experiencia exitosa de la línea que lleva a Santo Domingo Savio, otra comunidad marginal.
En total son 361 los millones de dólares que la Alcaldía destinará a la remodelación del barrio aprovechando el impacto del Metrocable.
De momento, ya se ha logrado construir una moderna biblioteca, crear parques públicos, complejos deportivos y centros de salud, además de rehabilitar algunas de las maltrechas escuelas públicas del sector.
"Hace 25 años que vivo aquí y este era un lugar totalmente inhóspito. Las vías de acceso eran caminos. Existía mucha violencia hasta la 'Operación Orión', cuando llegó el Estado y comenzó a invertir en estos barrios tan marginados", dijo a Efe Luz Marina Giraldo, líder comunitaria del barrio.
La Comuna 13 "ha ganado en dignidad y ha mejorado la calidad de vida, antes no había prácticamente esperanzas, para mí es un milagro", agregó.
Medellín estudia ahora la instalación de dos nuevas líneas que supondrían la incorporación de más comunidades a la vida ciudadana.
El Metrocable, un sistema exportable a diferentes lugares del mundo gracias a su bajo coste y su versatilidad estructural, se ha consolidado como un modelo válido de integración social.
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