Unos 20 mil panameños no aparecen registrados
Publicado 2003/03/09 00:00:00
- Ginebra
El número de menores y personas sin identidad en el país podría ser superior a los 20 mil ciudadanos, reveló el defensor del Pueblo, Juan Antonio Tejada. Indicó que se realiza un estudio auspiciado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el cual se desarrolla en ambas fronteras donde se ha encontrado gran cantidad de personas sin documentos de identidad. "Se trata de niños, niñas, gente joven e incluso adultos que no tienen identidad porque jamás han sido reconocidos por sus padres", añadió.
Detalló que sólo en las comunidades indígenas próximas a la frontera con Costa Rica se encuentra un grupo denominado "chiritico" que supera las 15 mil personas. "Creemos que la cifra está muy superior a eso, pero en dos meses se podrá contar con el resultado final del estudio", planteó.
Sostuvo que esto tiene un impacto significativo porque al no contar con una cédula las personas no pueden acceder a los servicios públicos básicos, lo que limita su desarrollo. Unas 15 mil personas conforman hoy la lista de la que pareciera ser una "nueva nacionalidad": los "chiriticos", aquellos cuyas madres, en ausencia de un adecuado centro de salud en la comunidad de Renacimiento, han nacido en el vecino país de Costa Rica.
Un informe de Italo Antinori, primer defensor del Pueblo, señala que la situación surgió en el año 1962, cuando las familias se trasladaban a Renacimiento para cosechar café, plátanos, pimentón y tomate, como medio de subsistencia.
A falta de un centro de salud que permitiera traer al mundo a una criatura en las mínimas condiciones de seguridad, las mujeres empezaron su traslado hacia el Hospital San Vito de Coto Brus en el lado tico.
Cuando se realizan los trámites por primera vez, la persona no debe pagar, sólo cancelar B/.30 por la autenticación de documentos por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores. El problema de falta de identidad de los conocidos "chiriticos" se está arreglando a pesar de que existen muchas familias pobres que no pueden pagar por autenticar documentos.
Fue así que López recibió un sólido entrenamiento: desde formación en administración, leyes, disciplina, ejercicio físico. Según indica López, la situación no era nada fácil, mucho menos para las mujeres. La competencia era difícil entre tantos varones. La disciplina y el proceso de enseñanza resultaron complejos. Fueron cuatro años de intenso estudio a través de los cuales la férrea voluntad de López se impuso ante todos los pronósticos que vaticinaban su posible deserción. Ocupó los primeros lugares de honor y logró alcanzar la distinción de Alférez Mayor, que es el puesto número uno de una Academia Policial en el extranjero.
A su regreso a Panamá comenzó su desempeño en distintas labores: la Policía de Menores, la Dirección de Información e Investigación Policial a través de distintos cargos: la recolección de datos e historial policial e investigación de seguridad personal y desde hace años se desempeña como jefa de la Unidad Canina, cuya misión es velar, supervisar las actividades relacionadas con el adiestramiento del personal humano y de los perros que detectan drogas. El personal recibe formación para adiestrar perros que trabajan en detección de narcóticos, explosivos, protección y rescate. Se cuenta además con una escuadra de Relaciones Públicas, la cual es el contacto directo con la ciudadanía.
Señaló que la oportunidad brindada por la institución es significativa ya que permite que tanto hombres como mujeres pueden demostrar su capacidad profesional. Sí podemos hacer nuestro trabajo y estamos bien evaluadas por nuestros compañeros, indicó con muestras de evidente orgullo profesional. Agregó que los varones aceptan -por disciplina y subordinación- que las mujeres dirijan un departamento de la institución. Destacó que las mujeres dentro de la Policía son conscientes de saber los momentos en los cuales se requiere la participación directa de los varones.
Reconoció que lo más difícil para el personal femenino en la Policía es ser un verdadero ejemplo de las unidades bajo su mando. La "mayoría de ellos" están pendientes de nuestro comportamiento, admitió López, y es por eso que tratamos de ser un buen espejo para los demás.
Los grandes sueños profesionales de la capitana Liliana López es seguir estudiando su carrera universitaria. Quiero estar a la vanguardia de todo lo que acontece en el mundo para el mejoramiento de la institución, reiteró. Estos pensamientos la han llevado a concluir una licenciatura en Administración de Negocios. No conforme con este peldaño profesional su nueva meta es ingresar a una maestría en Administración de Recursos Humanos. El talento no es asunto de sexo, sino de capacidad y compromiso profesional, advierte al pasar revista a una excelente escuadra de perros, de cuya pericia depende- en gran medida- la seguridad ciudadana en todo el territorio nacional.
De acuerdo con la Mayor Angélica de Celis, directora de Policía de Menor y Adolescente, se trata de un cargo novedoso que le permitirá atender labores de orientación y prevención de situaciones de riesgo en la que se ve involucrada la niñez y la adolescencia en Panamá.
Luego de 18 años de servicio profesional, su ingreso a la Policía ocurrió de forma fortuita. Trabajaba en labores de capacitación en el Ministerio de Educación y pudo conocer los programas de la institución uniformada. Le hicieron invitación formal para ingresar, reto que aceptó.
Posteriormente, realizó estudios de especialización en caballería en Perú. Se gradúo con altos honores como Oficial de Caballería. Al integrarse a la Policía en 1990 se le llamó para desempeñarse como directora de Protocolo y Ceremonial. Luego ocupó el cargo de subdirectora de Recursos Humanos de la Policía Metropolitana. Luego se especializó en Colombia en Servicios de Policía de Menores. Además, se desempeñó como jefa de Seguridad del Centro Femenino de Rehabilitación Femenina. Desde el año 2001 ocupa su nuevo cargo.
Se mostró preocupada de la situación por la que atraviesan los menores y su vinculación con las drogas. Explicó el nuevo programa de prevención DARE que capacita a la niñez y adolescencia a la resistencia contra el uso de drogas y el alcohol. Se trata de integrar a los padres y madres de familia y la comunidad educativa para que apoyen a sus hijos a enfrentar el problema.
Sobre su condición de mujer, María Angélica sustentó que en ningún momento se ha sentido limitada. Cada ser humano se forja su propio destino, explicó. La institución ha marchado a la vanguardia de los cambios para lograr la equidad de género, advirtió. Me siento muy satisfecha de poder forjarme como profesional en un escenario formado en un 80% por hombres.
Su vida familiar ha sido exitosa. Confiesa con gran satisfacción su papel de madre de dos hijos, esposa, abuela y profesional. Recordó su sólida formación cristiana, la cual le permite valorar la importancia de la familia en la formación de los valores morales.
Indicó que el papel de las mujeres en el siglo XXI es lograr el equilibrio entre las funciones de amas de casa, los retos profesionales y su condición de esposa. "He disfrutado plenamente todos mis roles" ... confesó con profunda convicción.
Según explica, el secreto de la felicidad y del triunfo es creer y amar lo que se hace por sencillo que sea. Sea hombre o mujer, las responsabilidades se complementan. Destacó la importancia de su matrimonio de 30 años y el compartir inquietudes y mantener una gran comunicación.
Reflexionó sobre la crisis de los valores éticos y morales de la sociedad panameña. La función que cumple la mujer en sus distintas facetas es primordial. Las mujeres tenemos un ángel y un carisma que les hace falta a los varones. Tenemos un reto grande que cumplir en nuestras nuevas generaciones. Estamos viviendo el mejor momento para que la mujer desarrolle todas sus habilidades y capacidades. Y lo seguiremos haciendo bien.
Detalló que sólo en las comunidades indígenas próximas a la frontera con Costa Rica se encuentra un grupo denominado "chiritico" que supera las 15 mil personas. "Creemos que la cifra está muy superior a eso, pero en dos meses se podrá contar con el resultado final del estudio", planteó.
Sostuvo que esto tiene un impacto significativo porque al no contar con una cédula las personas no pueden acceder a los servicios públicos básicos, lo que limita su desarrollo. Unas 15 mil personas conforman hoy la lista de la que pareciera ser una "nueva nacionalidad": los "chiriticos", aquellos cuyas madres, en ausencia de un adecuado centro de salud en la comunidad de Renacimiento, han nacido en el vecino país de Costa Rica.
Un informe de Italo Antinori, primer defensor del Pueblo, señala que la situación surgió en el año 1962, cuando las familias se trasladaban a Renacimiento para cosechar café, plátanos, pimentón y tomate, como medio de subsistencia.
A falta de un centro de salud que permitiera traer al mundo a una criatura en las mínimas condiciones de seguridad, las mujeres empezaron su traslado hacia el Hospital San Vito de Coto Brus en el lado tico.
Cuando se realizan los trámites por primera vez, la persona no debe pagar, sólo cancelar B/.30 por la autenticación de documentos por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores. El problema de falta de identidad de los conocidos "chiriticos" se está arreglando a pesar de que existen muchas familias pobres que no pueden pagar por autenticar documentos.
Fue así que López recibió un sólido entrenamiento: desde formación en administración, leyes, disciplina, ejercicio físico. Según indica López, la situación no era nada fácil, mucho menos para las mujeres. La competencia era difícil entre tantos varones. La disciplina y el proceso de enseñanza resultaron complejos. Fueron cuatro años de intenso estudio a través de los cuales la férrea voluntad de López se impuso ante todos los pronósticos que vaticinaban su posible deserción. Ocupó los primeros lugares de honor y logró alcanzar la distinción de Alférez Mayor, que es el puesto número uno de una Academia Policial en el extranjero.
A su regreso a Panamá comenzó su desempeño en distintas labores: la Policía de Menores, la Dirección de Información e Investigación Policial a través de distintos cargos: la recolección de datos e historial policial e investigación de seguridad personal y desde hace años se desempeña como jefa de la Unidad Canina, cuya misión es velar, supervisar las actividades relacionadas con el adiestramiento del personal humano y de los perros que detectan drogas. El personal recibe formación para adiestrar perros que trabajan en detección de narcóticos, explosivos, protección y rescate. Se cuenta además con una escuadra de Relaciones Públicas, la cual es el contacto directo con la ciudadanía.
Señaló que la oportunidad brindada por la institución es significativa ya que permite que tanto hombres como mujeres pueden demostrar su capacidad profesional. Sí podemos hacer nuestro trabajo y estamos bien evaluadas por nuestros compañeros, indicó con muestras de evidente orgullo profesional. Agregó que los varones aceptan -por disciplina y subordinación- que las mujeres dirijan un departamento de la institución. Destacó que las mujeres dentro de la Policía son conscientes de saber los momentos en los cuales se requiere la participación directa de los varones.
Reconoció que lo más difícil para el personal femenino en la Policía es ser un verdadero ejemplo de las unidades bajo su mando. La "mayoría de ellos" están pendientes de nuestro comportamiento, admitió López, y es por eso que tratamos de ser un buen espejo para los demás.
Los grandes sueños profesionales de la capitana Liliana López es seguir estudiando su carrera universitaria. Quiero estar a la vanguardia de todo lo que acontece en el mundo para el mejoramiento de la institución, reiteró. Estos pensamientos la han llevado a concluir una licenciatura en Administración de Negocios. No conforme con este peldaño profesional su nueva meta es ingresar a una maestría en Administración de Recursos Humanos. El talento no es asunto de sexo, sino de capacidad y compromiso profesional, advierte al pasar revista a una excelente escuadra de perros, de cuya pericia depende- en gran medida- la seguridad ciudadana en todo el territorio nacional.
De acuerdo con la Mayor Angélica de Celis, directora de Policía de Menor y Adolescente, se trata de un cargo novedoso que le permitirá atender labores de orientación y prevención de situaciones de riesgo en la que se ve involucrada la niñez y la adolescencia en Panamá.
Luego de 18 años de servicio profesional, su ingreso a la Policía ocurrió de forma fortuita. Trabajaba en labores de capacitación en el Ministerio de Educación y pudo conocer los programas de la institución uniformada. Le hicieron invitación formal para ingresar, reto que aceptó.
Posteriormente, realizó estudios de especialización en caballería en Perú. Se gradúo con altos honores como Oficial de Caballería. Al integrarse a la Policía en 1990 se le llamó para desempeñarse como directora de Protocolo y Ceremonial. Luego ocupó el cargo de subdirectora de Recursos Humanos de la Policía Metropolitana. Luego se especializó en Colombia en Servicios de Policía de Menores. Además, se desempeñó como jefa de Seguridad del Centro Femenino de Rehabilitación Femenina. Desde el año 2001 ocupa su nuevo cargo.
Se mostró preocupada de la situación por la que atraviesan los menores y su vinculación con las drogas. Explicó el nuevo programa de prevención DARE que capacita a la niñez y adolescencia a la resistencia contra el uso de drogas y el alcohol. Se trata de integrar a los padres y madres de familia y la comunidad educativa para que apoyen a sus hijos a enfrentar el problema.
Sobre su condición de mujer, María Angélica sustentó que en ningún momento se ha sentido limitada. Cada ser humano se forja su propio destino, explicó. La institución ha marchado a la vanguardia de los cambios para lograr la equidad de género, advirtió. Me siento muy satisfecha de poder forjarme como profesional en un escenario formado en un 80% por hombres.
Su vida familiar ha sido exitosa. Confiesa con gran satisfacción su papel de madre de dos hijos, esposa, abuela y profesional. Recordó su sólida formación cristiana, la cual le permite valorar la importancia de la familia en la formación de los valores morales.
Indicó que el papel de las mujeres en el siglo XXI es lograr el equilibrio entre las funciones de amas de casa, los retos profesionales y su condición de esposa. "He disfrutado plenamente todos mis roles" ... confesó con profunda convicción.
Según explica, el secreto de la felicidad y del triunfo es creer y amar lo que se hace por sencillo que sea. Sea hombre o mujer, las responsabilidades se complementan. Destacó la importancia de su matrimonio de 30 años y el compartir inquietudes y mantener una gran comunicación.
Reflexionó sobre la crisis de los valores éticos y morales de la sociedad panameña. La función que cumple la mujer en sus distintas facetas es primordial. Las mujeres tenemos un ángel y un carisma que les hace falta a los varones. Tenemos un reto grande que cumplir en nuestras nuevas generaciones. Estamos viviendo el mejor momento para que la mujer desarrolle todas sus habilidades y capacidades. Y lo seguiremos haciendo bien.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.