UNA AUSTERIDAD OBLIGADA
- Por Riccardo Francolini Arosemena
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Hoy, solo hace 9 días desde que el presidente Laurentino Cortizo y su equipo de trabajo asumieron realmente las riendas del país y se han percatado del desastroso escenario que les dejó el gobierno de Juan Carlos Varela, quizás muy diferente al que les pintaron durante el proceso de transición y eso lo demuestran las declaraciones de algunos funcionarios con mando y jurisdicción que, en la práctica, van a tener que iniciar de cero.
Para entender más a fondo el panorama que dejó el nefasto gobierno panameñista, las nuevas autoridades tendrán la obligación y la responsabilidad de dar a conocer cuál es la verdadera situación financiera del país, para que la población no se haga ilusiones durante los primeros meses de la nueva administración pública. Solo hay que recordar cuando indicó que los ingresos corrientes no alcanzan para pagar planillas, subsidios, interés y demás gastos en el sector público.
Sin embargo, estoy seguro que si todos unimos esfuerzos: Gobierno, empresa privada y trabajadores, una vez más el país saldrá adelante y le hará frente a todos estos compromisos. Inclusive, ya lo ha demostrado en otrora, cuando el panorama posinvasión era sumamente terrible, pero con la sabiduría y capacidad del gobierno del extinto presidente Guillermo Endara, aunado al esfuerzo de trabajadores y de los gremios empresariales se superó esta crisis.
No tengo la más mínima duda que la debacle producida por el Gobierno anterior, por culpa de su incapacidad, una vez más será superada y Panamá volverá a los senderos del desarrollo económico y humano que todos esperamos. Naturalmente que eso dependerá también de las políticas públicas que ponga en práctica el presidente Cortizo y a los factores externos que mueven las economías de los países, como es el caso del petróleo.
La reunión que sostuvo el mandatario Cortizo con las fuerzas productivas del país en el Instituto Nacional de Agricultura (INA), en Divisa, la semana pasada, definitivamente que tendrá que dar sus frutos, naturalmente siempre y cuando se le dé seguimiento a los temas tratados como las exportaciones e importaciones, el cumplimiento de los aranceles, la capacitación tecnológica, la compra del cien por ciento de la leche nacional para el programa El Vaso de Leche, etc.
Otro aspecto positivo que le veo a la nueva administración es que los ministros de Estado han decidido reunirse con los distintos gremios, sindicatos y grupos empresariales con quienes en realidad deben mantener una estrecha comunicación, para conocer los programas y proyectos que generen las plazas de empleos que el país necesita. La mayoría de los panameños estamos conscientes de que las nuevas autoridades heredaron un panorama desalentador, pero no es momento para sentarse a llorar sobre la leche derramada. Hay que producir.
Esperamos que asimismo como se dio el primer paso de comunicación y puente entre el Gobierno y los productores agropecuarios, de la misma manera surjan encuentros con los otros sectores productivos como es el caso de los comerciantes, los industriales y la banca, porque para nadie es un secreto el grave daño que causó la anterior administración con el mal defendido caso Waked y los mal llamados papeles de Panamá o "Panamá Papers".
Y un consejo muy sano que le doy a las nuevas autoridades es que atiendan el clamor popular, que para hacer un buen gobierno, como dice su lema, necesitarán primero adecentar las instituciones democráticas.
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