Segundo Cano, un cura que entregó su vida por los jóvenes
- Elsa González
- - Publicado: 10/11/2006 - 12:00 am
"Pronto entregaré mi vida al Señor", fueron las últimas palabras que pronunció el sacerdote Segundo Familiar Cano, antes de morir, ayer.
Había salido en la madrugada desde Llano Bonito de Chitré para viajar hacia el aeropuerto de Tocumen, con el fin de viajar a Estados Unidos para asistir a un encuentro de renovación carismático con jóvenes.
Eran las 5: 45 a.m. cuando una espesa neblina cubría la carretera y José De La Cruz Gobea, conductor del auto, perdió el control por falta de visibilidad, colisionó y se fue a un barranco en Santa Clara, Antón. El sacerdote, de 72 años, sufrió un fuerte golpe cerca del pecho.
El padre fue llevado al centro de salud más cercano, pero por su condición fue trasladado al Hospital Aquilino Tejeira, en Penonomé, donde fue remitido a la ciudad capital.
A los pocos minutos el cura sufre un paro cardíaco que acaba con su vida.
El hecho de que Segundo Familiar Cano había salido temprano de Chitré y regresó a su capilla en un ataúd, impactó a sus miles de feligreses.
Muchas lágrimas entre cantos carismáticos y oraciones fueron las manifestaciones en Azuero por la muerte del religioso, quien vino de España a Panamá cuando sólo tenía 27 años y se supo ganar el corazón, especialmente de los jóvenes panameños.
Fue el organizador y propulsor de los encuentros juveniles de cada verano en Monagrillo, donde lograba reunir a más de 5 mil muchachos y muchachas para orarle a Dios.
Había salido en la madrugada desde Llano Bonito de Chitré para viajar hacia el aeropuerto de Tocumen, con el fin de viajar a Estados Unidos para asistir a un encuentro de renovación carismático con jóvenes.
Eran las 5: 45 a.m. cuando una espesa neblina cubría la carretera y José De La Cruz Gobea, conductor del auto, perdió el control por falta de visibilidad, colisionó y se fue a un barranco en Santa Clara, Antón. El sacerdote, de 72 años, sufrió un fuerte golpe cerca del pecho.
El padre fue llevado al centro de salud más cercano, pero por su condición fue trasladado al Hospital Aquilino Tejeira, en Penonomé, donde fue remitido a la ciudad capital.
A los pocos minutos el cura sufre un paro cardíaco que acaba con su vida.
El hecho de que Segundo Familiar Cano había salido temprano de Chitré y regresó a su capilla en un ataúd, impactó a sus miles de feligreses.
Muchas lágrimas entre cantos carismáticos y oraciones fueron las manifestaciones en Azuero por la muerte del religioso, quien vino de España a Panamá cuando sólo tenía 27 años y se supo ganar el corazón, especialmente de los jóvenes panameños.
Fue el organizador y propulsor de los encuentros juveniles de cada verano en Monagrillo, donde lograba reunir a más de 5 mil muchachos y muchachas para orarle a Dios.
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