Diferencias. Autoridades locales y médicas discrepan en cuanto al método de curación de la enfermedad.
Se debaten entre remedios naturales y las vacunas
Hasta el 8 de mayo de este año, el MINSA reportó 16 casos de leishmaniasis; pero la Junta Comunal, 200. El tratamiento del MINSA se extiende por 20 días, una ampolla diaria. Hay quienes se han puesto hasta 60.
La leishmaniasis es una de las enfermedades que ha repuntado en las estadísticas de las autoridades de salud, el mismo ministro de salud, Franklin Vergara aceptó que el recrudecimiento de los casos se debía a la falta de prevención y porque las personas están estableciendo sus viviendas en lugares donde existen los brotes.
La opinión del titular de salud, refleja la realidad que se vive en en el corregimiento de Campana, distrito de Capira, donde existe una alta incidencia de leishmaniasis.
De acuerdo con informes de la Junta Comunal de Campana en lo que va del año se han detectado más de 200 personas afectadas con la enfermedad, registros que contrastan con los reportes que señalan que solo se han atendido 16 casos de esta misma área, en el Centro de Salud de Capira, del 1 de enero al 8 de mayo de 2012.
Según estadísticas del Centro Regional de Panamá Oeste, en el distrito de Capira se han detectado 56 casos, de estos 16 en Campana, 12 en Cacao, 9 en Ollas Arriba, 7 en las Minas, 6 en Trinidad, 4 en Vista Alegre, 1 en Ciricito Arriba y 1 en Lídice.
Sin embargo, las diferencias entre ambas autoridades, no solo se da en las cifras sino también en el tratamiento que se le brinda a los afectados. La Junta Comunal de Campana aboga por la utilización de “parches” orgánicos, mientras que el Ministerio de Salud (MINSA) recomienda que se aplique la vacuna Glucantime.
Tratamiento.
“Llevo 60 inyecciones y aún no se me quita este grano, por eso opté por colocarme el parche que pone la gringa”, las palabras de Rubén resumieron la controversia que se da en Campana, entre las autoridades médicas y locales para contrarrestar las afectaciones causadas por la Lutzomyia o “chitra”.
A Rubén, quien permanecía junto a otros afectados por la picadura de la “chitra”, portadora de la leishmaniasis, lo encontramos durante una gira médica dirigida por las autoridades del centro de salud de Capira, en el corregimiento de Campana.
En este corregimiento, la alternativa para combatir la enfermedad se debate entre los parches y las vacunas. Ambos tratamientos se ofrecen de manera gratuita a los afectados en comunidades como Campana, Cerro Campana, Limón, Cerro Oriente, La Gloria y Llanito.
El último censo de población y vivienda, la región montañosa de Campana mantiene un promedio de mil 303 habitantes.
En este sector donde la vegetación es el principal atractivo, producto de las impresionantes montañas que cubren el pequeño poblado de viviendas establecidas en pendientes, pulula la “chitra” que transmite la leishmaniasis.
“A mí y a mi mujer nos dio la enfermedad, a ella se le detectó un mes antes que a mí”, comentó Rubén, quien sonriendo recordó que a él le aplicaron 60 inyecciones y a su esposa 40, “y aún debemos hacernos los exámenes para ver si la enfermedad se nos quitó”, volvió a comentar mientras nos mostraba la herida causada por la infección.
Rubén no fue el único que se refirió a los parches promovidos por la Junta Comunal. “Con los parches de la gringa se me quitó el grano que tenía en la espalda, pero después me apareció otro en la mano, por eso es que ahora vine para que me revise el doctor, aunque he escuchado de personas que se ponen hasta 60 inyecciones y no se les quita”, dijo Dorindo, otro de los afectados por la enfermedad.
Mostrando las cicatrices que aún permanecen en su espalda y quitándose la venda de su mano izquierda, Dorindo dejó ver el inicio de la nueva lesión, mientras indicó que su hija de nueve años también fue picada por la “chitra” y, producto de la lesión, fue tratada con los parches.
Bolívar Gil, suplente del representante de Capira, explicó que tanto él como el representante aprendieron a aplicar el parche con el cual se trata a los picados por la “chitra”. Gil reconoció que existe un equipo de norteamericanos que de manera gratuita aplica los parches y les ha enseñado a colocarlos.
“Aún no hemos logrado que las autoridades regionales de Salud reconozcan el trabajo que estamos haciendo”, dijo Gil mientras sacaba de una caja plástica los productos que aplican a los pacientes infectados.
Para colocar el parche primero se desinfecta el área afectada con agua oxigenada, posteriormente se aplica la “selva negra”, para matar el parásito, adicionalmente se le coloca vaselina para que no se pegue la venda a la piel, explicó Gil, quien reiteró que la venda debe permanecer por ocho días. Pasado los ocho días, cuando ya sale el parásito y queda la lesión, se le coloca al paciente el “cler”, producto de tierra volcánica, para la cicatrización.
Medicamentos.
A diferencia del parche, el tratamiento que aplica el MINSA consta de 20 ampollas, según sostuvo José Aníbal Reyna, médico del centro de salud de Capira.
La continuidad en el tratamiento es vital, explicó Reyna, al tiempo que aclaró que de no darse la continuidad es probable que haya recurrencia o la infección se haga más fuerte.
En el país se han presentado casos en que a un solo paciente se le han aplicado hasta 60 vacunas, antes de los exámenes de laboratorio para ver la función renal, hepática y pancreática. Si se trata de una persona adulta, se le realizan exámenes adicionales.
Néstor Sousa, director del Centro Conmemorativo Gorgas, explicó que la prueba de Montenegro, aplicada para detectar la leishmaniasis, dura de 48 a 72 horas y en la mayoría de los casos se aplica a pacientes sospechosos, porque si las lesiones son detectadas en los centros hospitalarios no es necesaria la prueba.
Llamado.
Tanto Sousa como Reyna recomendaron la aplicación del medicamento que suministra el MINSA, debido a su efectividad.
Mientras los médicos dan sus recomendaciones, en la comunidad persiste el temor ante la cantidad de inyecciones que deben colocarse para combatir la leishmaniasis versus la aplicación del parche, que también es gratuito, además indoloro.
Tomando en cuenta que en el país se han detectado cinco especies de “chitras” que transmiten el parásito, Ceferino Rodríguez, técnico médico y estudiante graduando de especialidades entomológicas, recomendó a las personas evitar las hojarascas y lugares húmedos como las maderas podridas, para evitar la reproducción del insecto.
La hembra del insecto es la que transmite la enfermedad, porque debido a su ciclo fisiológico requiere sangre para lograr parte de la materia prima que necesita para nutrir sus huevos.
Las “chitras” o Lutzomyias trapidoi, ylephiletor, gomezi y panamensis son cuatro de las cinco especies que transmiten la leishmaniasis en Panamá, indicó Rodríguez.
Según las explicaciones de Rodríguez, la “chitra” adquiere la enfermedad bien del oso perezoso u otro animal silvestre (roedores). La enfermedad pasa de su etapa de amastigote, a la etapa promastigote, en la que después de su evolución llega a ser promastigote metacíclico, cuando la infección puede ser transmitida a los seres humanos.
Para el veterinario César Villarreal, quien formó parte de la gira médica, la solución al problema de la leishmaniasis en Campana está en trasladar del área los especímenes del oso perezoso, principal portador de parásito. “Este debe ser un trabajo institucional”, advirtió Villarreal.
La atención y prevención de las autoridades de Salud llevaron a los especialistas y técnicos a efectuar inspecciones en el área y revisar a las personas y sus mascotas. Además de las personas, se detectaron posibles afectaciones en diversas mascotas del área.
Villarreal explicó que si el insecto contagia a una mascota, sea el perro u otra, este se convierte en un hospedero del parásito y pone en peligro a las personas que viven cercanos a él. A diferencia de los seres humanos, a los perros la enfermedad no se les quita, solamente se les controla.
En promedio a un perro de 35 o 40 libras, infectado de leishmaniasis se le deben aplicar 8 ampollas cada 12 horas, por un periodo de 40 días, a diferencia de una persona a quien solamente se le aplicaría un tratamiento de 20 ampollas, en 40 días.
Debido al costo del tratamiento, lo más recomendable -según el veterinario- sería el sacrificio del animal, tomando en cuenta que la salud de los seres humanos está en juego.
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