Precios controlados provocan escasez de los 22 productos
- Gilberto Soto ([email protected])
Escasez de productos, racionamiento e improvisación fueron los primeros traspiés que salieron a relucir durante la primera semana de implementación del control de precios en 22 productos de la canasta básica de alimentos.
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Escasez de productos, racionamiento e improvisación fueron los primeros traspiés que salieron a relucir durante la primera semana de implementación del control de precios en 22 productos de la canasta básica de alimentos.
- 22 son los productos que empezaron a escasear en los anaqueles.
- Establecimientos se resisten a la aplicación del decreto ejecutivo
- Los dependientes manifiestan desconocimiento para la aplicación.
Opinión. La especulación inmune al control de precios
- Por: Juan Jované - Economista
- Después de una semana de la aplicación de la política de “control de precios de emergencia”, es posible establecer que la misma, dado su diseño y forma de aplicación, dista mucho de ser una efectiva respuesta a los problemas de la población generados por las actividades especulativas. Si se observa la medida desde el punto cuantitativo se puede concluir que la misma resulta claramente insuficiente. En efecto, tomando como referencia el índice de precios al consumidor del Inec, se puede establecer que los productos alimenticios, supuestamente regulados, abarcan apenas al 9.8% del gasto mensual en consumo de una típica familia panameña. Más aún, teniendo en cuenta que de acuerdo con el Inec, las unidades familiares dirigen cerca del 32.1% de sus gastos de consumo al grupo de los alimentos y bebidas, queda clara la incapacidad de la medida gubernamental para reducir significativamente tanto el costo de vida en general, como el de la canasta básica. Queda evidenciado que utilizando la ficción de los precios observados, se dejó fuera del control precios: aceite vegetal, leche, azúcar, plátanos y sal.
Escasez de productos, racionamiento e improvisación fueron los primeros traspiés que salieron a relucir durante la primera semana de implementación del control de precios en 22 productos de la canasta básica de alimentos.
En los barrios donde abundan los establecimientos de comerciantes de origen asiático y más del 50% de la población realiza sus compras al menudeo, los consumidores se sienten engañados y es que el renglón de gastos para las compras diarias no ha variado. “Los huevos siguen a cuara, y los quesos a 20 centavos..., los chinos dicen que son huevos más grandes y que el queso es de otra marca no incluida en la lista”, es el reclamo de los consumidores.
Los dependientes de los comerciantes de origen asiático declaran abiertamente que para evitar pérdidas optaron por no vender los productos controlados. La práctica mantiene el escenario comercial en las mismas proporciones. Se priva a los consumidores de los productos controlados y, en consecuencia, el ahorro prometido se desvaneció.
Tropiezos
Previo a la firma del decreto 165, surgió el primer traspié. El Ejecutivo debió reemplazar el término “congelamiento” por “control”. Así lo estampó el presidente Juan Carlos Varela cuando firmó el decreto “que establece temporalmente los precios máximos de venta al por menor de 22 productos de la canasta básica familiar (...) y se adoptan otras disposiciones”.
En campaña, Varela también había prometido que en el segundo día de mandato, los panameños tendrían acceso a productos más baratos. El artículo 9 del decreto lo postergó a siete días después y con tiempo de vida fijo de seis meses. No obstante, se advierte en el siguiente artículo que “la medida quedará eliminada cuando hubieran desaparecido las causas que motivaron su adopción, según se determine oportunamente...”. “En el camino se harán las correcciones necesarias”, declaró el ministro de Comercio e Industrias, Melitón Arrocha, lo que remarcó el ensayo y error de la propuesta.
Quejas
Entrada en vigencia la ley, los reportes de las consecuencias surgidas por el decreto llegaron de los consumidores. En las compras al por mayor, algunos supermercados optaron por racionar las ventas de los productos para preservarlos en las estanterías. Bajo el argumento de evitar el juegavivo de comerciantes informales que se aprovecharon de la oferta para revender, un día después de que entró a regir la legislación, el Grupo Rey sorprendió a los consumidores al limitar las ventas. Por cliente solo se despachan dos kilos de aquellos productos que se adquieren por peso, y el resto, a dos unidades.
Mientras esto se registraba, en los barrios, los comercios de chinos optaron por no vender algunos de los productos incluidos en la lista. Aducen pérdidas en las ventas de los productos regulados. En consecuencia, los consumidores deben privarse u optar por marcas que no aparecen en la lista.
Sergio Lay, presidente de la Asociación China de Panamá, se excusa en la barrera del idioma, que provoca en sus “paisanos” confusión en el procedimiento para aplicar la norma. Resaltó que previo a la aplicación de la ley no hubo un acercamiento; en ese sentido, el decreto desprotege a los consumidores. En ninguno de sus artículos se obliga a los comercios chinos a ofertar los productos al precio marcado.
Ante estos resultados, Yakarta Ríos, presidenta de la Asociación de Consumo Ético, hace dos conclusiones de los primeros resultados del decreto que entró casi por sorpresa en la cadena de comercialización. “Fue una medida apresurada y, en consecuencia, los resultados son ilegales”, aseguró. Primero porque racionar las ventas es ilegal según la Constitución. El artículo 295 declara que “está prohibido en el comercio y en la industria toda combinación, contrato o acción cualquiera que tienda a restringir o a imposibilitar el libre comercio y la competencia y que tenga efectos de monopolio en perjuicio del público”.
Segundo, porque antes de tomar decisiones que redunden en beneficio de la población se deben tomar las previsiones en el mercado de modo que no tengan efecto “colchón de agua” al que el ministro de Comercio hace referencia.
Pronósticos
Merma en las ganancias, quiebra en algunos comercios y escasez son los pronósticos hechos públicos por la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, el Sindicato de Industriales de Panamá y la Asociación de Distribuidores de Productos Agrícolas del Mercado de Abastos. Concluyen que se empezó “al revés”, primero se debió comenzar por incentivar al productor.
Tiempo de gracia
Aún cuando el decreto le da potestad a la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) para imponer sanciones en caso de violaciones, el director de la entidad, Pedro Meilán, le dio un tiempo de gracia de 15 días que finaliza hoy a aquellos establecimientos que no cumplen. Los primeros resultados del periodo de monitoreo revelaron que de los 1,638 comercios visitados, un 34% incumplió, lo que representa a 553 comercios. Vencido el tiempo de adecuación y educación, los establecimientos que no dispongan de los productos con los precios establecidos y el letrero estarán expuestos a sanciones de hasta $10,000.
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