Piden mayor rigor para aplicación de la ley que protege al águila harpía
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Biólogos y expertos en aves consultados lamentan que la norma que enmarca al ave nacional no tenga una aplicación práctica efectiva a la hora de proteger esta emblemática especie.
En los últimos años se han dado varios reportes de águilas harpías heridas, capturadas para exhibición ilegal y hasta muertas, pero tan solo hay un caso de persona procesada y sancionada por atentar contra el ave nacional.
El biólogo panameño José Vargas, quien lidera el proyecto Águila Harpía del Fondo Peregrino, considera que no hacen falta más leyes, sino cumplir la norma vigente.
En Panamá rige la Ley 18 de 2002: "Que declara al águila harpía ave nacional y dicta otras medidas".
Y aunque a lo largo del año no es un asunto que reciba tanta atención, en estos días sí es un tema en boga: el pasado 10 de abril se conmemoró el Día del Águila Harpía, con actividades educativas y recreativas que terminarán este domingo 15 de abril con el Festi Harpía 2018 en el Parque Municipal Summit.
José Vargas tiene sentimientos encontrados: "Todo eso es bueno porque se divulga el trabajo. Lo malo es que son actividades focalizadas en áreas de la ciudad donde la interacción de las personas con la biodiversidad es poca o nula".
En los últimos 16 años, este biólogo ha estado en contacto con el hábitat natural del águila harpía, y lamenta que los reportes de aves muertas por causa humana no han tenido seguimiento ni siquiera una investigación.
"Solo recuerdo un caso de una persona que recibió una sanción menor y comunitaria", relata Vargas.'
En los últimos 18 años se han documentado 51 nidos de águila harpía en Darién. En el mismo periodo, apenas se han visto 8 nidos de águila crestada. Los estudiosos llaman la atención sobre el peligro que corre el águila crestada, a veces opacado por la prominencia que se le da al águila harpía, que es el ave nacional.
El año pasado, circuló en redes un video de un águila harpía que se encontró con una pata herida en La Chunga, de la comarca Emberá Wounaan. Se conoció que había estado en cautiverio para atraer a turistas. El animal se trajo a Panamá, pero murió. Y lo peor de todo es que su muerte quedó impune. La ley indica que las denuncias pueden darse a MiAmbiente y al propio Ministerio Público.
En este sentido, señala dos problemas latentes: la falta de personal del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) para monitorear extensas áreas y el aumento de la deforestación que coincide con la disminución de la población de águila harpía en Darién.
La experta en observación de aves Rosabel Miró, y también directora de la Sociedad Audubon de Panamá, coincide con este último planteamiento.
Revela que en la última semana han recibido denuncias de tala en áreas cercana al parque nacional Darién, por Alto Tuira.
"Esto perjudica a las águilas harpías porque necesitan territorios muy grandes de bosques para tener poblaciones saludables", concluye.
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