Ha invadido la costa Caribe.
Panamá se lanza a la caza del pez león, que amenaza su seguridad alimentaria
Publicado 2013/08/09 07:40:00
- Panamá/EFE
Una actividad piloto se realizó en Bocas del Toro, frontera con Costa Rica, "y sólo en cinco horas se sacaron 3.200 peces león.
Las autoridades de Panamá han iniciado una cruzada contra el voraz pez león, que ha invadido la costa Caribe del país y comenzado a mermar la población de algunas especies que sirven de sustento a miles de pescadores artesanales, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria nacional.
"La situación sí es crítica en el Caribe de Panamá, está en peligro la pesca artesanal, la industria pesquera, el turismo, el ecosistema y la biodiversidad marina", alertó en una entrevista con Efe el director en la provincia de Colón de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), Abdiel Martínez.
El pez león, que puede crecer hasta los 20 centímetros y tiene glándulas venenosas, llegó aparentemente de forma accidental al Caribe, donde no tiene depredadores naturales, por lo que se ha reproducido enormemente y caza incluso de día, lo que no hace en el océano Índico y el Pacífico occidental de donde es autóctono.
La ARAP planea "una captura masiva a nivel nacional para disminuir la proliferación del pez", y para ello busca la manera de "reunir a todos los pescadores, tanto del Atlántico como del Pacífico", para emprender esa tarea "titánica".
Una actividad piloto se realizó en Bocas del Toro, frontera con Costa Rica, "y sólo en cinco horas se sacaron 3.200 peces león, de todos los tamaños, en un área somera, no muy profunda", que es donde más se encuentra la especie, explicó Martínez.
La Autoridad también ha instalado en Bocas del Toro unas cestas con cebos que han resultado una buena opción, ya que de cada "12 pescados que caen 10 son pez león", lo que puede permitir cazarlo "en los tiempos que no se puede bucear" porque el mar está muy agitado "o en los lugares muy profundos".
"Estamos buscando otras alternativas que nos ayuden a pescar o capturar con responsabilidad a este especie, que es considerada invasora y por lo tanto no está protegida por la ley ... estamos hablando de seguridad alimentaria", declaró Martínez por teléfono a Efe.
La tarea no es fácil, entre otros factores porque de momento no existe una partida presupuestaria oficial, que se puede aprobar una vez definido "el plan de manejo o resoluciones que conlleven a la captura masiva", dijo Martínez.
"Estamos trabajando con los directores regionales ARAP en el tema, para unificar criterios", pero por ahora "no existe por parte de ninguna institución aporte o fondo directo, todo lo estamos moviendo con la poca ayuda que hemos recibido" de empresas privadas y fundaciones, dijo Martínez.
Aclaró que la ARAP carece de estadísticas sobre la población del pez león en el Caribe panameño, pero aseveró que en áreas como San Lorenzo (Colón), "parecen un jardín de flores pero en realidad son puro pez león".
"Estamos preocupados porque la disminución de los peces en el Caribe va en aumento", dijo Martínez, quien citó testimonios de pescadores artesanales del sector de Bahía Limón, en Colón, que aseguran no conseguir "nada" en una faena en la que antes pescaban meros, corvinas, camarones y langostinos.
La población juvenil de esas especies comerciales son el principal alimento del colorido pez león, que "puede expandir hasta cuatro veces el tamaño de su estómago y comerse 30 peces cada media hora", explicó a Efe el buzo Gabriel González, de la Fundación Clear The Fish, dedicada a cazar esa especie.
Otro síntoma que demuestra la gravedad de la situación, coincidieron Martínez y González, es que en el pez león han comenzado a hallar anzuelos de los pescadores, cuando antes solo era posible cazarlo con arpón.
En el Puerto de Obaldía, en la comarca indígena Guna Yala, en el este panameño y fronterizo con Colombia, "los chicos pescan con anzuelo y lo que sacan es pez león, lo que significa que ya no tiene mucho que comer y se tira a lo que encuentre", añadió González.
Pero las glándulas venenosas del pez son la razón por la que los pescadores le huyen y no aprovechan su carne, rica en proteínas y de buen sabor.
Hay que enseñar a los pescadores cómo manejar el pez una vez capturado, cómo actuar en caso de picadura y aclarar que lo único venenoso son sus púas, no la carne, dijo el director regional de la ARAP.
Esta semana se realizó una actividad en Portobelo (Colón) en la que participaron Clear The Fish, la ARAP, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), el organismo de socorro Sinaproc, el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), entre otros, en la que se cazaron especímenes y se instruyó a los funcionarios sobre su manejo.
"Esas entidades son las que tienen más acceso a áreas alejadas en el Caribe y es importante que sepan que el pez no es peligroso, se puede comer, y que transmitan esa información a los pescadores", dijo González.
El fundador de Clear The Fish señaló que sus buzos cada semana salen a cazar pez león, pero deben correr con sus gastos, que por su parte Martínez cifró hasta en 2.000 dólares por persona.
"El problema son los costos: combustible, capitán, tanques de oxígeno, degradación de equipos, y nosotros no tenemos ningún tipo de apoyo en ese sentido, lo hacemos, como dice mucha gente, por amor a la patria", dijo el buzo aficionado.
"La situación sí es crítica en el Caribe de Panamá, está en peligro la pesca artesanal, la industria pesquera, el turismo, el ecosistema y la biodiversidad marina", alertó en una entrevista con Efe el director en la provincia de Colón de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), Abdiel Martínez.
El pez león, que puede crecer hasta los 20 centímetros y tiene glándulas venenosas, llegó aparentemente de forma accidental al Caribe, donde no tiene depredadores naturales, por lo que se ha reproducido enormemente y caza incluso de día, lo que no hace en el océano Índico y el Pacífico occidental de donde es autóctono.
La ARAP planea "una captura masiva a nivel nacional para disminuir la proliferación del pez", y para ello busca la manera de "reunir a todos los pescadores, tanto del Atlántico como del Pacífico", para emprender esa tarea "titánica".
Una actividad piloto se realizó en Bocas del Toro, frontera con Costa Rica, "y sólo en cinco horas se sacaron 3.200 peces león, de todos los tamaños, en un área somera, no muy profunda", que es donde más se encuentra la especie, explicó Martínez.
La Autoridad también ha instalado en Bocas del Toro unas cestas con cebos que han resultado una buena opción, ya que de cada "12 pescados que caen 10 son pez león", lo que puede permitir cazarlo "en los tiempos que no se puede bucear" porque el mar está muy agitado "o en los lugares muy profundos".
"Estamos buscando otras alternativas que nos ayuden a pescar o capturar con responsabilidad a este especie, que es considerada invasora y por lo tanto no está protegida por la ley ... estamos hablando de seguridad alimentaria", declaró Martínez por teléfono a Efe.
La tarea no es fácil, entre otros factores porque de momento no existe una partida presupuestaria oficial, que se puede aprobar una vez definido "el plan de manejo o resoluciones que conlleven a la captura masiva", dijo Martínez.
"Estamos trabajando con los directores regionales ARAP en el tema, para unificar criterios", pero por ahora "no existe por parte de ninguna institución aporte o fondo directo, todo lo estamos moviendo con la poca ayuda que hemos recibido" de empresas privadas y fundaciones, dijo Martínez.
Aclaró que la ARAP carece de estadísticas sobre la población del pez león en el Caribe panameño, pero aseveró que en áreas como San Lorenzo (Colón), "parecen un jardín de flores pero en realidad son puro pez león".
"Estamos preocupados porque la disminución de los peces en el Caribe va en aumento", dijo Martínez, quien citó testimonios de pescadores artesanales del sector de Bahía Limón, en Colón, que aseguran no conseguir "nada" en una faena en la que antes pescaban meros, corvinas, camarones y langostinos.
La población juvenil de esas especies comerciales son el principal alimento del colorido pez león, que "puede expandir hasta cuatro veces el tamaño de su estómago y comerse 30 peces cada media hora", explicó a Efe el buzo Gabriel González, de la Fundación Clear The Fish, dedicada a cazar esa especie.
Otro síntoma que demuestra la gravedad de la situación, coincidieron Martínez y González, es que en el pez león han comenzado a hallar anzuelos de los pescadores, cuando antes solo era posible cazarlo con arpón.
En el Puerto de Obaldía, en la comarca indígena Guna Yala, en el este panameño y fronterizo con Colombia, "los chicos pescan con anzuelo y lo que sacan es pez león, lo que significa que ya no tiene mucho que comer y se tira a lo que encuentre", añadió González.
Pero las glándulas venenosas del pez son la razón por la que los pescadores le huyen y no aprovechan su carne, rica en proteínas y de buen sabor.
Hay que enseñar a los pescadores cómo manejar el pez una vez capturado, cómo actuar en caso de picadura y aclarar que lo único venenoso son sus púas, no la carne, dijo el director regional de la ARAP.
Esta semana se realizó una actividad en Portobelo (Colón) en la que participaron Clear The Fish, la ARAP, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), el organismo de socorro Sinaproc, el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), entre otros, en la que se cazaron especímenes y se instruyó a los funcionarios sobre su manejo.
"Esas entidades son las que tienen más acceso a áreas alejadas en el Caribe y es importante que sepan que el pez no es peligroso, se puede comer, y que transmitan esa información a los pescadores", dijo González.
El fundador de Clear The Fish señaló que sus buzos cada semana salen a cazar pez león, pero deben correr con sus gastos, que por su parte Martínez cifró hasta en 2.000 dólares por persona.
"El problema son los costos: combustible, capitán, tanques de oxígeno, degradación de equipos, y nosotros no tenemos ningún tipo de apoyo en ese sentido, lo hacemos, como dice mucha gente, por amor a la patria", dijo el buzo aficionado.
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