Panamá preparada para diagnosticar antrax
Publicado 2001/10/29 00:00:00
- Mexico
La cámara de bioseguridad que utilizarán las autoridades médicas de Panamá para la manipulación de sobres presuntamente contaminados con la bacteria del ántrax o carbunco, ya está en manos de personal del Ministerio de Salud, informó el director del Instituto Conmemorativo Gorgas, Blas Armién.
No obstante, se prevé que el equipo sea utilizado dentro de un par de semanas, debido a que hacen falta algunos insumos médicos que permitan su adecuado funcionamiento.
De acuerdo con Armién, la cámara fue facilitada por la Caja de Seguro Social, entidad que ya contaba con el equipo, pero aclaró que el resto de los materiales que hacen falta para su funcionamiento deben ser traídos del extranjero, lo que retrasa su inmediato funcionamiento.
Un pequeño cubículo permitirá que se realicen los análisis de los sobres en los que hayan sospecha de que pudiera haber esporas de ántrax, salvaguardando la salud de la persona que procesa la muestra, así como el ambiente donde se va a realizar la manipulación.
Este gabinete está herméticamente cerrado, con guantes que parten de dos orificios y donde se introducirán las manos. La cámara también está provista de filtros que limpiarán el aire y evitarán que los gérmenes abandonen la cápsula.
Pese a que todavía no ha sido habilitado el laboratorio ni la cámara de seguridad grado 3, las autoridades de Salud ya están en condiciones de realizar diagnósticos clínicos en personas que hayan podido estar en contacto con el carbunco, dijo el especialista.
Explicó que en esta etapa de la enfermedad, la espora de ántrax ya ha germinado en el organismo de la persona, provocando los síntomas. La enfermedad no se contagia de persona a persona.
Agregó que para determinar un posible contagio se realizan los exámenes de frotis, cultivos, pruebas bioquímicas o inoculación en animales.
El especialista añadió que también agilizan la instalación del laboratorio de bioseguridad grado 3, que estará ubicado en el edificio 265 del Hospital Gorgas, y con un costo que puede superar el medio millón de balboas.
“Precisamente en el laboratorio de bioseguridad crearemos un apartado donde estará contenida la cámara. Este laboratorio tendrá un aire acondicionado central, con temperatura que no permitan el crecimiento de la bacteria y su personal debidamente asegurado con las más estrictas medidas de seguridad”, explicó.
Pese a la importancia que tiene la instalación del laboratorio de bioseguridad en Panamá, Armién puntualizó que más importante es hacer el diagnóstico en las personas y brindar el tratamiento oportuno.
ORGANISMOS Y NIVEL DE PELIGROSIDAD
En concordancia con los niveles crecientes de peligrosidad, se incrementan las precauciones a tomar y así se definen los niveles de bioseguridad:
El nivel 1 incluye los agentes no patógenos para el hombre, como por ejemplo el Bacillus subtilis.
El nivel 2 comprende los microorganismos de riesgo moderado y procedimientos de riesgo moderado. Por ejemplo: Hepatitis B, Salmonella.
En el nivel 3, los microorganismos que pueden causar la muerte o aquéllos de riesgo moderado pero donde los procedimientos de trabajo incluyen alto riesgo de infección (aerosoles). Ejemplo: Mycobacterium tuberculosis, Brucella, virus oncogánicos, virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en alta concentración.
Un nivel 4 incluye los microorganismos exóticos y/o altamente peligrosos cuyo manipuleo involucre alto riesgo para la vida. Ejemplo: Virus Lassa, Machupo (fiebre hemorrágica), Junín.
En Panamá existen múltiples laboratorios nivel 1, que según el ministro de Salud, Fernando Gracia, son los normales que hay en clínicas y hospitales; en tanto, los del nivel 2, habría uno en el Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja de Seguro Social y otro en el Gorgas.
El que está por equiparse en el Gorgas sería el primer laboratorio del nivel 3 en el país, y no hay proyecciones para uno del nivel 4, que por información suministrada por Gracia, sirve para investigaciones de avanzada.
LA BACTERIA YA ERA ESTUDIADA EN EL PAIS
El manejo de cultivos de la bacteria del ántrax no es nuevo en Panamá y, como lo han señalado varios especialistas, el microorganismo es muy conocido por muchos profesionales de la salud médica en el país.
Más interesante resulta aún que desde 1969, cuando llegó la primera cepa del bacillus antracis (nombre científico del ántrax), sus características morfológicas y patogenicidad fueron utilizadas como material de docencia por estudiantes de Tecnología Médica y de Medicina de la Universidad de Panamá (UP).
A juicio de Marion Martin, catedrática y directora del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la UP, el estudio del bacilo del ántrax que está en Panamá no ha requerido de ningún cuidado especial, porque esta bacteria no ha esporulado (creado esporas) ni ha sido secada, por lo que no representa mayores riesgos.
De acuerdo con la experta, la diferencia de la cepa que está en la Facultad de Medicina con la que es utilizada como agente de bioterrorismo en Estados Unidos, radica en que en el último caso la bacteria ha esporulado y está siendo manipulada de forma que cree un riesgo para quienes la inhalen.
Según la catedrática, es esta particularidad la que ha creado la histeria en Estados Unidos, ya que el ántrax pulmonar (el que se adquiere por inhalación de la bacteria en forma de esporas) ocasiona la muerte en el 90% de las personas que la respiran.
Aunque no se tiene información documental que asegure que en Panamá humanos han contraído el ántrax, sí ha habido registros anecdóticos de la presencia del bacilo en la forma cutánea, cuyo tratamiento es más fácil.
La presencia de una cepa del ántrax en la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá no debe causar temor, según expresaron algunos microbiólogos consultados, ya que las medidas de seguridad con que se maneja la bacteria y sus propias características no representan mayor riesgo.
De hecho, hay quienes se atreven a asegurar que ello representa cierta ventaja para el país ante la posibilidad de elaborar una vacuna para la población panameña.
Hasta el momento, la presencia de esta cepa en la Escuela de Medicina ha permitido a expertos de la UP brindar asesoría a las autoridades del Ministerio de Salud, en cuanto a la composición y comportamiento del organismo, así como de las medidas de seguridad que deben ser aplicadas.
TRATAMIENTO
La aparición en Estados Unidos de más de 30 casos de ántrax en menos de dos meses ha provocado que, tanto en ese país como en todo el mundo, la demanda del medicamento que contrarreste la enfermedad se haya incrementado.
Como terapia profiláctica contra la bacteria se aplica medicamentos como ciprofloxacina, doxiciclina y amoxicilina. Mientras que para el tratamiento de la infección son más usuales la penicilina, estreptomicina, eritromicina, tetraciclina, cloranfenicol y la ciprofloxacina.
La ciprofloxacina, mejor conocida comercialmente como ciprobay o ciproxina (en Panamá), es el medicamento por excelencia recomendado en Estados Unidos, debido a la eficacia contra todas las cepas del ántrax. También existe una vacuna contra la enfermedad, que es producida por el laboratorio de la armada estadounidense, BioPort y que hasta el momento sólo es suministrado a personal del ejército.
En Panamá, la tableta de ciprofloxacina o ciproxina tiene un costo de B/.3.56. Mientras que la caja de 250 miligramos tiene un valor de B/.90.25; la de 500 mg, B/.106.85 y la de 750 mg, B/.34.40. Cada cajeta contiene 50, 30 y 6 pastillas, respectivamente.
La ciproxina es un antibiótico fuerte, y según pudo comprobar este diario, en Panamá se usa en casos de infecciones respiratorias con complicaciones, y en las infecciones en la próstata, entre otros usos. Como sucede con cualquier antibiótico en el país, sólo se vende o prescribe con receta médica.
COMO SE APLICA LA BIOSEGURIDAD
La bioseguridad implica seguir ciertas reglas de protección, que se aplicarán en el laboratorio desde la recepción hasta el desecho de agentes o muestras biológicas, pasando por su manipulación, las que dependerán del tipo y cantidad de las muestras, y los procedimientos empleados para su manejo.
En cuanto a las prácticas de bioseguridad dentro del laboratorio se establece que el acceso debe estar restringido, sobre todo durante el tiempo de trabajo, y la puerta herméticamente cerrada. El personal debe lavarse las manos antes y después de manipular el material biológico; no comer, beber, fumar, manejar lentes de contacto o aplicarse cosméticos; ni “pipetear” con la boca, sino utilizar los instrumentos adecuados para ello: propipetas, pipetas automáticas y bulbos de seguridad, así como evitar aerosoles o derrames. La superficie de trabajo debe desinfectarse antes y después de usarla, sobre todo si se presentó algún derrame.
Además, todo cultivo o material biológico debe ser tratado por métodos como la esterilización antes de ser descartado, y debe existir un programa de control de insectos y roedores. La señal gráfica de riesgo biológico debe estar colocada a la vista en el acceso y acompañada de los datos del jefe de laboratorio y los requisitos para entrar en el lugar.
En ocasiones, debe existir un programa de vacunación y toma de muestras de suero (pruebas de sangre) al personal que labora en el área. Es indispensable, asimismo, un manual y un reglamento de bioseguridad que debe conocer y seguir el personal, así como programas de entrenamiento constante en la materia.
Adicionalmente, debe tenerse extremo cuidado con el manejo y eliminación de agujas, porta-objetos, pipetas, tubos capilares, entre otros, colocándolos en contenedores especiales y cuando sea posible sustituirlos por materiales de plástico desechables.
El equipo e instalaciones para efectos de bioseguridad también dependerán de la peligrosidad y características del microorganismo que se maneje. Por ejemplo, para algunos es necesario utilizar trampas de doble puerta para evitar la contaminación tanto del espacio interior como del medio externo; en otros casos, se utilizan gabinetes de bioseguridad, de los cuales hay de varios tipos: abiertos o totalmente cerrados, para proteger al material o a las personas y el medio ambiente, con o sin guantes integrados, pero todos ellos dotados de complejos sistemas de filtración de aire. De cualquier manera, el equipo personal mínimo se integra de bata, guantes y mascarillas.
Las instalaciones deben estar construidas para su fácil aseo y desinfección; disponer de lavamanos y lavaojos; tener paredes, pisos y techos resistentes a la humedad y de fácil limpieza. Las mesas deben ser resistentes a solventes, ácidos y calor moderado, y los muebles sencillos y colocados con la separación suficiente entre ellos para permitir el aseo. Las ventanas deben estar selladas y las que se abren contar con mosquitero.
Tanto el equipo como las instalaciones del laboratorio en general deben recibir mantenimiento y desinfectarse periódicamente.
No obstante, se prevé que el equipo sea utilizado dentro de un par de semanas, debido a que hacen falta algunos insumos médicos que permitan su adecuado funcionamiento.
De acuerdo con Armién, la cámara fue facilitada por la Caja de Seguro Social, entidad que ya contaba con el equipo, pero aclaró que el resto de los materiales que hacen falta para su funcionamiento deben ser traídos del extranjero, lo que retrasa su inmediato funcionamiento.
Un pequeño cubículo permitirá que se realicen los análisis de los sobres en los que hayan sospecha de que pudiera haber esporas de ántrax, salvaguardando la salud de la persona que procesa la muestra, así como el ambiente donde se va a realizar la manipulación.
Este gabinete está herméticamente cerrado, con guantes que parten de dos orificios y donde se introducirán las manos. La cámara también está provista de filtros que limpiarán el aire y evitarán que los gérmenes abandonen la cápsula.
Pese a que todavía no ha sido habilitado el laboratorio ni la cámara de seguridad grado 3, las autoridades de Salud ya están en condiciones de realizar diagnósticos clínicos en personas que hayan podido estar en contacto con el carbunco, dijo el especialista.
Explicó que en esta etapa de la enfermedad, la espora de ántrax ya ha germinado en el organismo de la persona, provocando los síntomas. La enfermedad no se contagia de persona a persona.
Agregó que para determinar un posible contagio se realizan los exámenes de frotis, cultivos, pruebas bioquímicas o inoculación en animales.
El especialista añadió que también agilizan la instalación del laboratorio de bioseguridad grado 3, que estará ubicado en el edificio 265 del Hospital Gorgas, y con un costo que puede superar el medio millón de balboas.
“Precisamente en el laboratorio de bioseguridad crearemos un apartado donde estará contenida la cámara. Este laboratorio tendrá un aire acondicionado central, con temperatura que no permitan el crecimiento de la bacteria y su personal debidamente asegurado con las más estrictas medidas de seguridad”, explicó.
Pese a la importancia que tiene la instalación del laboratorio de bioseguridad en Panamá, Armién puntualizó que más importante es hacer el diagnóstico en las personas y brindar el tratamiento oportuno.
ORGANISMOS Y NIVEL DE PELIGROSIDAD
En concordancia con los niveles crecientes de peligrosidad, se incrementan las precauciones a tomar y así se definen los niveles de bioseguridad:
El nivel 1 incluye los agentes no patógenos para el hombre, como por ejemplo el Bacillus subtilis.
El nivel 2 comprende los microorganismos de riesgo moderado y procedimientos de riesgo moderado. Por ejemplo: Hepatitis B, Salmonella.
En el nivel 3, los microorganismos que pueden causar la muerte o aquéllos de riesgo moderado pero donde los procedimientos de trabajo incluyen alto riesgo de infección (aerosoles). Ejemplo: Mycobacterium tuberculosis, Brucella, virus oncogánicos, virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en alta concentración.
Un nivel 4 incluye los microorganismos exóticos y/o altamente peligrosos cuyo manipuleo involucre alto riesgo para la vida. Ejemplo: Virus Lassa, Machupo (fiebre hemorrágica), Junín.
En Panamá existen múltiples laboratorios nivel 1, que según el ministro de Salud, Fernando Gracia, son los normales que hay en clínicas y hospitales; en tanto, los del nivel 2, habría uno en el Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja de Seguro Social y otro en el Gorgas.
El que está por equiparse en el Gorgas sería el primer laboratorio del nivel 3 en el país, y no hay proyecciones para uno del nivel 4, que por información suministrada por Gracia, sirve para investigaciones de avanzada.
LA BACTERIA YA ERA ESTUDIADA EN EL PAIS
El manejo de cultivos de la bacteria del ántrax no es nuevo en Panamá y, como lo han señalado varios especialistas, el microorganismo es muy conocido por muchos profesionales de la salud médica en el país.
Más interesante resulta aún que desde 1969, cuando llegó la primera cepa del bacillus antracis (nombre científico del ántrax), sus características morfológicas y patogenicidad fueron utilizadas como material de docencia por estudiantes de Tecnología Médica y de Medicina de la Universidad de Panamá (UP).
A juicio de Marion Martin, catedrática y directora del Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la UP, el estudio del bacilo del ántrax que está en Panamá no ha requerido de ningún cuidado especial, porque esta bacteria no ha esporulado (creado esporas) ni ha sido secada, por lo que no representa mayores riesgos.
De acuerdo con la experta, la diferencia de la cepa que está en la Facultad de Medicina con la que es utilizada como agente de bioterrorismo en Estados Unidos, radica en que en el último caso la bacteria ha esporulado y está siendo manipulada de forma que cree un riesgo para quienes la inhalen.
Según la catedrática, es esta particularidad la que ha creado la histeria en Estados Unidos, ya que el ántrax pulmonar (el que se adquiere por inhalación de la bacteria en forma de esporas) ocasiona la muerte en el 90% de las personas que la respiran.
Aunque no se tiene información documental que asegure que en Panamá humanos han contraído el ántrax, sí ha habido registros anecdóticos de la presencia del bacilo en la forma cutánea, cuyo tratamiento es más fácil.
La presencia de una cepa del ántrax en la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá no debe causar temor, según expresaron algunos microbiólogos consultados, ya que las medidas de seguridad con que se maneja la bacteria y sus propias características no representan mayor riesgo.
De hecho, hay quienes se atreven a asegurar que ello representa cierta ventaja para el país ante la posibilidad de elaborar una vacuna para la población panameña.
Hasta el momento, la presencia de esta cepa en la Escuela de Medicina ha permitido a expertos de la UP brindar asesoría a las autoridades del Ministerio de Salud, en cuanto a la composición y comportamiento del organismo, así como de las medidas de seguridad que deben ser aplicadas.
TRATAMIENTO
La aparición en Estados Unidos de más de 30 casos de ántrax en menos de dos meses ha provocado que, tanto en ese país como en todo el mundo, la demanda del medicamento que contrarreste la enfermedad se haya incrementado.
Como terapia profiláctica contra la bacteria se aplica medicamentos como ciprofloxacina, doxiciclina y amoxicilina. Mientras que para el tratamiento de la infección son más usuales la penicilina, estreptomicina, eritromicina, tetraciclina, cloranfenicol y la ciprofloxacina.
La ciprofloxacina, mejor conocida comercialmente como ciprobay o ciproxina (en Panamá), es el medicamento por excelencia recomendado en Estados Unidos, debido a la eficacia contra todas las cepas del ántrax. También existe una vacuna contra la enfermedad, que es producida por el laboratorio de la armada estadounidense, BioPort y que hasta el momento sólo es suministrado a personal del ejército.
En Panamá, la tableta de ciprofloxacina o ciproxina tiene un costo de B/.3.56. Mientras que la caja de 250 miligramos tiene un valor de B/.90.25; la de 500 mg, B/.106.85 y la de 750 mg, B/.34.40. Cada cajeta contiene 50, 30 y 6 pastillas, respectivamente.
La ciproxina es un antibiótico fuerte, y según pudo comprobar este diario, en Panamá se usa en casos de infecciones respiratorias con complicaciones, y en las infecciones en la próstata, entre otros usos. Como sucede con cualquier antibiótico en el país, sólo se vende o prescribe con receta médica.
COMO SE APLICA LA BIOSEGURIDAD
La bioseguridad implica seguir ciertas reglas de protección, que se aplicarán en el laboratorio desde la recepción hasta el desecho de agentes o muestras biológicas, pasando por su manipulación, las que dependerán del tipo y cantidad de las muestras, y los procedimientos empleados para su manejo.
En cuanto a las prácticas de bioseguridad dentro del laboratorio se establece que el acceso debe estar restringido, sobre todo durante el tiempo de trabajo, y la puerta herméticamente cerrada. El personal debe lavarse las manos antes y después de manipular el material biológico; no comer, beber, fumar, manejar lentes de contacto o aplicarse cosméticos; ni “pipetear” con la boca, sino utilizar los instrumentos adecuados para ello: propipetas, pipetas automáticas y bulbos de seguridad, así como evitar aerosoles o derrames. La superficie de trabajo debe desinfectarse antes y después de usarla, sobre todo si se presentó algún derrame.
Además, todo cultivo o material biológico debe ser tratado por métodos como la esterilización antes de ser descartado, y debe existir un programa de control de insectos y roedores. La señal gráfica de riesgo biológico debe estar colocada a la vista en el acceso y acompañada de los datos del jefe de laboratorio y los requisitos para entrar en el lugar.
En ocasiones, debe existir un programa de vacunación y toma de muestras de suero (pruebas de sangre) al personal que labora en el área. Es indispensable, asimismo, un manual y un reglamento de bioseguridad que debe conocer y seguir el personal, así como programas de entrenamiento constante en la materia.
Adicionalmente, debe tenerse extremo cuidado con el manejo y eliminación de agujas, porta-objetos, pipetas, tubos capilares, entre otros, colocándolos en contenedores especiales y cuando sea posible sustituirlos por materiales de plástico desechables.
El equipo e instalaciones para efectos de bioseguridad también dependerán de la peligrosidad y características del microorganismo que se maneje. Por ejemplo, para algunos es necesario utilizar trampas de doble puerta para evitar la contaminación tanto del espacio interior como del medio externo; en otros casos, se utilizan gabinetes de bioseguridad, de los cuales hay de varios tipos: abiertos o totalmente cerrados, para proteger al material o a las personas y el medio ambiente, con o sin guantes integrados, pero todos ellos dotados de complejos sistemas de filtración de aire. De cualquier manera, el equipo personal mínimo se integra de bata, guantes y mascarillas.
Las instalaciones deben estar construidas para su fácil aseo y desinfección; disponer de lavamanos y lavaojos; tener paredes, pisos y techos resistentes a la humedad y de fácil limpieza. Las mesas deben ser resistentes a solventes, ácidos y calor moderado, y los muebles sencillos y colocados con la separación suficiente entre ellos para permitir el aseo. Las ventanas deben estar selladas y las que se abren contar con mosquitero.
Tanto el equipo como las instalaciones del laboratorio en general deben recibir mantenimiento y desinfectarse periódicamente.
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