Otra historia en el caso Estrellamar
Publicado 2000/11/10 00:00:00
- Argentina/
Más de 400 acreedores de Estrellamar y The Providence Corporation reclaman cerca de 24 millones de dólares perdidos por la empresa en la compra de acciones en la Bolsa de Valores de Nueva York, ese es el caso de una afectada, quien ahora se siente burlada en su buena fe e integridad por quienes le afirmaron que su dinero estaría seguro por la solidez de la empresa.
En nota enviada a uno de los abogados de los acreedores involucrados en este caso, por una de las afectadas, ésta asegura haber comenzado su relación con The Providence Corp., por asesoramiento de Rafael Endara, vicepresidente ejecutivo y gerente general del Banco DISA.
Manifiesta que tras cinco años de relación con la empresa, el 3 de octubre de 2000 solicitó a través de sus hijas y nietos la cancelación total de todas las cuentas, al enterarse que The Providence Corporation había cerrado operaciones.
Asegura que los cheques fueron confeccionados a nombre del Banco DISA a solicitud de sus ejecutivos y entregados en su residencia por el propio Endara el 6 de octubre de 2000 con instrucciones de que se tendrían que llevar el lunes 9 de octubre para los pagos correspondientes.
Cuenta la afectada que el 9 de octubre, siguiendo las instrucciones de Endara se presentaron los cheques al Banco DISA para su cobro, pero Gabriel Diez hijo, otro de los ejecutivos del banco le informa que no podían ser retirados por insuficiencia de fondos.
Al registrarse la negativa del banco, expresa la afectada, Sebastián Méndez, gerente de Estrellamar, en una carta adjunta le notifica a ella que "no ha dado orden alguna de que no se paguen los cheques y mucho menos a nombre del Banco DISA".
Los cheques girados por The Providence Corp. contra DISA el 3 de octubre de 2000, representaban el monto total de los depósitos que la familia y la afectada mantenía con The Providence Corporation (más de 450 mil dólares), precisó en la carta, "por lo que al haberse girado dichos cheques, no aparecen como acreedores de The Providence Corporation".
Rafael Endara asegura la fuente en la nota, la recibió a ella y a sus hijas el 20 de octubre de 2000, en una posterior reunión e informó que si esos cheques eran presentados a DISA por intermedio de abogados estos podían ser cobrados, y al preguntar cómo cobrarlos, si le habían dicho que no habían fondos, éste manifestó que "habían otras cuentas".
Relata en la nota que esa misma tarde la firma de abogados que la representa, la Alemán, Cordero, Galindo y Lee, presentan los cheques al Banco DISA junto a una nota, pero los mismos fueron devueltos con una nota adjunta del señor Rafael Endara, ya que el Banco DISA según él "no tenía causa alguna ni acreencia pendiente de pago de The Providence Corp. para aceptar los cheques mencionados en la nota a que nos referimos y emitidos a favor de este Banco".
Todo esto ha pasado, expresa la acreedora "a pesar que cuando Rafael Endara nos entregó esos cheques a sabiendas que era para abonar a las cuentas que manteníamos con The Providence Corporation y nos informó que podíamos hacer efectivos los mismos el lunes 9 de octubre de 2000".
A pesar que en su momento la acreedora expresó su inquietud por la campaña publicitaria de The Providence Corporation (suspendida por la Superintendencia en nota de 2 de agosto de 2000) y de que en conversación con Rafael Endara en la que éste informó que no se preocupara porque la compañía seguía siendo sólida y que no había ningún problema, "Hoy me siento burlada de mi buena fe e integridad", puntualizó.
En nota enviada a uno de los abogados de los acreedores involucrados en este caso, por una de las afectadas, ésta asegura haber comenzado su relación con The Providence Corp., por asesoramiento de Rafael Endara, vicepresidente ejecutivo y gerente general del Banco DISA.
Manifiesta que tras cinco años de relación con la empresa, el 3 de octubre de 2000 solicitó a través de sus hijas y nietos la cancelación total de todas las cuentas, al enterarse que The Providence Corporation había cerrado operaciones.
Asegura que los cheques fueron confeccionados a nombre del Banco DISA a solicitud de sus ejecutivos y entregados en su residencia por el propio Endara el 6 de octubre de 2000 con instrucciones de que se tendrían que llevar el lunes 9 de octubre para los pagos correspondientes.
Cuenta la afectada que el 9 de octubre, siguiendo las instrucciones de Endara se presentaron los cheques al Banco DISA para su cobro, pero Gabriel Diez hijo, otro de los ejecutivos del banco le informa que no podían ser retirados por insuficiencia de fondos.
Al registrarse la negativa del banco, expresa la afectada, Sebastián Méndez, gerente de Estrellamar, en una carta adjunta le notifica a ella que "no ha dado orden alguna de que no se paguen los cheques y mucho menos a nombre del Banco DISA".
Los cheques girados por The Providence Corp. contra DISA el 3 de octubre de 2000, representaban el monto total de los depósitos que la familia y la afectada mantenía con The Providence Corporation (más de 450 mil dólares), precisó en la carta, "por lo que al haberse girado dichos cheques, no aparecen como acreedores de The Providence Corporation".
Rafael Endara asegura la fuente en la nota, la recibió a ella y a sus hijas el 20 de octubre de 2000, en una posterior reunión e informó que si esos cheques eran presentados a DISA por intermedio de abogados estos podían ser cobrados, y al preguntar cómo cobrarlos, si le habían dicho que no habían fondos, éste manifestó que "habían otras cuentas".
Relata en la nota que esa misma tarde la firma de abogados que la representa, la Alemán, Cordero, Galindo y Lee, presentan los cheques al Banco DISA junto a una nota, pero los mismos fueron devueltos con una nota adjunta del señor Rafael Endara, ya que el Banco DISA según él "no tenía causa alguna ni acreencia pendiente de pago de The Providence Corp. para aceptar los cheques mencionados en la nota a que nos referimos y emitidos a favor de este Banco".
Todo esto ha pasado, expresa la acreedora "a pesar que cuando Rafael Endara nos entregó esos cheques a sabiendas que era para abonar a las cuentas que manteníamos con The Providence Corporation y nos informó que podíamos hacer efectivos los mismos el lunes 9 de octubre de 2000".
A pesar que en su momento la acreedora expresó su inquietud por la campaña publicitaria de The Providence Corporation (suspendida por la Superintendencia en nota de 2 de agosto de 2000) y de que en conversación con Rafael Endara en la que éste informó que no se preocupara porque la compañía seguía siendo sólida y que no había ningún problema, "Hoy me siento burlada de mi buena fe e integridad", puntualizó.
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