Martin Wright Cotto: veo mas cerca la muerte que mi libertad

Martín Wright Cotto, el presidiario más peligroso de La Joyita, confesó que más cerca ve su muerte que lograr algún dí­a su libertad de la prisión.

Está confeso del crimen de la joven Ana Mercedes Medina, ocurrido en septiembre de 2007, además de su participación en el homicidio de la señora Damaris Mendoza, en junio de 2006.

Enfrenta dos procesos por fugas y más de 200 robos a mano armada, Wrigth Cotto es considerado un "detenido de alta peligrosidad" por la dirección del penal.

Tres custodios lo condujeron hasta un sitio dentro del penal para la entrevista con Panamá América. Tení­a grilletes en los pies. Delgado y pálido ante la falta de sol, el "terror" de La Joyita, estÁ solo dentro de una celda, ya que hay muchos en el penal que lo quieren matar.

Y no es para menos, ya que Wright Cotto, se ganó el calificativo de "sapo" cuando denunció a sus compañeros de celda por 25 gramos de cocaÃína. Recibió una golpiza de sus compañeros, que le dejaron heridas que aún tiene en su cuerpo.

"Si yo no cambio mi vida hacia Cristo, creo que más rápido me llegará la muerte que la libertad", dijo.

Y es que la libertad está lejos para este joven de tan sólo 24 años. Espera con resignación una condena por la muerte de Ana Mercedes Medina.

Dice que no puede pedirle perdón a los familiares de esta joven, pero sí­ disculpas, porque reconoce que cometió un horrendo crimen.

Crimen casi perfecto.
En el 2007, Wright Cotto conoció a Medina, en su empleo como agente de seguridad del edificio Miramar en Paitilla.

Contó que desde el inicio sintió una atracción especial, pues nunca había visto a una mujer tan hermosa, al punto que se obsesionó con Medina.

Empezó a observarla, se percató de que viví­a sola, y decidió asaltarla.

Para el ilícito contactó a otros dos hombres que ubicó en el distrito de Arraiján.

El viernes 14 de septiembre de 2007, luego de haber ingerido cocaína por varias horas, Wright Cotto llevó a sus secuaces al condominio y les abrió la puerta del apartamento de Medina.

Para evitar que ella gritara, él ingresó primero a la vivienda y la dominó.

Luego obligaron a Medina a que firmara un cheque de B/. 5 mil, le robaron otros B/. 3 mil en efectivo, prendas y un reloj.

Cuando Wright Cotto pensó que todo había acabado, puesto que había obtenido lo que quería, un morboso pensamiento le abrumó los sentidos. Narró que sintió un incontrolable deseo de poseer a Medina.

Con la ayuda de uno de sus compinches, la sometió una vez más y la violó ante los ojos de sus secuaces.

Tras el infame hecho, Wrigth Cotto pensó que si la dejaba viva ella lo delataría, aunque su intención nunca fue matarla.

La amordazó y le ató los pies con cinta adhesiva. Luego, mientras uno de sus cómplices estaba sentado sobre el estómago de Medina, para evitar que se moviera, Wright Cotto le presionó la nariz y la asfixió.

Después tomaron el cuerpo sin vida de Medina, le quitaron las mordazas, la vistieron y la acostaron en la cama, para que pareciera una muerte natural. Tomaron el botón y salieron de la habitación.

Fue hasta el domingo 16 de septiembre, que se descubrió que Medina había muerto. Al inicio se creyó que la mató un infarto, pero movimientos bancarios en sus cuentas, reportados cuando se supone estaba muerta, despertaron la curiosidad de sus familiares.

Wright Coto pensó que había cometido el crimen perfecto, pero 27 dí­as después lo atrapan por intentar cambiar un cheque de 5 mil balboas, perteneciente a Medina. Martí­n con lo que robó compró televisión, coche para su hija, dvd y un televisor.

Confesiones.
Martí­n Wright Cotto, dijo que no tiene nada que ver en el crimen de Damaris Mendoza. Se vinculó al caso para involucrar a dos de sus enemigos.

Wright Cotto alega que no recibe atención médica cuando la pide, y en el penal no lo dejan hacer llamadas, pero la directora de La Joyita Dora de Santanash dice que no ha recibido tales peticiones.

Wright Cotto confesó el crimen de Ana Mercedes Medina, por lo que espera una condena menor.

Asegura haber cometido más de 200 robos a manos armada y un crimen.