La Contraloría asegura que Ruby Moscoso desvió fondos
- Santiago Cumbrera
De los B/.6 millones donados porTaiwan se hicieron pagos a cuentas de tarjetas de crédito personales, y en el expediente aparece beneficiado en sus cuentas privadas el ex ministro Fernando Gracia.
A partir de hoy, la Dirección de Responsabilidad Patrimonial (DRP) y el Ministerio Público pasarán revista a uno de los mayores escándalos de corrupción de la historia local. Se trata de "la construcción del Museo del Tucán".
Las protagonistas principales: la ex presidenta Mireya Moscoso y su hermana y ex Primera Dama, Ruby Moscoso de Young.
La Contraloría General de la República confirmó finalmente que de los B/.6 millones que donó el gobierno de Taiwán para esta y otras obras, al menos B/.4.4 millones fueron desviados a bancos estatales y privados para abonar saldos de tarjetas de créditos a nombre de miembros de la fundación Pro Educación Integral de la Niñez y la Juventud, organismo que manejó la donación en mención.
Toda la directiva de la fundación será llamada para que responda por la lesión patrimonial.
A lo largo de las 131 páginas se enfatiza que algunas de las tarjetas de créditos investigadas no representan líneas de crédito utilizadas exclusivamente en calidad de "agente de manejo".
Los estados de cuentas suministrados por las entidades bancarias reflejan movimientos con fechas posteriores al 1 de septiembre de 2004 (hasta mediados de 2005), cuando ya el grupo no estaba en gobierno, lo que hace suponer manejos personales.
Se usó dinero para pagar tarjetas de crédito propiedad del ex ministro Gracia y de su esposa Katia. Igualmente, se pagaron tarjetas de créditos a nombre Gishlana González de Singares y Hernán Arias.
Para ser miembro las reglas eran bien claras: "Se requiere ser cónyuge del funcionario o funcionaria de nivel político o directivo", era el principal estatuto que fue modificado una vez asumió el poder la ex mandataria Moscoso.
Colaboradores cercanos a la ex Primera Dama dijeron al que ella no hablaría. Aún así, en el informe de la Contraloría aparece un escueto comunicado donde Ruby Moscoso alega que el edificio costó B/.4.6 millones, que B/.500 mil fueron devueltos a Taiwán porque no alcanzaban para equiparar el proyecto.
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