La cara oscura del puente de Las Américas
Publicado 2006/06/14 23:00:00
- Deivis Eliecer Cerrud
DESDE 1962, cuando fue inaugurado el puente de Las Américas, le fueron colocadas barandas, muros de contención, mallas de seguridad y ahora por último, se trabaja en una cerca, todo con el propósito de frustrar los intentos de suicidios.
Pero, esta estructura, de 118 metros sobre el nivel del mar, ha sido escenario de inusuales reclamos que van desde problemas sentimentales hasta asuntos laborales.
Y es que con el pasar del tiempo, el lugar se fue haciendo popular.
Panamá América preparó un recuento de los casos en que los protagonistas llevaron sus reclamos "a lo más alto". Algunos terminaron en tragedia y otros, no pasaron de ocupar las primeras planas de los medios, afortunadamente.
El lunes 17 de febrero de 2003, Eric González, de 29 años, subió al arco del puente para lograr el perdón de su esposa. Lo hizo como medida de presión, ya que según las investigaciones, él le había sido infiel.
González, quien supuestamente fue capturado "in fraganti" por su concubina, subió a la estructura a las 12: 00 mediodía para decirle que la quería.
Más tarde, el 19 de agosto, Arnulfo Delgado, de 34 años, procedente del distrito de Arraiján, amenazó con lanzarse desde lo más alto de la imponente estructura, pero desistió tras la intervención de las autoridades.
Ese mismo año, el martes 2 de diciembre, como a las 8: 20 a.m., Jason Mou Chong, de 24 años, intentó suicidarse. El hecho fue presenciado por otros conductores, quienes se sorprendieron al ver cómo el ciudadano se bajaba de su auto y se lanzaba al precipicio.
Resultó con fracturas en su cuerpo; sin embargo, se salvó porque cayó en el lodo. Sus familiares informaron luego, que tenía problema de drogas, además era tratado por un experto por su estado de salud depresivo.
Varios meses después, otro hombre le siguió los pasos e intentó suicidarse el 6 de julio de 2004. Una vez más, las autoridades lo evitaron.
El viernes 29 de julio de 2005, a las 6: 00 de la mañana, Rolando Gómez, Rodolfo Vence y Javier Moreno, quienes trabajaban en el antiguo Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE) y que fueron destituidos en 1991 por la Ley No. 25, escalaron el puente, burlando la seguridad que existía en el acceso por una cumbre presidencial que se celebraba en nuestro país. Bajaron cuatro horas después.
Tanto Vence como sus otros compañeros: Eric González, Javier Muñoz y Rubén Guevara, lo volvieron a hacer este año a inicios de mayo.
Exigían el pago de 55 millones de dólares, cantidad que cubriría parte de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Por 36 horas permanecieron en las alturas del puente. Abandonaron su protesta el 2 de mayo.
Hasta Marco Manjarrez, acusado del crimen de monseñor Jorge Altafulla, se fue al puente de Las Américas a terminar con sus días, evidentemente no lo logró.
La más reciente de estas historias se registró el pasado 10 de junio. Un hombre de generales desconocidas se bajó de su auto y se lanzó del puente. Su cuerpo todavía no ha sido encontrado.
Jorge Chow, director de Obras de la Dirección de Mantenimiento del MOP, conoce la situación y asegura que aunque la cerca es un impedimento más, es probable que las personas busquen otros medios para subirse.
"Tendría que impedirse el tránsito por el puente para que nadie pudiera lanzarse", precisó.
La cerca, de aproximadamente 15 metros de extensión, fue diseñada por ingenieros especialistas en puentes de la Dirección de Obras y se está colocando al inicio y al final del arco central. Su costo aproximado es de B/. 5 mil.
Juana Herrera Araúz, directora del Instituto Nacional de Salud Mental, asegura que quienes se lanzan del puente de Las Américas, no lo hacen por protagonismo, ya que por las dimensiones de la estructura, el intento se concretará. Dos de cada tres de las personas que se suicidan tienen un cuadro depresivo severo y eso se debe a trastornos neuroquímicos, a nivel del hipotálamo.
Herrera señala que "si la persona sube al puente de Las Américas y no logra su cometido, debe recibir ayuda especializada, porque esas ideas y deseos suicidas son mensajes directos. Si se deja convencer, es que está ambivalente y quiere seguir viviendo, pero tiene un dolor emocional, que requiere ayuda profesional".
Pero, esta estructura, de 118 metros sobre el nivel del mar, ha sido escenario de inusuales reclamos que van desde problemas sentimentales hasta asuntos laborales.
Y es que con el pasar del tiempo, el lugar se fue haciendo popular.
Panamá América preparó un recuento de los casos en que los protagonistas llevaron sus reclamos "a lo más alto". Algunos terminaron en tragedia y otros, no pasaron de ocupar las primeras planas de los medios, afortunadamente.
El lunes 17 de febrero de 2003, Eric González, de 29 años, subió al arco del puente para lograr el perdón de su esposa. Lo hizo como medida de presión, ya que según las investigaciones, él le había sido infiel.
González, quien supuestamente fue capturado "in fraganti" por su concubina, subió a la estructura a las 12: 00 mediodía para decirle que la quería.
Más tarde, el 19 de agosto, Arnulfo Delgado, de 34 años, procedente del distrito de Arraiján, amenazó con lanzarse desde lo más alto de la imponente estructura, pero desistió tras la intervención de las autoridades.
Ese mismo año, el martes 2 de diciembre, como a las 8: 20 a.m., Jason Mou Chong, de 24 años, intentó suicidarse. El hecho fue presenciado por otros conductores, quienes se sorprendieron al ver cómo el ciudadano se bajaba de su auto y se lanzaba al precipicio.
Resultó con fracturas en su cuerpo; sin embargo, se salvó porque cayó en el lodo. Sus familiares informaron luego, que tenía problema de drogas, además era tratado por un experto por su estado de salud depresivo.
Varios meses después, otro hombre le siguió los pasos e intentó suicidarse el 6 de julio de 2004. Una vez más, las autoridades lo evitaron.
El viernes 29 de julio de 2005, a las 6: 00 de la mañana, Rolando Gómez, Rodolfo Vence y Javier Moreno, quienes trabajaban en el antiguo Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE) y que fueron destituidos en 1991 por la Ley No. 25, escalaron el puente, burlando la seguridad que existía en el acceso por una cumbre presidencial que se celebraba en nuestro país. Bajaron cuatro horas después.
Tanto Vence como sus otros compañeros: Eric González, Javier Muñoz y Rubén Guevara, lo volvieron a hacer este año a inicios de mayo.
Exigían el pago de 55 millones de dólares, cantidad que cubriría parte de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Por 36 horas permanecieron en las alturas del puente. Abandonaron su protesta el 2 de mayo.
Hasta Marco Manjarrez, acusado del crimen de monseñor Jorge Altafulla, se fue al puente de Las Américas a terminar con sus días, evidentemente no lo logró.
La más reciente de estas historias se registró el pasado 10 de junio. Un hombre de generales desconocidas se bajó de su auto y se lanzó del puente. Su cuerpo todavía no ha sido encontrado.
Jorge Chow, director de Obras de la Dirección de Mantenimiento del MOP, conoce la situación y asegura que aunque la cerca es un impedimento más, es probable que las personas busquen otros medios para subirse.
"Tendría que impedirse el tránsito por el puente para que nadie pudiera lanzarse", precisó.
La cerca, de aproximadamente 15 metros de extensión, fue diseñada por ingenieros especialistas en puentes de la Dirección de Obras y se está colocando al inicio y al final del arco central. Su costo aproximado es de B/. 5 mil.
Juana Herrera Araúz, directora del Instituto Nacional de Salud Mental, asegura que quienes se lanzan del puente de Las Américas, no lo hacen por protagonismo, ya que por las dimensiones de la estructura, el intento se concretará. Dos de cada tres de las personas que se suicidan tienen un cuadro depresivo severo y eso se debe a trastornos neuroquímicos, a nivel del hipotálamo.
Herrera señala que "si la persona sube al puente de Las Américas y no logra su cometido, debe recibir ayuda especializada, porque esas ideas y deseos suicidas son mensajes directos. Si se deja convencer, es que está ambivalente y quiere seguir viviendo, pero tiene un dolor emocional, que requiere ayuda profesional".
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.