La Biblia guió a Colón al descubrimiento de América
Publicado 2000/10/11 23:00:00
- Italia/
Aunque al final del siglo XV, aún se pensaba que los hombres habitaban sobre un gigante dios recostado y cubierto de vegetación o que el planeta estaba sostenido por una enorme tortuga, el marino estaba convencido que el mundo era una esfera, verdad que lo llevó a descubrir el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492.
Pero los cálculos astronómicos no fueron los que llevaron a Cristóbal Colón a jugarse su futuro en la expedición aventurera con mayor repercusión histórica que se haya emprendido. Colón estaba convencido de la redondez de la Tierra porque había consultado un documento, con suficiente credibilidad, que así lo garantizaba.
La escritura que reveló la verdad a Colón, acerca de la forma del planeta, fue redactada en el año 740 antes de Cristo y está insertada en el libro más leído en el mundo actual: la Biblia.
Colón puso su atención en el profético libro del Antiguo Testamento, Isaías, que en el versículo 22 del capítulo 40 dice: "El (Jehová) está sentado sobre el círculo de la Tierra...", de acuerdo a la revisión de 1960 de la antigua versión Reina Valera.
Sin embargo, en versiones bíblicas de la época de Colón, que están cotejadas con los textos hebreos, son más certeras al decir: "El está asentado sobre el globo de la tierra..." o globo terráqueo.
Bajo inspiración divina, el profeta Isaías escribió, hace más de 700 años antes de Cristo, el texto que daría motivos a Colón para buscar, a como diera lugar, los recursos que le permitieran emprender el viaje sobre el "globo de la Tierra" y -según el navegante- llegar a las Indias Occidentales.
Empero, en su viaje a las Indias Occidentales, Colón se topó con una masa de tierra que luego se llamó América. Hoy se cumplen 508 años de ese encuentro accidental.
Aunque algunos aseguran que Colón era genovés, la controversia sobre su origen religioso y étnico se mantiene. Incluso se menciona la posibilidad de que fuera judío y estudioso de las Santas Escrituras, lo cual reforzaría esta teoría, sobre cómo conoció la forma de la Tierra.
En los 84 folios del Libro de las Profecías, escrito por Colón -y cuyo manuscrito original se encuentra en la Biblioteca Capitular y Colombina de la Catedral de Sevilla- entre septiembre de 1501 y marzo de 1502, es evidente su conocimiento de las Escrituras y su confianza en la Providencia.
Según las investigaciones del famoso polígrafo español Salvador Madariaga, Colón era un judío convertido al cristianismo. De acuerdo con Madariaga, las amistades y contribuyentes más allegados al marino eran judíos conversos. Uno de ellos era Fray Hernando Talavera, quien desempeñó un papel muy importante en el reinado de Isabel La Católica y sobre todo, en la vida de Colón.
Luis Santagel, quien contribuyó con sus préstamos de dinero a la empresa de Colón, también era judío. Fray Diego de Deza, profesor de teología que protegió a Colón, obviamente era converso, relató Madariaga en un compendio sobre el resultado de sus investigaciones.
Otra de las pruebas del polígrafo español fue la larga nota que escribe Colón, en la cual trata de probar que Esdras era un profeta verdadero, el cual es considerado como una autoridad canónica entre algunos judíos réprobos.
También se advirtieron otros tres rasgos de la fe judaica en la personalidad de Colón: su sentimiento profético, subrayado por su comprensión del valor permanente de la personalidad humana; la convicción de que había sido elegido por el Señor para una misión única y exclusiva, y la idea de un pacto entre el hombre y Dios. Todos estos manifiestos se advierten en sus escritos.
En una nota escrita por Colón al Ama del Príncipe Juan, dice: "La esperanza de Aquel que creó a todos me sostiene; su socorro fue siempre muy presto. Otra vez y no lejos, estando yo más bajo, me levantó con su brazo divino, diciendo: Oh hombre de poca fe, levántate que Yo Soy, no hayas miedo". De acuerdo a Madariaga, esta nota definitivamente comprueba la confianza de Colón en su Dios, por consiguiente en su Palabra.
Otro hecho que llama la atención, era que los judíos tenían que abandonar España el 31 de julio de 1492, pero la reina Isabel concedió una prórroga hasta la media noche del 2 de agosto. Los barcos que llevarían al exilio a los judíos, aguardaban junto a las carabelas de Colón, listos para soltar amarras.
Colón zarpó del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 justo antes de rayar el alba, es decir, durante la noche siguiente a un día de ayuno para los judíos que recordaban la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor y por Tito.
Todo estaba listo para partir el 2 de agosto, pero los judíos lo consideraban un día de mala suerte y no emprenderían nada ese día. ¿Conocía Colón la tradición judía y decidió zarpar el 3, en lugar del 2 de agosto?
Fuese judío o no, Colón era un ferviente cristiano y un conocedor de la Biblia, lo cual -quizás- le llevó a la convicción de la redondez de la Tierra y la llegada al Nuevo Mundo.
Pero los cálculos astronómicos no fueron los que llevaron a Cristóbal Colón a jugarse su futuro en la expedición aventurera con mayor repercusión histórica que se haya emprendido. Colón estaba convencido de la redondez de la Tierra porque había consultado un documento, con suficiente credibilidad, que así lo garantizaba.
La escritura que reveló la verdad a Colón, acerca de la forma del planeta, fue redactada en el año 740 antes de Cristo y está insertada en el libro más leído en el mundo actual: la Biblia.
Colón puso su atención en el profético libro del Antiguo Testamento, Isaías, que en el versículo 22 del capítulo 40 dice: "El (Jehová) está sentado sobre el círculo de la Tierra...", de acuerdo a la revisión de 1960 de la antigua versión Reina Valera.
Sin embargo, en versiones bíblicas de la época de Colón, que están cotejadas con los textos hebreos, son más certeras al decir: "El está asentado sobre el globo de la tierra..." o globo terráqueo.
Bajo inspiración divina, el profeta Isaías escribió, hace más de 700 años antes de Cristo, el texto que daría motivos a Colón para buscar, a como diera lugar, los recursos que le permitieran emprender el viaje sobre el "globo de la Tierra" y -según el navegante- llegar a las Indias Occidentales.
Empero, en su viaje a las Indias Occidentales, Colón se topó con una masa de tierra que luego se llamó América. Hoy se cumplen 508 años de ese encuentro accidental.
Aunque algunos aseguran que Colón era genovés, la controversia sobre su origen religioso y étnico se mantiene. Incluso se menciona la posibilidad de que fuera judío y estudioso de las Santas Escrituras, lo cual reforzaría esta teoría, sobre cómo conoció la forma de la Tierra.
En los 84 folios del Libro de las Profecías, escrito por Colón -y cuyo manuscrito original se encuentra en la Biblioteca Capitular y Colombina de la Catedral de Sevilla- entre septiembre de 1501 y marzo de 1502, es evidente su conocimiento de las Escrituras y su confianza en la Providencia.
Según las investigaciones del famoso polígrafo español Salvador Madariaga, Colón era un judío convertido al cristianismo. De acuerdo con Madariaga, las amistades y contribuyentes más allegados al marino eran judíos conversos. Uno de ellos era Fray Hernando Talavera, quien desempeñó un papel muy importante en el reinado de Isabel La Católica y sobre todo, en la vida de Colón.
Luis Santagel, quien contribuyó con sus préstamos de dinero a la empresa de Colón, también era judío. Fray Diego de Deza, profesor de teología que protegió a Colón, obviamente era converso, relató Madariaga en un compendio sobre el resultado de sus investigaciones.
Otra de las pruebas del polígrafo español fue la larga nota que escribe Colón, en la cual trata de probar que Esdras era un profeta verdadero, el cual es considerado como una autoridad canónica entre algunos judíos réprobos.
También se advirtieron otros tres rasgos de la fe judaica en la personalidad de Colón: su sentimiento profético, subrayado por su comprensión del valor permanente de la personalidad humana; la convicción de que había sido elegido por el Señor para una misión única y exclusiva, y la idea de un pacto entre el hombre y Dios. Todos estos manifiestos se advierten en sus escritos.
En una nota escrita por Colón al Ama del Príncipe Juan, dice: "La esperanza de Aquel que creó a todos me sostiene; su socorro fue siempre muy presto. Otra vez y no lejos, estando yo más bajo, me levantó con su brazo divino, diciendo: Oh hombre de poca fe, levántate que Yo Soy, no hayas miedo". De acuerdo a Madariaga, esta nota definitivamente comprueba la confianza de Colón en su Dios, por consiguiente en su Palabra.
Otro hecho que llama la atención, era que los judíos tenían que abandonar España el 31 de julio de 1492, pero la reina Isabel concedió una prórroga hasta la media noche del 2 de agosto. Los barcos que llevarían al exilio a los judíos, aguardaban junto a las carabelas de Colón, listos para soltar amarras.
Colón zarpó del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492 justo antes de rayar el alba, es decir, durante la noche siguiente a un día de ayuno para los judíos que recordaban la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor y por Tito.
Todo estaba listo para partir el 2 de agosto, pero los judíos lo consideraban un día de mala suerte y no emprenderían nada ese día. ¿Conocía Colón la tradición judía y decidió zarpar el 3, en lugar del 2 de agosto?
Fuese judío o no, Colón era un ferviente cristiano y un conocedor de la Biblia, lo cual -quizás- le llevó a la convicción de la redondez de la Tierra y la llegada al Nuevo Mundo.
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