Gore y Bush pasaron por alto temas latinoamericanos
Publicado 2000/11/07 00:00:00
- MEREDITH SERRACIN
Naciones Unidas.- Hace sólo semanas que un navío de Estados Unidos fue saboteado por un grupo terrorista en un puerto en el Oriente Medio donde también queda latente la posibilidad de una nueva guerra entre Israel y los países árabes. En Latinoamérica la pobreza está acechando la estabilidad de los gobiernos demócratas, y en Africa se suceden los golpes militares y las exterminaciones entre distintas tribus que requieren la presencia de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que aún no cuenta con recursos suficientes para responder a las demandas.
Lo sorprendente es que ninguno de estos y otros problemas que se asoman en el horizonte de la política internacional ha resonado en la campaña presidencial de Estados Unidos, el país de mayor influencia y que aporta el 25 por ciento del presupuesto de la ONU.
La campaña que finalizó esta madrugada cuando Gore hizo un último esfuerzo para ganar el voto hispano en la Florida antes de regresar con su esposa a Nashville, Tennesee, giró casi exclusivamente alrededor de temas nacionales-quizás el más contundente es quién es mejor para continuar la era de prosperidad que goza esta república, si el vicepresidente Al Gore o el gobernador de Texas, George W. Bush.
Por cierto, ningún diplomático panameño lamentó la ausencia de una gran polémica de política exterior entre los dos partidos como ocurrió en 1948, cuando los Republicanos acusaron a los Demócratas de "perder a China", o sea, de ser responsables de la victoria de los Comunistas sobre el Kuomintang de Chiang Kai Chek.
Desde que Estados Unidos entregó el Canal a Panamá y cerró sus bases militares en la república ístmica, uno de los pocos momentos en que los políticos en el Congreso expresaron interés sobre el futuro de la república ístmica fue cuando la de ultraconservadores sostuvieron unas audiencias para expresar su temor de que el gobierno de Beijing se apoderara algún día de la vía interoceánica.
"Afortunadamente ya hemos salido del radar", comentó un ex-diplomático panameño que pidió no ser identificado, al comentar sobre el repentino silencio de ese grupo después de su fracasada tentativa de alarmar al Congreso.
En tanto en este foro mundial, donde todos opinan sobre todo, la mayoría de los representantes de los países miembros como que no encuentran palabras cuando se les pregunta sobre la campaña electoral entre Gore y Bush.
Como era de esperar, la respuesta formal más común es que "no podemos emitir criterio sobre un asunto de política interna de otro país".
Pero aún en conversaciones privadas, embajadores de Latinoamérica tanto como los europeos entrevistados por El Panamá América, confiesan sentirse estupefactos ante el espectáculo de una campaña del país más poderoso del mundo que parece girar sobre cuál de los dos candidatos es más "simpático" o tiene mejor presentación por la tele.
"Lo que nos parece insólito es que en toda la campaña se pasaron por alto los grandes problemas de política exterior en la que Estados Unidos juega un papel decisivo", susurró un diplomático temeroso de romper el compromiso de silencio.
Lo sorprendente es que ninguno de estos y otros problemas que se asoman en el horizonte de la política internacional ha resonado en la campaña presidencial de Estados Unidos, el país de mayor influencia y que aporta el 25 por ciento del presupuesto de la ONU.
La campaña que finalizó esta madrugada cuando Gore hizo un último esfuerzo para ganar el voto hispano en la Florida antes de regresar con su esposa a Nashville, Tennesee, giró casi exclusivamente alrededor de temas nacionales-quizás el más contundente es quién es mejor para continuar la era de prosperidad que goza esta república, si el vicepresidente Al Gore o el gobernador de Texas, George W. Bush.
Por cierto, ningún diplomático panameño lamentó la ausencia de una gran polémica de política exterior entre los dos partidos como ocurrió en 1948, cuando los Republicanos acusaron a los Demócratas de "perder a China", o sea, de ser responsables de la victoria de los Comunistas sobre el Kuomintang de Chiang Kai Chek.
Desde que Estados Unidos entregó el Canal a Panamá y cerró sus bases militares en la república ístmica, uno de los pocos momentos en que los políticos en el Congreso expresaron interés sobre el futuro de la república ístmica fue cuando la de ultraconservadores sostuvieron unas audiencias para expresar su temor de que el gobierno de Beijing se apoderara algún día de la vía interoceánica.
"Afortunadamente ya hemos salido del radar", comentó un ex-diplomático panameño que pidió no ser identificado, al comentar sobre el repentino silencio de ese grupo después de su fracasada tentativa de alarmar al Congreso.
En tanto en este foro mundial, donde todos opinan sobre todo, la mayoría de los representantes de los países miembros como que no encuentran palabras cuando se les pregunta sobre la campaña electoral entre Gore y Bush.
Como era de esperar, la respuesta formal más común es que "no podemos emitir criterio sobre un asunto de política interna de otro país".
Pero aún en conversaciones privadas, embajadores de Latinoamérica tanto como los europeos entrevistados por El Panamá América, confiesan sentirse estupefactos ante el espectáculo de una campaña del país más poderoso del mundo que parece girar sobre cuál de los dos candidatos es más "simpático" o tiene mejor presentación por la tele.
"Lo que nos parece insólito es que en toda la campaña se pasaron por alto los grandes problemas de política exterior en la que Estados Unidos juega un papel decisivo", susurró un diplomático temeroso de romper el compromiso de silencio.
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