Expresidente Serrano desvirtúa acusaciones en su contra
Publicado 2002/07/24 23:00:00
- El Gitano
Sostiene que posee pruebas que demuestran que los delitos que se le imputan son falsos.
Aunque el recuerdo de la tierra del quetzal le carcome el alma, en el exilio en Panamá el expresidente de Guatemala, Jorge Antonio Serrano Elías, ha saboreado con su familia una nueva felicidad. Acá él le dedica a su familia el tiempo que en Guatemala le dedicaba a la política. Acá le han nacido dos nietos panameños, fruto de los matrimonios de sus hijos Arturo y Juan Pablo con Patricia González Revilla, panameña, y con Patricia Borrero, colombiana. Serrano y su esposa Magda Irma Bianchi Lazzari disfrutan ahora el inenarrable placer de admirar el crecimiento de los nietos, que prolongarán en el tiempo la dinastía familiar.
Esta dicha familiar en Panamá es algo muy importante para un político como el ingeniero Jorge Serrano Elías que muy temprano empezó a agitarse en las aguas tempestuosas de la política. Sin embargo, Serrano ocupó puestos importantes en la educación internacional. Pocos recuerdan en medio del tumulto político que Serrano es Doctor en Educación por la Universidad Internacional ACE de Texas y Master of Arts in Education por la Universidad de Stanford. Estos créditos académicos influyeron para que la OEA lo nombrara presidente del Comité Interamericano de Educación y fuera secretario general de las universidades privadas de Guatemala.
A la larga predominó la política sobre la educación y en 1979 se vio forzado a abandonar Guatemala con su familia por haber protestado contra las arbitrariedades del gobierno del general Lucas García, lo que le acarreó persecuciones y amenazas de muerte.
En 1982 pudo regresar cuando se produjo un golpe de Estado y llegó al poder el general Ríos Mont. Su posición cívica de entonces le valió ser nombrado Presidente del Consejo de Estado que negoció con los militares el retorno a la constitucionalidad, creándose el tribunal supremo electoral, el registro de ciudadanos y el libre funcionamiento de los partidos políticos.
Tres años más tarde, en 1985, participó en las elecciones generales como candidato a la presidencia de la república de una coalición del Partido Revolucionario y el Movimiento de Cooperación Nacional. Perdió y aceptó los resultados. Guatemala estaba desgarrada por la guerrilla comunista más antigua de América Central. Secuestros, terrorismo, combates en el campo y la ciudad, todos los días.
Representó Serrano a los partidos de oposición cuando se formó la comisión nacional de reconciliación. Presidió la delegación que concurrió a Noruega a firmar el primer acuerdo de paz con la guerrilla agrupada en la URNG. Su posición cívica se robusteció mucho, después de la firma del acuerdo de paz que atajó el desangramiento que padecía Guatemala.
En 1989 vino a Panamá como integrante de la Misión Carter - Ford que observó las elecciones después anuladas. Asimismo, estuvo como observador electoral en Nicaragua cuando el sandinismo logró la hazaña de derrocar a Tachito Somoza.
En 1991 fue electo Presidente de la República en medio del fuego cruzado de militares y guerrilleros. Logró sentar en la mesa de negociaciones a los comandantes militares y a los comandantes guerrilleros, en medio de la oposición de los sectores recalcitrantes del ejército y de los empresarios conservadores que se negaban a reconocer los esfuerzos pacificadores.
Pero el clímax de la oposición a Serrano llegó cuando reconoció públicamente el derecho de Belice a convertirse en un país independiente, recibiendo encarnizados ataques. El tenso clima político llegó a su máxima ebullición cuando su partido, el Movimiento de Acción Solidaria (MAS) ganó las elecciones municipales.
"En ese momento - recuerda Jorge Serrano - las fuerzas oscuras de mi país deciden aliarse e inician un complot para derrocarme o matarme y deciden instrumentalizar a varios de los políticos que manejaban el Congreso y la Corte Suprema. En forma descarada inician acciones para chantajearme, con declaraciones desafiantes, y una carta pública de la cúpula empresarial exigiéndome que no siguiera las negociaciones con la guerrilla". La situación se agravó cuando escapa de la prisión un capitán acusado de la muerte de un ciudadano norteamericano, lo que lo obligó a arrestar al jefe militar responsable de la evasión.
Todo este panorama se radicalizó con la doble presión de sus adversarios del Congreso y la Corte Suprema. Jugándose el todo por el todo, Serrano clausuró el Congreso y la Corte Suprema. "Me vi forzado a llegar a medidas tan radicales como las tomadas el 26 de mayo de 1993, pero en otra forma fueron las mismas que tomó el gobierno presidido por el licenciado de León Carpio, pues a través de otros procedimientos lograron disolver el Congreso y también la Corte Suprema de Justicia", comenta Serrano Elías, diez años después de estos sucesos que determinaron su destierro a Panamá y los intentos de extraditarlo a Guatemala.
"Con mentiras y calumnias me han perseguido por nueve años. Son los grupos que privatizaron las empresas productivas de Guatemala para despilfarrar ese capital de los guatemaltecos en gastos públicos que no volveremos a ver y que han puesto al pueblo a pagar onerosas tarifas por los servicios", dice Serrano Elías, quien ha pedido autorización al gobierno panameño para defenderse de los ataques que por nueve años no pudo responder por su condición de exiliado. Los detractores de Serrano lo acusan de enriquecimiento ilícito, fraude, peculado y malversación de fondos.
A la primera acusación de enriquecimiento ilícito responde el expresidente que esto es "totalmente falso" y lo demuestra la declaración de bienes y deudas presentada ocho días después de asumir la presidencia ante la Contraloría General de Cuentas de Guatemala. En la declaración reconoce deudas por 360 mil quetzales, pero dice que tenía depósitos por 585 mil quetzales en los Bancos Agrícola Mercantil y Banco Industrial. El patrimonio conjunto del matrimonio Serrano Bianchi era de casi 20 millones de quetzales.
Asimismo, se le acusa que siendo presidente compró 100 fincas en un solo día. Replica que esta acusación formó parte del expediente de extradición, rechazado por Panamá dos veces. Aclara que las 100 fincas corresponden a locales de dos centros comerciales denominados Novicentros de su propiedad y lo comprobó con escrituras de constitución de los regímenes de propiedad horizontal. Del mismo modo se le sindicó de haber extraído fondos del erario nacional, pero no se aportaron pruebas al expediente.
Por otro lado, los acusadores insisten en que Serrano recibió grandes cantidades de dinero bajo el rubro de gastos confidenciales que se usaron en su período presidencial, firmando simples recibos, para defraudar al Estado. De acuerdo al expresidente, el artículo 35 de la ley orgánica de presupuesto expresa que "los gastos de naturaleza confidencial se comprueban únicamente con el recibo que se extienda al funcionario superior de la dependencia a la que se asigne el gasto". Serrano afirma que dejó los recibos de los gastos confidenciales y que la juez Leticia Lam, que hoy pide su extradición, aceptó años antes que no habían pruebas de gastos fuera de la ley. Según él, ese dinero lo usó en Hogares Comunitarios, gastos especiales del proyecto de paz, auxiliar a hospitales de caridad, viajes de delegaciones culturales y deportivas etc. Nos muestra legajos de copias de recibos, cartas, etc. que especifican los destinos de los gastos presidenciales.
A pesar que por tres veces Panamá no ha aceptado la extradición de Serrano Elías por no haberse probado la comisión de ilícitos, sus enemigos han vuelto a la carga. El fiscal Leal y la jueza Lam han pedido a la Interpol que lo capturen en cualquier lugar del mundo, presentando otra vez las pruebas antes desestimadas. Pero se trata de una estrategia al margen de la Convención de Asilo de Montevideo y es difícil que un tribunal la acoja.
Esta dicha familiar en Panamá es algo muy importante para un político como el ingeniero Jorge Serrano Elías que muy temprano empezó a agitarse en las aguas tempestuosas de la política. Sin embargo, Serrano ocupó puestos importantes en la educación internacional. Pocos recuerdan en medio del tumulto político que Serrano es Doctor en Educación por la Universidad Internacional ACE de Texas y Master of Arts in Education por la Universidad de Stanford. Estos créditos académicos influyeron para que la OEA lo nombrara presidente del Comité Interamericano de Educación y fuera secretario general de las universidades privadas de Guatemala.
A la larga predominó la política sobre la educación y en 1979 se vio forzado a abandonar Guatemala con su familia por haber protestado contra las arbitrariedades del gobierno del general Lucas García, lo que le acarreó persecuciones y amenazas de muerte.
En 1982 pudo regresar cuando se produjo un golpe de Estado y llegó al poder el general Ríos Mont. Su posición cívica de entonces le valió ser nombrado Presidente del Consejo de Estado que negoció con los militares el retorno a la constitucionalidad, creándose el tribunal supremo electoral, el registro de ciudadanos y el libre funcionamiento de los partidos políticos.
Tres años más tarde, en 1985, participó en las elecciones generales como candidato a la presidencia de la república de una coalición del Partido Revolucionario y el Movimiento de Cooperación Nacional. Perdió y aceptó los resultados. Guatemala estaba desgarrada por la guerrilla comunista más antigua de América Central. Secuestros, terrorismo, combates en el campo y la ciudad, todos los días.
Representó Serrano a los partidos de oposición cuando se formó la comisión nacional de reconciliación. Presidió la delegación que concurrió a Noruega a firmar el primer acuerdo de paz con la guerrilla agrupada en la URNG. Su posición cívica se robusteció mucho, después de la firma del acuerdo de paz que atajó el desangramiento que padecía Guatemala.
En 1989 vino a Panamá como integrante de la Misión Carter - Ford que observó las elecciones después anuladas. Asimismo, estuvo como observador electoral en Nicaragua cuando el sandinismo logró la hazaña de derrocar a Tachito Somoza.
En 1991 fue electo Presidente de la República en medio del fuego cruzado de militares y guerrilleros. Logró sentar en la mesa de negociaciones a los comandantes militares y a los comandantes guerrilleros, en medio de la oposición de los sectores recalcitrantes del ejército y de los empresarios conservadores que se negaban a reconocer los esfuerzos pacificadores.
Pero el clímax de la oposición a Serrano llegó cuando reconoció públicamente el derecho de Belice a convertirse en un país independiente, recibiendo encarnizados ataques. El tenso clima político llegó a su máxima ebullición cuando su partido, el Movimiento de Acción Solidaria (MAS) ganó las elecciones municipales.
"En ese momento - recuerda Jorge Serrano - las fuerzas oscuras de mi país deciden aliarse e inician un complot para derrocarme o matarme y deciden instrumentalizar a varios de los políticos que manejaban el Congreso y la Corte Suprema. En forma descarada inician acciones para chantajearme, con declaraciones desafiantes, y una carta pública de la cúpula empresarial exigiéndome que no siguiera las negociaciones con la guerrilla". La situación se agravó cuando escapa de la prisión un capitán acusado de la muerte de un ciudadano norteamericano, lo que lo obligó a arrestar al jefe militar responsable de la evasión.
Todo este panorama se radicalizó con la doble presión de sus adversarios del Congreso y la Corte Suprema. Jugándose el todo por el todo, Serrano clausuró el Congreso y la Corte Suprema. "Me vi forzado a llegar a medidas tan radicales como las tomadas el 26 de mayo de 1993, pero en otra forma fueron las mismas que tomó el gobierno presidido por el licenciado de León Carpio, pues a través de otros procedimientos lograron disolver el Congreso y también la Corte Suprema de Justicia", comenta Serrano Elías, diez años después de estos sucesos que determinaron su destierro a Panamá y los intentos de extraditarlo a Guatemala.
"Con mentiras y calumnias me han perseguido por nueve años. Son los grupos que privatizaron las empresas productivas de Guatemala para despilfarrar ese capital de los guatemaltecos en gastos públicos que no volveremos a ver y que han puesto al pueblo a pagar onerosas tarifas por los servicios", dice Serrano Elías, quien ha pedido autorización al gobierno panameño para defenderse de los ataques que por nueve años no pudo responder por su condición de exiliado. Los detractores de Serrano lo acusan de enriquecimiento ilícito, fraude, peculado y malversación de fondos.
A la primera acusación de enriquecimiento ilícito responde el expresidente que esto es "totalmente falso" y lo demuestra la declaración de bienes y deudas presentada ocho días después de asumir la presidencia ante la Contraloría General de Cuentas de Guatemala. En la declaración reconoce deudas por 360 mil quetzales, pero dice que tenía depósitos por 585 mil quetzales en los Bancos Agrícola Mercantil y Banco Industrial. El patrimonio conjunto del matrimonio Serrano Bianchi era de casi 20 millones de quetzales.
Asimismo, se le acusa que siendo presidente compró 100 fincas en un solo día. Replica que esta acusación formó parte del expediente de extradición, rechazado por Panamá dos veces. Aclara que las 100 fincas corresponden a locales de dos centros comerciales denominados Novicentros de su propiedad y lo comprobó con escrituras de constitución de los regímenes de propiedad horizontal. Del mismo modo se le sindicó de haber extraído fondos del erario nacional, pero no se aportaron pruebas al expediente.
Por otro lado, los acusadores insisten en que Serrano recibió grandes cantidades de dinero bajo el rubro de gastos confidenciales que se usaron en su período presidencial, firmando simples recibos, para defraudar al Estado. De acuerdo al expresidente, el artículo 35 de la ley orgánica de presupuesto expresa que "los gastos de naturaleza confidencial se comprueban únicamente con el recibo que se extienda al funcionario superior de la dependencia a la que se asigne el gasto". Serrano afirma que dejó los recibos de los gastos confidenciales y que la juez Leticia Lam, que hoy pide su extradición, aceptó años antes que no habían pruebas de gastos fuera de la ley. Según él, ese dinero lo usó en Hogares Comunitarios, gastos especiales del proyecto de paz, auxiliar a hospitales de caridad, viajes de delegaciones culturales y deportivas etc. Nos muestra legajos de copias de recibos, cartas, etc. que especifican los destinos de los gastos presidenciales.
A pesar que por tres veces Panamá no ha aceptado la extradición de Serrano Elías por no haberse probado la comisión de ilícitos, sus enemigos han vuelto a la carga. El fiscal Leal y la jueza Lam han pedido a la Interpol que lo capturen en cualquier lugar del mundo, presentando otra vez las pruebas antes desestimadas. Pero se trata de una estrategia al margen de la Convención de Asilo de Montevideo y es difícil que un tribunal la acoja.
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