El primer trasplante de hígado en la CSS fue un éxito
- Isabel Díaz
- - Publicado: 23/4/2011 - 07:51 pm
Había mucha adrenalina, no se dieron cuenta del tiempo, pasaron 12 horas en el quirófano, pero el resultado para los médicos fue alentador: un trasplante de hígado, el primero en su género en la Caja de Seguro Social.
El donante fue un joven de 26 años que falleció, pero que salvó la vida de una madre que por 12 años esperó un trasplante de hígado.
La beneficiada tiene 34 años, los cumplió el 23 de marzo, un día antes de la cirugía. “Voy a ser la primera”, dijo con determinación la joven que ahora, luego del trasplante, está superando los dolores y molestias con la filosofía de que hay días buenos y malos.
El equipo de especialistas estuvo integrado por cuatro cirujanos: Lizka Richards, Leonardo Santamaría, Arlet Aguilar, Eliécer Tello y José Cabada; un hepatólogo, Norberto Carreño; un intensivista, David Villalobos; dos anestesiólogos, Ariel González Murillo y Rusbel Batista; y los cirujanos cardiovasculares Camilo Rodríguez y Miguel Guerra. Además de las enfermeras e instrumentistas.
“Se nos olvidó hasta ir al baño, no sabíamos que podríamos controlar eso”, dijo con satisfacción Lizka Richard, subdirectora ejecutiva de los servicios y prestaciones en salud y la cirujana que dirigió la operación.
“Eso parecía imposible. Nos sentimos muy satisfechos; es una mujer joven, tiene familia, le hemos regalado por lo menos 20 años de vida”, afirmó Carreño, el hepatólogo que estuvo en la cirugía.
Carreño explicó que el proyecto nació entre el 2000-2001, debido a que pacientes con enfermedades de hígado buscaban alternativas en el extranjero para trasplantarse el órgano como única forma de sostener su vida, lo que era oneroso para la Caja de Seguro Social, porque se cubría la totalidad del tratamiento.
Costos.
Por ejemplo, en Estados Unidos el costo era de 350 mil a 400 mil dólares, mientras que en Colombia y Argentina el costo alcanza los 60 mil dólares.
Además del trasplante, la CSS corría con los gastos por los controles, que se hacían cada seis meses.
En el 2001 se envió personal a entrenarse en gastroenterología a Estados Unidos y Colombia para que atendiera a los cuatros pacientes trasplantados en el extranjero.
Dos años después, en 2003, un grupo de profesionales viajó a entrenarse al extranjero. Dos fueron patrocinados por la CSS y uno fue por sus propios medios. Viajó a España un gastroenterológo para especializarse en hepatología y dos en cirugía de trasplante de hígado.
En el 2005 regresaron a Panamá y empezaron a trabajar en un proyecto para trasplante de hígado, pero se chocaron con uno de los artículos de la Ley Nacional de Trasplante que no permitía trasplantar órganos que no fueran pares. Comenzaron a hacer cabildeos con los diputados hasta que lograron cambiar la norma.
Con el cambio en la legislación se inició el proceso de capacitación del equipo completo, enfermeras, anestesiólogos, instrumentistas e intensivistas.
La meta para realizar el trasplante era el 15 de enero y se cumplió porque el equipo estaba listo; se tenía la certificación del hospital para hacer el procedimiento pero faltaba sólo el donante, el que surgió el 24 de marzo, sostienen los especialistas.
Igualmente, consideran que se necesitan convenios de intercambio con los diferentes hospitales, y el nacimiento de este programa los va activar. Quieren también que los no asegurados puedan obtener este beneficio, pero lo que se necesita son acuerdos de alto nivel, lo que les compete a las autoridades de la CSS y Salud.
Inversión.
Para realizar este trasplante se invirtió un promedio de $100 mil en la capacitación del equipo médico que viajó a España a refrescar conocimientos y otros 70 mil en el trasplante. “Si nosotros logramos hacer este año por lo menos cinco trasplantes más, esos costos se diluyen, se reparten entre cinco”, aseguró.
Este galeno tiene a su cargo 12 personas en espera de trasplante, de las cuales tres han cumplido con el protocolo, que es una serie de exámenes que indica si una persona es candidata o no, porque no todos los padecimientos requieren de trasplante. Por ejemplo, no a todos con cirrosis hepática se les trasplanta.
Lo que define el procedimiento es el grado de deterioro del paciente. Se le hace una serie de exámenes para saber si lo tolerará porque debe tener una buena condición pulmonar, cardiaca, y la mayor parte de pacientes son adultos de 50 años; pero también hay jóvenes, como es el caso de la paciente trasplantada.
Se hacen tomografía, ecocardiograma y la evaluación por cardiólogos.
Carreño cree que hay más en Panamá, pero aseguró que a raíz del trasplante los especialistas empezarán a referirlos.
En Panamá solo hay 28 gatroenterólogos. “Somos muy pocos gastros, casi todos manejan pacientes con enfermedades del hígado”, afirmó.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.