Desidia y falta de inversión lastran lucha contra maltrato infantil en Panamá
Actualizado 2015/04/17 12:31:09
- Redacción/EFE
La desidia política y la falta de recursos están tirando por la borda el trabajo hecho desde hace años para combatir el maltrato infantil y abriendo la vía para que aumente la violencia contra niños y adolescentes en Panamá, alertó la directora de un hogar social del país.
La desidia política y la falta de recursos están tirando por la borda el trabajo hecho desde hace años para combatir el maltrato infantil y abriendo la vía para que aumente la violencia contra niños y adolescentes en Panamá, alertó la directora de un hogar social del país.
Idian Reiss, conocida cariñosamente como Sor Lourdes, lleva más de 40 años al frente del Hogar de San José de Malambo, una casa de acogida a las afueras de la ciudad de Panamá, en el distrito de Arraiján, que es toda una institución nacional en materia de atención a la niñez y a la adolescencia.
"Media vida dedicada a esto. Los niños son los más vulnerables", reconoce esta mujer pequeña y sosegada, que nació en Panamá "hace muchos años", aunque por sus venas corre sangre checoslovaca.
Sor Lourdes no titubea y denuncia con firmeza en una entrevista con Acan-Efe que la "injerencia de la política partidaria" en la designación de los responsables de los programas de niñez están lastrando la lucha contra el maltrato infantil.
También está influyendo, a su parecer, la "corrupción generalizada de las instituciones", que trae como consecuencia la merma de los ya "raquíticos y mal distribuidos recursos" destinados a esta materia.
Fundado el 15 de mayo de 1890 y a punto de cumplir 125 años, Malambo está administrado por 8 hermanas de la caridad de San Vicente Paul, comandadas por Sor Lourdes, que tratan de dar a los niños del centro la familia que sus padres les negaron.
"El derecho a una familia no se le puede quitar a ningún niño del mundo. Nadie nace para ser infeliz o desgraciado", sostiene Sor Lourdes.
El hogar social, que cuenta también con voluntarios y que ofrece techo, comida y escuela a los niños, se financia con donaciones, "actividades de autogestión" y una "pequeña aportación del Estado", que Sor Lourdes no especificó durante la entrevista con Acan-Efe.
En la actualidad, viven en Malambo un total de 145 niños y adolescentes de todas las edades, que tienen diferentes historias y pasados: maltrato, abusos, orfandad, extrema pobreza y abandono.
"Les abandonan las familias, pero también las instituciones, porque se olvidan de ellos una vez que ingresan en el hogar", apunta la hermana.
El "nuevo juguete del centro", confiesa Sor Lourdes, se llama Luisa Yosefine, un bebé de apenas un mes que fue abandonado por sus padres al nacer y que ha traído alegría a la familia de Malambo.
Sor Lourdes reconoce que aunque los años le han hecho más dura y más impermeable a la desgracia, se sigue impactando cada vez que conoce la historia de los niños que llegan al centro.
"Todos los casos me impactan, son niños heridos. Las heridas, por muy pequeñas que sean, duelen", dice la directora de uno de los hogares sociales más famosos de Panamá.
La labor de las hermanas y de los voluntarios del centro no solo es educativa, formativa y afectiva, sino que en la mayoría de los casos ejercen también de psicólogos.
"Hay que enseñarles que no son objetos, que tienen muchos valores y mucha dignidad. Hay que reconstruir su autoestima, decirles que ellos pueden conseguir cualquier cosa que se propongan", explica Sor Lourdes.
Como Rosalía, una "hija de Molambo" con un pasado "triste" que consiguió acabar la carrera de periodismo y ahora trabaja en uno de los diarios más importantes de Panamá.
"La historia de esa niña es triste, muy triste, pero se empoderó. Tengo en mi despacho su foto de graduación y siempre la pongo como ejemplo", añade Sor Lordes.
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