Bendicen santos óleos durante Misa Crismal
- Leoncio V. Berrío M.
Monseñor Cedeño recordó parte del contenido de la carta enviada por el fallecido papa Juan Pablo II con motivo del Jueves Santo.
El Jueves Santo, que marca el inicio de los días más sagrados de la Semana Mayor, se celebró ayer en la ciudad de Panamá con la tradicional Misa Crismal en la Catedral Metropolitana, presidida por el arzobispo de Panamá, monseñor José Dimas Cedeño.
A la Misa Crismal asistieron, desde tempranas horas de la mañana, cientos de fieles que fueron testigos de la bendición de los santos óleos.
Ritual.
Como es conocido, en esta misa se bendicen los santos óleos que se utilizan para la unción a los enfermos, el bautismo, la ordenación sacerdotal y otros sacramentos de la Iglesia Católica.
La Misa Crismal que es celebrada por el Obispo con todos los presbíteros de la diócesis, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y como signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella se consagra el Santo Crisma.
Durante su intervención, el obispo José Dimas Cedeño, recordó que la iglesia universal se congrega para adorar a Cristo, el Mesías, el eterno sacerdocio para tomar conciencias de ser nosotros todos mejores pueblos sacerdotales y una nación santa.
También indicó que por su parte los sacerdotes y obispos, le dan las gracias al Creador por ese llamado que les ha hecho, por unirlos a Él y formar parte de su ministerio sacerdotal en favor del pueblo de Dios.
Aseguró que en este suceso litúrgico eclesial, bendice los santos óleos de los enfermos, de los catecúmenos y consagra el Santo Crisma, para que estos aceites sirvan de instrumentos, para que los sacerdotes puedan darle al pueblo cristiano la paz.
Mensaje.
“Esto es una ocasión privilegiada, gracias, obispos auxiliares, gracias monseñor José Luis Lacunza, gracias a los presbíteros y gracias diáconos que nos acompañan aquí con el pueblo de Dios en este ministerio. Gracias, señoras religiosas, gracias, jóvenes, gracias, cristianos y cristianas de nuestras parroquias, gracias a ti, Señor”, fueron parte de las primeras palabras manifestadas por Cedeño.
Luego del agradecimiento, la máxima figura de la Iglesia Católica en Panamá, se remontó al último mensaje dejado por el papa Juan Pablo II en el Jueves Santos del 2005, al cual se refiere que es una enseñanza permanente.
“Me permito recordar a los sacerdotes algunas ideas hermosísimas que nos conciernen, y es que nosotros somos los responsables con Jesucristo de la conducción del pueblo de Dios, de la santificación del pueblo de Dios y podemos decir que este pueblo es y será lo que somos nosotros como pastores. El Papa nos recuerda la intima relación que hay entre sacerdocios y eucaristía”, manifestó.
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