Zarqawi: el legado del terror
Publicado 2006/06/13 23:00:00
- Katherine Palacio P./
Expertos en el grupo radical Al-Qaeda señalan que no saben nada del supuesto sucesor de Zarqawi.
LA MUERTE de Abu Musab al-Zarqawi es ciertamente una victoria importante para el nuevo gobierno iraquí, pero queda por ver todavía si esto simboliza el principio del fin de la insurgencia.
Según Paul Reynolds, analista de política internacional de la BBC, si esta muerte consigue debilitar de manera significativa la estructura de Al-Qaeda en Irak, entonces podría dejar abierto el camino para otra serie de contactos entre el gobierno y otros grupos insurgentes.
Para Reynolds, muchos de estos grupos pertenecen a una línea nacionalista iraquí y no son islamistas tratando de establecer un estado islámico en Irak y en toda la región.
"Incluso, su muerte podría servir para aliviar las tensiones sectarias entre sunnitas y chiitas, que eran el objetivo de muchos de los atentados de Zarqawi", acotó el experto internacional.
El nuevo gobierno haría bien en aprovechar esta oportunidad si no quiere sufrir el destino de los gobiernos anteriores que llegaron con esperanzas y tuvieron que irse decepcionados, agrega Reynolds.
Entretanto, el analista británico comparo la euforia por la muerte de Zarqawi con la captura de Saddam Hussein.
"Recuerdo la euforia que existía después de la captura de Saddam Hussein en diciembre de 2003. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró entonces: Un nuevo día de esperanza ha llegado. Los iraquíes ahora pueden ser un solo pueblo, rechazar la violencia y construir un nuevo Irak".
"Su aliado más cercano, el primer ministro británico Tony Blair, hizo eco de estas palabras. Que su captura traiga unidad, reconciliación y paz entre la gente de Irak". Y como hemos visto, ésto nunca sucedió", se cuestionó Reynolds.
Además, con la muerte de Zarqawi, ni Al-Qaeda ni los nacionalistas darán su brazo a torcer, reitera el analista.
De hecho, su desaparición puede traer consigo una ola de actos de venganza por parte de sus seguidores.
De otro lado, advierte Reynolds, es posible que sin él sea más probable la reconciliación entre sunnitas y chiitas.
Los conflictos entre ambos han generado muchas muertes y hay quienes discuten si ya empezó una guerra civil.
Lo cierto es que mucha gente está muriendo y por bastante tiempo Zarqawi había sido un enemigo de los chiitas.
En una carta de junio de 2004, que se cree fue enviada por él a Osama bin Laden, le expresaba su determinación en atacar cuatro objetivos: las fuerzas de EE.UU., los kurdos, la policía iraquí y los chiitas.
A la policía y al ejército iraquíes los describía como "los ojos de los ocupantes, las orejas con las que ellos escuchan y las manos con las que atacan".
Y en esto, hasta ahora han tenido éxito.
Pero es difícil saber cuánto de esto es responsabilidad directa de Zarqawi.
Lo que es más probable es que él haya tenido un considerable nivel de influencia en términos de liderazgo, táctica e inspiración.
Según Paul Reynolds, analista de política internacional de la BBC, si esta muerte consigue debilitar de manera significativa la estructura de Al-Qaeda en Irak, entonces podría dejar abierto el camino para otra serie de contactos entre el gobierno y otros grupos insurgentes.
Para Reynolds, muchos de estos grupos pertenecen a una línea nacionalista iraquí y no son islamistas tratando de establecer un estado islámico en Irak y en toda la región.
"Incluso, su muerte podría servir para aliviar las tensiones sectarias entre sunnitas y chiitas, que eran el objetivo de muchos de los atentados de Zarqawi", acotó el experto internacional.
El nuevo gobierno haría bien en aprovechar esta oportunidad si no quiere sufrir el destino de los gobiernos anteriores que llegaron con esperanzas y tuvieron que irse decepcionados, agrega Reynolds.
Entretanto, el analista británico comparo la euforia por la muerte de Zarqawi con la captura de Saddam Hussein.
"Recuerdo la euforia que existía después de la captura de Saddam Hussein en diciembre de 2003. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró entonces: Un nuevo día de esperanza ha llegado. Los iraquíes ahora pueden ser un solo pueblo, rechazar la violencia y construir un nuevo Irak".
"Su aliado más cercano, el primer ministro británico Tony Blair, hizo eco de estas palabras. Que su captura traiga unidad, reconciliación y paz entre la gente de Irak". Y como hemos visto, ésto nunca sucedió", se cuestionó Reynolds.
Además, con la muerte de Zarqawi, ni Al-Qaeda ni los nacionalistas darán su brazo a torcer, reitera el analista.
De hecho, su desaparición puede traer consigo una ola de actos de venganza por parte de sus seguidores.
De otro lado, advierte Reynolds, es posible que sin él sea más probable la reconciliación entre sunnitas y chiitas.
Los conflictos entre ambos han generado muchas muertes y hay quienes discuten si ya empezó una guerra civil.
Lo cierto es que mucha gente está muriendo y por bastante tiempo Zarqawi había sido un enemigo de los chiitas.
En una carta de junio de 2004, que se cree fue enviada por él a Osama bin Laden, le expresaba su determinación en atacar cuatro objetivos: las fuerzas de EE.UU., los kurdos, la policía iraquí y los chiitas.
A la policía y al ejército iraquíes los describía como "los ojos de los ocupantes, las orejas con las que ellos escuchan y las manos con las que atacan".
Y en esto, hasta ahora han tenido éxito.
Pero es difícil saber cuánto de esto es responsabilidad directa de Zarqawi.
Lo que es más probable es que él haya tenido un considerable nivel de influencia en términos de liderazgo, táctica e inspiración.
Estados Unidos ha clamado victoria por la muerte de Zarqawi, pero todavía está prófugo el máximo jefe terrorista de Al-Qaeda, el saudí Osama bin Laden.
Se cree que Bin Laden está oculto entre la frontera de Afganistán y Pakistán, o incluso en las montañas del Kindu Kush, cerca de Cachemira. Estos dos sitios son excelentes para escondites temporales y organizar maniobras guerrilleras.
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