Un proyecto brasileño conmemora 40 millones de tortugas devueltas al mar
Los exitosos resultados en 40 años de trabajo fueron conmemorados este sábado con la soltura pública de cientos de crías de tortugas en varias de las bases de Tamar, en actos al que acudieron principalmente niños y escolares.
- EFE
- - Actualizado: 14/12/2019 - 03:46 pm
Uno de los proyectos de preservación ambiental más exitosos de Brasil, que evitó la extinción de cinco especies de tortugas, celebra el hito de haber salvado de sus predadores y devuelto al mar 40 millones de crías de quelonios en 40 años de historia.
Se trata del Centro Nacional de Pesquisa y Conservación de Tortugas Marinas (Tamar), una iniciativa de ecologistas nacida en 1980 y que cuenta con 26 bases en todo Brasil desde las que vigila 1.100 kilómetros de playas para identificar los lugares de desove de las tortugas y garantizarles protección a las crías desde que están en los huevos hasta que corren a salvo hasta el mar.
Este minucioso y exigente trabajo ha permitido, según estudios científicos publicados en los últimos meses, que cuatro de las cinco especies de tortugas marinas que acuden al litoral brasileño hayan abandonado la lista de gravemente amenazadas de extinción y que la quinta, aunque aún en peligro, cuente con esperanzas de sobrevivir.
Los exitosos resultados en 40 años de trabajo fueron conmemorados este sábado con la soltura pública de cientos de crías de tortugas en varias de las bases de Tamar, en actos al que acudieron principalmente niños y escolares.
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"Protegemos los nidos en la playa -mediante una campaña con los pescadores- y las hembras que vienen a desovar. Eso hizo viable esta liberación simbólica de animales con 30 años que vinieron a desovar y que si no hubiéramos hecho ese esfuerzo tal vez habrían sido extinguidos", explicó a Efe la bióloga Neca Marcovaldi, coordinadora de investigación y conservación de Tamar.
De acuerdo con Marcovaldi, entre las tortugas que llegaron a desovar en las playas de Brasil en la actual temporada reproductiva (de septiembre hasta marzo) hay varias de las que la iniciativa salvó en sus primeros años de trabajos. Ello debido a que las tortugas tan solo alcanzan su capacidad reproductiva con cerca de 30 años, lo que explica en parte el grave riesgo de extinción que corrieron. Según el fundador y director del Proyecto Tamar, Guy Marcovaldi, de cada mil tortugas que nacen tan solo una o dos sobreviven hasta su edad reproductiva.
En sus primeros años, Tamar conseguía devolver al mar unas 10.000 crías de tortuga por año pero hoy ese número llega a dos millones por año, lo que garantiza la repoblación y que las especies brasileñas puedan salir de las listas de amenazadas en un futuro. "Tenemos publicaciones científicas en periódicos internacionales que muestran el inicio de la recuperación de la población para las especies de Brasil. La población de algunas de nuestras especies aumentó 15 veces, un número histórico, y otras, 10 veces y las que menos 6 veces, todo en 40 años de trabajos", según Neca Marcovaldi.
Tamar protege anualmente unos 25.000 nidos de tortuga, gran parte de los cuales en las playas próximas a su principal base, en Praia do Forte, una antigua villa de pescadores transformada en centro turístico a unos 100 kilómetros de Salvador, capital del estado de Bahía (nordeste). La especie que aún se considera como más amenazada es la laúd (Dermochelys coriacea), la mayor tortuga marina del mundo, que llega a medir hasta dos metros, y la otra que aún genera preocupación es la carey (Eretmochelys imbricata).
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El trabajo exige estar atento a decenas de miles de hembras que, como si tuvieran GPS, regresan todos los años con exactitud a la playa en que nacieron para cavar un nido en el que ponen sus huevos. Igualmente exige marcar con placas los nidos para impedir que sean pisoteados; colocar protecciones para evitar el ataque de predadores, y concienciar a pescadores, bañistas y turistas.
De acuerdo con Guy Marcovaldi, gran parte del éxito del proyecto ha sido el trabajo con las comunidades que viven en las playas, especialmente los pescadores, para enseñarlos a proteger los huevos y las hembras, y eliminar los riesgos. En contrapartida el Tamar ofrece 1.800 oportunidades de trabajo y 700 empleos directos a los habitantes de estas comunidades que antes vivían de la caza de la tortuga o consumían su carne.
"El Tamar protege a las tortugas marinas mediante las personas. Hoy estamos en 26 localidades, en las principales áreas de reproducción de las cinco especies de torturas marinas y en importantes áreas de alimentación de esos animales en donde la captura accidental por la pesca es grande", según Neca Marcovaldi.
El principal patrocinador del proyecto es la petrolera Petrobras, que por 39 años ha financiado las actividades pese a las dificultades que la estatal ha atravesado. "Es el patrocinio más antiguo de nuestra cartera de proyectos ambientales. Iniciamos la asociación dándoles combustible a los jeeps y poco después adoptamos el proyecto", explicó la gerente de Responsabilidad Social de Petrobras, Olinda Cardoso.
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