Dijo que seguir con vida es lo más importante
Exsecuestrada envía mensaje a niñas retenidas por Boko Haram
- Nairobi (EFE)
Grace Acan teme que las niñas secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram pierdan su infancia en los bosques del norte de Nigeria, como ella enterró la suya en las selvas de Uganda presa del Ejército de Liberación del Señor (LRA)
Grace Acan teme que las niñas secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram pierdan su infancia en los bosques del norte de Nigeria, como ella enterró la suya en las selvas de Uganda presa del Ejército de Liberación del Señor (LRA)
Grace Acan teme que las niñas secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram pierdan su infancia en los bosques del norte de Nigeria, como ella enterró la suya en las selvas de Uganda presa del Ejército de Liberación del Señor (LRA), la terrible milicia ugandesa de Joseph Kony.
Una sola idea le mantuvo viva durante los ocho años que duró su cautiverio, una única esperanza que transmite a las menores nigerianas: “No importa cuánto sufras, lo importante es volver a casa”.
Sin noticias aún de las 200 menores raptadas hace casi tres meses en una escuela de Chibok, Grace, en una entrevista con EFE, recuerda los paralelismos de su experiencia con los rebeldes ugandeses.
Antes de las “niñas de Chibok” hubo miles de menores arrebatados de sus familias para ser convertidos en soldados o esclavas sexuales en el avispero de milicias que sacude el centro de África, donde convergen Uganda, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo (RDC).
Grace fue una de las “niñas de Aboke”, un grupo de 139 escolares secuestradas en esta localidad del norte de Uganda en 1996.
Era el Día de la Independencia -el 9 de octubre- y, al caer la noche, Grace y sus compañeras estaban ya acostadas en uno de los dormitorios del St. Marys College, un prestigioso internado regentado por monjas italianas.
Luces de linternas y el sonido de cristales rotos las despertaron ya de madrugada. “Están aquí”, avisó el vigilante a la directora de la institución, la hermana Michela Fassera.
Era un grupo de chicos, algunos de no más de 10 años y secuestrados por Kony tan solo unos días antes. Llegaban para llevárselas.
“Habíamos oído hablar de ellos -los rebeldes del LRA-, pero jamás imaginamos que pudiera ocurrirnos a nosotras”, asegura.
Aquella noche sin luna, 139 niñas emprendieron descalzas un viaje con distinta suerte: 109 serían liberadas al día siguiente gracias a las negociaciones de Fassera con los rebeldes, pero las otras 30 pasarían años retenidas.
Catherine Ajok, la última “niña de Aboke”, volvió a casa en 2009 con un hijo de Kony.
Grace logró escapar antes, en septiembre de 2004. Una mañana en el bosque se atrevió a dar unos pasos fuera del camino; sus guardas la miraron curiosos, preguntándose si se habría despistado, porque había pasado demasiado tiempo con ellos como para pensar que querría huir.
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