En el cuero cabelludo vive una variedad de parásitos
- Internacional
Esto da lugar a que sea cuna de trastornos comunes como la caspa que es el resultado de la descamación de la piel.
De todas las regiones de la piel humana, quizás la más singular y misteriosa es el cuero cabelludo.
Y ninguna otra zona de la epidermis produce una variedad tan grande de trastornos.
En el cuero cabelludo se encuentra una enorme densidad de folículos pilosos, cada uno con una glándula sebácea produciendo una sustancia grasosa, llamada sebo.
El cuero cabelludo, una zona relativamente oscura y cálida, ofrece un hábitat perfecto para la supervivencia de hongos, parásitos y otros microorganismos.
Y como solemos todos los días introducir objetos, como peines, gorros y dedos sucios, no sorprende que el cuero cabelludo sea cuna de trastornos comunes como la caspa, la dermatitis seborreica, la tinea capitis, la infestación de piojos, psoriasis, y muchas más.
No cabe duda, sin embargo, de que uno de los trastornos más visibles, aunque menos graves, del cuero cabelludo es la caspa.
La pitiriasis o caspa, es el resultado de la descamación de la piel.
Es normal que las células de la epidermis mueran y se desprendan. También es normal deshacernos diariamente de una cantidad de escamillas.
Algunas personas, sin embargo, experimentan una descamación inusualmente grande del cuerpo cabelludo, la cual produce las escamillas blancas o grises que llamamos caspa.
¿Cuál es la causa? La caspa puede producirse tanto por demasiada grasa como por demasiada resequedad del cuero cabelludo.
Estudios recientes han implicado a un hongo llamado Malassezia globosa, que habita en el cuero cabelludo.
Las investigaciones han revelado que el hongo, que se alimenta de sebo, causa caspa descomponiendo el sebo y creando un compuesto llamado ácido oleico.
Esta sustancia penetra en la capa superior de la piel y desencadena un rápido desprendimiento de las células epidérmicas, provocando -en personas susceptibles- la caspa.
Todos tenemos el hongo en nuestro cuero cabelludo. Se cree que una persona tiene en promedio unos 10 millones de hongos en la cabeza.
Pero no todos desarrollan caspa porque para que se produzca el trastorno deben combinarse tres factores: una susceptibilidad genética, la presencia de sebo en el cuero cabelludo y la presencia del hongo M. globossa.
También, sin embargo, se ha observado que una dieta demasiado salada, picante o azucarada, el consumo excesivo de alcohol, y algunas deficiencias nutricionales pueden empeorar la caspa.
Un trastorno asociado, llamado dermatitis seborreica, tiende a ser más severo que la caspa porque la piel se inflama causando irritación y comezón.
Este suele también afecta las cejas, orejas, cara y la parte superior del cuerpo.
Las escamillas de la dermatitis seborreica tienden a ser más amarillentas y más grasosas que las de la caspa.
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