Ceremonia austera en el funeral del rey Fahd
Publicado 2005/08/02 23:00:00
La ceremonia del funeral del rey Fahd de Arabia Saudita, se inscribe en una rigurosa tradición de la escuela fundamentalista islámica wahabita.
La ceremonia fue presidida por su sucesor, su medio hermano Abdalá ben Abdelaziz, proclamado rey el lunes.
Cubierto con la última abaya (hábito tradicional saudí) vestida por el soberano, el cadáver fue transportado en una ambulancia, sin escolta militar, desde el hospital hasta la mezquita del imán Turki Ibn Abdallah, conocida también como la Gran Mezquita.
Varios miles de fieles asistieron en el interior y el exterior de la mezquita a la ceremonia de pocos minutos de duración, durante la cual el gran muftí Cheikh Abdel Aziz al-Cheikh recitó las oraciones rituales por el "descanso del alma del difunto y perdón de sus ofensas".
Los simples ciudadanos tenían permitido participar del funeral en silencio, sin recitar plegarias ni agitar emblemas, conforme a los ritos locales.
Los dignatarios árabes y musulmanes no estuvieron presentes durante la inhumación, a la que sólo asistió la familia real.
El cuerpo, cubierto con una mortaja blanca, fue sepultado en una pequeña fosa y cubierto de tierra, según la estricta tradición wahabita imperante en Arabia Saudita.
Posteriormente, los dirigentes árabes y musulmanes fueron llamados a presentar sus condolencias en la mezquita, mientras otros dignatarios extranjeros presentes fueron invitados a una ceremonia oficial de condolencias en el Palacio real.
Janan Harb, esposa del fallecido rey Fahd, de Arabia Saudí, que reside en Londres, continuará reclamando ante los tribunales que el Estado saudí le pague la manutención millonaria a la que afirma tener derecho por su matrimonio. En entrevista con "The Times", Harb, de 58 años se casó con el monarca en 1969, afirma que reclamará una parte de la fortuna del finado.
"Mantengo mi reclamación dado que, por lo que a mí respecta, (el Rey y yo) seguíamos casados en el momento de su muerte", explica Hab, de origen palestino.
La ceremonia fue presidida por su sucesor, su medio hermano Abdalá ben Abdelaziz, proclamado rey el lunes.
Cubierto con la última abaya (hábito tradicional saudí) vestida por el soberano, el cadáver fue transportado en una ambulancia, sin escolta militar, desde el hospital hasta la mezquita del imán Turki Ibn Abdallah, conocida también como la Gran Mezquita.
Varios miles de fieles asistieron en el interior y el exterior de la mezquita a la ceremonia de pocos minutos de duración, durante la cual el gran muftí Cheikh Abdel Aziz al-Cheikh recitó las oraciones rituales por el "descanso del alma del difunto y perdón de sus ofensas".
Los simples ciudadanos tenían permitido participar del funeral en silencio, sin recitar plegarias ni agitar emblemas, conforme a los ritos locales.
Los dignatarios árabes y musulmanes no estuvieron presentes durante la inhumación, a la que sólo asistió la familia real.
El cuerpo, cubierto con una mortaja blanca, fue sepultado en una pequeña fosa y cubierto de tierra, según la estricta tradición wahabita imperante en Arabia Saudita.
Posteriormente, los dirigentes árabes y musulmanes fueron llamados a presentar sus condolencias en la mezquita, mientras otros dignatarios extranjeros presentes fueron invitados a una ceremonia oficial de condolencias en el Palacio real.
Janan Harb, esposa del fallecido rey Fahd, de Arabia Saudí, que reside en Londres, continuará reclamando ante los tribunales que el Estado saudí le pague la manutención millonaria a la que afirma tener derecho por su matrimonio. En entrevista con "The Times", Harb, de 58 años se casó con el monarca en 1969, afirma que reclamará una parte de la fortuna del finado.
"Mantengo mi reclamación dado que, por lo que a mí respecta, (el Rey y yo) seguíamos casados en el momento de su muerte", explica Hab, de origen palestino.
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