Acusan a Nicolás Sarkozy de fraude
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El expresidente francés, Nicolás Sarkozy, será juzgado junto a otras 13 personas. AP
El expresidente francés Nicolás Sarkozy se sentará en el banquillo de los acusados por la presunta financiación irregular de su campaña a las presidenciales de 2012, lo que le convertirá en el segundo jefe del Estado que pasa por los tribunales tras Jacques Chirac.
El llamado "caso Bygmalion", una supuesta trama de falsificación de facturas para ocultar gastos de campaña y burlar así los límites legales, se convierte en el primero de los frentes judiciales abiertos contra Sarkozy que le llevará a juicio.
El Tribunal Correccional de París lo juzgará junto a otros 13 acusados a menos que prospere el recurso que anunciaron los letrados del expresidente contra la decisión tomada el pasado viernes por uno de los instructores del caso, por el que el presidente se enfrenta a una pena de hasta un año de cárcel y 3,750 euros de multa.
Según la acusación, el expresidente, que en 2012 optaba a la reelección, gastó al menos 42.8 millones de euros frente a los 22.5 millones autorizados.
Para ocultarlo, se tramó una red de falsificación de facturas y documentos a través de la agencia de comunicación Bygmalion, sacada a la luz por el semanario "Le Point" y que motivó la apertura de una investigación judicial en 2014.
El presidente fue alertado en dos ocasiones del ritmo desmesurado de sus gastos pero decidió no reducirlos, según la acusación.
Un tren de gastos que pese a todo no permitió a Sarkozy ganar esas elecciones, en las que se inclinó en la segunda vuelta frente al socialista François Hollande.
Las cuentas de aquella campaña fueron invalidadas en julio de 2013 por el Consejo Constitucional, encargado de revisarlas, lo que provocó que Sarkozy tuviera que pagar una multa de más de 360,000 euros y devolver la subvención pública, de 12 millones.
La multa la pagó de su bolsillo, pero la devolución de la subvención motivó que Sarkozy lanzara una cuestación popular para evitar la quiebra del partido.
Los abogados del expresidente consideran que esa sanción, ya pagada, "se impone a todas las jurisdicciones", por lo que su cliente no puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos.
Sin embargo, la acusación se centra más en la trama de falsificaciones tejida para ocultar los gastos reales de la campaña, algo que Sarkozy ha negado conocer.
El expresidente culpó de ello al entonces presidente del partido, Jean-François Copé, pero eso no le libró de que, tras un interrogatorio de 9 horas, los jueces le imputaran por la presunta financiación ilícita de su campaña en febrero de 2016.
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