El castigo físico en los niños, un patrón de crianza que debe cambiar
Actualizado 2014/10/11 11:33:33
- San José/EFE
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¿Está de acuerdo? "El castigo físico es el inicio de una cadena de violencia, desde pequeños debemos enseñarles a comprender las diferencias a través del diálogo y no enseñando por medio de los golpes".
El castigo físico en los niños es un patrón de crianza que deben cambiar los padres de familia para evitar iniciar una cadena de violencia en las sociedades latinoamericanas.
El investigador Mario Víquez, divulgó esta semana en Costa Rica, con el apoyo de Unicef, el libro "Castigo físico en la niñez", una realidad aceptada por muchos costarricenses que se ve reflejada en América Latina.
Víquez enfocó su libro en el contexto histórico que ha rodeado al país centroamericano para que el castigo físico sea visto como una forma de corrección "normal" y destacó que ese maltrato es una "dolorosa realidad a puerta cerrada".
"El castigo físico es una forma de abuso, pero no debe confundirse con abuso. Es más bien el derecho de pegar moderadamente, pero el problema es que nadie puede determinar hasta qué punto es o deja de ser moderada", explicó el experto.
El maltrato psicológico a través de insultos, amenazas y humillaciones, así como cachetadas, golpes y pellizcos, son parte de las medidas correctivas que deberían dejar de utilizar los padres.
"Los patrones de crianza y el castigo físico, como práctica socialmente permitida tienen, en ese sentido, una influencia en la conformación de los niños y niñas y, por ende, en la sociedad en general", cita el libro.
La realidad que Víquez puso en contexto en Costa Rica se ve replicada en la gran mayoría de países latinoamericanos.
"La violencia genera violencia, y las acciones de los padres en los niños podrían tener consecuencias sobre la vida social y pública, no solamente en Costa Rica sino también en otros países de América Latina", manifestó el investigador.
En Costa Rica, desde el 2008 existe una ley que prohíbe el castigo físico contra los hijos, pero que no establece sanciones penales contra los infractores.
Esta práctica también ha sido prohibida en Uruguay y Venezuela.
De acuerdo con algunas encuestas, en Costa Rica el 65,3 % de los adultos afirma que le pega a sus hijos, el 74,2 % les grita y maltrata verbalmente.
Además, el 34,6 % castiga físicamente a sus hijos una vez por semana, un 10,2 % lo hace todos los días y un 6,2 % lo hace "a cada rato".
Para el coordinador de programas de Unicef Costa Rica, Rigoberto Astorga, "todavía falta mucho por hacer" y no se ha podido dar un "cambio cultural" para que los padres realicen otros tipos de sanciones.
"El castigo físico es el inicio de una cadena de violencia, desde pequeños debemos enseñarles a comprender las diferencias a través del diálogo y no enseñando por medio de los golpes", expresó Astorga a Acan-Efe.
Según el experto, es mejor corregir a un niño diciéndole "no vas a ver televisión, no vas a usar ese artículo electrónico, no vas a salir, no te voy a comprar eso".
Astorga indicó que el lenguaje infantil es una expresión cargada de afecto que se expresa de formas diversas al adulto, conductas que no siempre son entendidas, y que el padre de familia debe tomar con paciencia y madurez.
Ambos expertos destacaron, que desde finales del siglo XX y en lo que va del XXI, a partir de la "Convención de los derechos del niño", la niñez se plantea como sujetos plenos de derechos, con los mismos derechos humanos de todas las personas y otros propios en razón de su condición y vulnerabilidad.
Cifras de Unicef indican que como promedio, 6 de cada 10 niños del mundo (unos 1.000 millones) de 2 a 14 años de edad sufren de manera periódica castigos físicos a manos de sus cuidadores.
En la mayoría de los casos, los niños son objeto de una combinación de castigos físicos y agresiones psicológicas. En general, las formas más graves de castigo corporal, como los golpes en la cabeza, las orejas y el rostro, o los golpes fuertes y reiterados, son las menos frecuentes.
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