Judicial
Alto Terrón, entre las masacres más dolorosas
- Aurelio Martínez
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Un total de 10 personas, entre ellas un menor de edad y una mujer, han sido imputados en el caso de la matanza, a manos de una supuesta secta.
Consternación, luto y dolor han dejado varias masacres en la sociedad panameña, la última ocurrió entre el 11 y 12 de enero, en la remota localidad de Alto Terrón, ubicada en la comarca Ngäbe Buglé, en la provincia de Bocas del Toro, donde siete miembros de la comunidad, seis de ellos niños y una mujer embarazada, fueron asesinados, supuestamente, por los integrantes de la secta Nueva Luz de Dios.
Los miembros de la secta buscaban a los moradores en el pueblo y los llevaban a la fuerza al culto, y con machetes, biblias, palos y tizones los torturaban hasta matarlos, porque se negaban a aceptar a Cristo.
El líder de esta secta era un joven de 21 años, quien se autodenominaba "Mesias Set". El texto bíblico de Génesis 4:25 dice: "Y conoció de nuevo Adán a Eva, su mujer, la cual dio a luz un hijo y llamó su nombre Set, porque Dios [dijo ella] me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín".
La Policía llegó a tiempo para rescatar a 15 personas más que estaban en medio de un círculo, en el ritual de la secta, y que pudieron acabar en fosas escondidas, en el monte, al lado de donde se encontraron los siete cuerpos.
La voz de alerta la dieron tres indígenas, quienes se habían escapado de las garras de "Set" y nueve miembros más de la secta, incluyendo un menor.
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A estos tres indígenas los habían quemado y torturado desde el sábado, cuando empezó el ritual macabro en un templo improvisado, tapado con hojas de matas de plátanos, a una hora del pueblo, y donde los testigos dicen haber escuchado gritos horrendos de las víctimas.'
7
muertos, entre ellos seis niños, a manos de una secta en la comarca Ngäbe Buglé.
13
pandilleros perdieron la vida, tras enfrentarse en La Joyita en noviembre pasado.
La otra de las masacres ocurrió el pasado 17 de noviembre, en la cárcel La Joyita, donde 13 detenidos fueron asesinados y 11 resultaron heridos, tras un enfrentamiento entre pandilleros con armas de grueso calibre y armas blancas, introducidas de manera ilegal en la cárcel y por lo cual hay una investigación en curso.
Los pandilleros controlaban varios de los pabellones de La Joyita, pero una disputa por el poder en ese lugar provocó que se diera el enfrentamiento a balas y con machetes, que demoró más de una hora, hasta que las autoridades retomaron el control del lugar y se encontraran con el baño de sangre.
El 9 de enero de 2011, la falta de agua potable en el Centro de Cumplimiento de Tocumen, provocó un motín, donde entraron para aplacar la reyerta unidades de la Policía Nacional.
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En medio de las protestas se dio un incendio en la celda seis, donde estaban los menores Eric Batista, Benjamín Mojica Roberts, José David Frías Rentería, Víctor Jiménez Pardo, Omar Richard Ibarra, Cristian Mora y David Ríos Suazo, quienes resultaron con quemaduras entre el 40% y 80% de sus cuerpos.
Suazo y Mora fueron los únicos supervivientes. Por este caso fueron condenadas 12 personas, entre custodios y policías, por los delitos de homicidio, tentativa de homicidio y trato inhumano hacia los menores.
El 3 de octubre de 1989, durante la época militar, se dio la masacre de Albrook, conocida además como crímenes de lesa humanidad.
Esta masacre, que fue uno de los crímenes más atroces ocurridos en Panamá, se dio, luego que once militares encabezados por Moisés Giroldi, intentaron darle un golpe al exgeneral Manuel Antonio Noriega.
Tras la fallida intentona, seis fueron ejecutados en un hangar en Albrook, dos en el Cuartel Central, uno en la cárcel Modelo y Giroldi fue asesinado en el cuartel de Tinajitas, en San Miguelito. En 1996 fueron condenados varios de los responsables de la masacre, incluyendo a Noriega.
Otra de las masacres que sacudió la opinión pública panameña ocurrió el 28 de enero de 1998, en playa Brava, cerca al campamento de Playa Hermosa, en el penal de la isla Coiba.
Después de ser torturados fueron decapitados Ricardo Alexis Powell (a) King, Walter Murillo (a) Punchi, Rafael Córdoba Chavarría (a) Rambeao, y se atentó contra la vida de Fermín Arias Rojas, único sobreviviente y testigo en el juicio, todos miembros de la pandilla "Los Perros" de San Joaquín.
Lo que provocó el hecho de sangre fue cometido por integrantes de la pandilla "Los Hijos de Dios", siete de ellos fueron condenados el 23 de octubre del 2001.
Estos son algunos de los asesinatos masivos que han consternado a la sociedad panameña.
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