Dejan huellas en el menor
Los niños no quieren ver pelear a sus padres. Esto es una realidad. Sufren cuando los seres que le dan protección y amor se muestran ...
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Dejan huellas en el menor
Los niños no quieren ver pelear a sus padres. Esto es una realidad. Sufren cuando los seres que le dan protección y amor se muestran alterados y fuera de control. Desde muy corta edad, los niños absorben todo lo que ven a su alrededor y cuando los modelos provenientes de sus padres están marcados por la agresión y la violencia, es muy posible que ellos los repitan en sus acciones cotidianas o en un futuro como adultos.
Los gritos, los insultos y las expresiones no verbales de furia generan en los pequeños altos niveles de estrés que se reflejan de múltiples formas como la inseguridad, el bajo rendimiento en la escuela, problemas de atención, agresividad o hiperactividad. Pueden sentir dolores de cabeza y dificultad para conciliar el sueño.
Además, al no comprender o no conocer el origen de los conflictos entre sus padres, el niño puede sentirse culpable y decide aislarse.
"Los conflictos parentales en el desarrollo del niño siempre se van a ver afectados cuando el pequeño pierda la confianza de sus padres", asegura el psicólogo Fernando Gómez, quien subraya que "en muchas ocasiones el menor empieza a tenerles miedo a sus progenitores porque son los testigos constantes de sus riñas conyugales. Si un niño se siente seguro con sus padres, el desarrollo será mucho mejor.
El psicólogo argumenta que en un proceso de desarrollo mental es fundamental que el niño confíe en sus padres para que su proceso mental sea adecuado.
¿Cómo se debe actuar?
Explica el experto que la comunicación con los hijos es el recurso más valioso que puede tener un padre. Por tanto, si ya el niño presenció una pelea, es importante que ambos se disculpen para poder tranquilizarlo. "Pídele disculpas por el mal rato. La pareja debe explicarle tranquilamente que a veces papá y mamá no están de acuerdo en muchas cosas, pero eso no significa que dejen de quererse. Explícale que eso no va a volver a pasar", detalla el profesional.
Si hay que discutir algo, Gómez recomienda a los padres aislarse y buscar un lugar donde puedan aclarar las diferencias. Se debe tratar de pedirle a un familiar que cuide al menor para que no sea testigo.
Por último, es importante que los padres evalúen sus acciones y la forma en que resuelven conflictos.
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