Zona Libre: Emporio comercial en constante crecimiento
- Emilio Sinclair
Hoy, 61 años después, hay más de 2,800 empresas que riñen en actividades importando, reexportando, almacenando, ensamblando, diseñando y las salas de exhibiciones son ferias permanentes.
Cuando en el mundo empresarial –ya sea en Asia, América, Europa u Oceanía– se menciona el nombre Panamá, el repicar de las emociones comerciales señalan dos empresas fundamentales para el desarrollo económico: el Canal de Panamá y la Zona Libre de Colón.
Panamá, para los inversionistas, es clave en el concierto de naciones y al referirse al país, invocan como ventajas la rápida comunicación entre los principales océanos del mundo, Atlántico y Pacífico, ya sea a través de una carretera de unos 80 kilómetros, ferrocarril o el célebre Canal de Panamá.
La conflagración que enluteció al mundo de 1939 a 1945 resaltó la importancia de Panamá como nación de tránsito y la importancia de nuestra posición geográfica fue observada por los gobernantes estadounidenses cuyas fuerzas armadas tenían aquí más de cien sitios de defensa que gradualmente fueron extinguiéndose y las tierras y aguas fueron utilizadas para el desarrollo comercial. Aquí, en Panamá, el azadón reemplazó al fusil.
Cuando en 1945 se aplacan los fragores de los cañones que retumbaron escupiendo horrores durante la Segunda Guerra Mundial, el sosiego universal permitió a empresarios, intelectuales y políticos panameños diseñar un plan para que Panamá fortaleciera su prestigio como centro del comercio mundial, y de una chispa emocional surgió la idea de una zona libre en este territorio que es encrucijada del mundo.
Le cupo el honor al entonces presidente de la república, don Enrique A. Jiménez, insuflarle vida a la idea antes que secaran las buenas intenciones y se agotaran las ilusiones.
En 1946, henchido de fe, el presidente Jiménez contrató los servicios del estadounidense, experto en comercio exterior, Dr. Thomas E. Lyons, quien de Washington, DC, viajó a Panamá e hizo los estudios de factibilidad que erradicaron el pantano de dudas sobre la Zona Libre y bendijo a Colón como el sitio ideal y desde que empezaron a remover tierras para construir la obra, en la costa atlántica se abrió el grifo de oportunidades…. Pero falta más.
Convencido de la idea, Jiménez no titubeó y expidió el Decreto Ley No. 18 del 17 de junio de 1948 creando la Zona Libre de Colón, incorporando tempranamente al país en el comercio mundial.
En la creación de la Zona Libre de Colón cincelaron su nombre en el mármol de la historia empresarios y profesionales preñados de optimismo como Roberto Eisenman, Galileo Solís, Agustín Cedeño, George S. Benneth, Augusto Guillermo Arango, Herbert Toledano y Manuel J. Castillo, que recientemente falleció llevándose hacia la vida eterna la satisfacción de ver como la idea que intensamente respaldó se percibe en este “centro de acopio y distribución de mercancías más grande del Hemisferio Occidental”.
En una parcela de 35 hectáreas, bajo la responsabilidad de don Silvio Salazar –su primer gerente—se inició la Zona Libre de Colón, bastión comercial que creció de tal manera que urgió pronto de más espacio.
En la germinación de la Zona Libre influyeron varios factores pero hoy las realizaciones se triplican. Las primeras compañías que clavaron sus estacas comerciales fueron Motta Internacional, Peikard Zona Libre s.a., Schering Corporation, Parke Davis y Pfizer.
Hoy hay más de 2,800 empresas que compiten en actividades importando, reexportando, almacenando, ensamblando, diseñando y las salas de exhibiciones son ferias permanentes.
Las comunicaciones internacionales hacen más rápidos y eficaces los contactos comerciales. Los banco facilitan las transacciones financieras, así como los corredores de seguros, aduanas y el personal especializado ahuyentan los inconvenientes
Las vías de transporte hacia y desde la capital, los hoteles cercanos al área y los puertos a menos de media hora de distancia, unido a una moneda nacional, el Balboa, (el dólar estadounidense), un moderno sistema de comunicaciones y un eficiente servicio turístico amplían las comodidades que los usuarios de la Zona Libre de Colón encuentran para realizar sus operaciones en Panamá.
En 2008 el monto total de inversión en construcción privada fue de B/4.1 millones, de los cuáles el de permisos de trabajos menores fue de B/0.8 millones y en permisos de construcción de B/3.3 millones, generando un promedio mensual de 1,288 empleos en el sector.
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