UE respaldada por reforma agrícola
Publicado 2003/09/01 23:00:00
- Islamabad
La Unión Europea (UE) se estima en buena posición para negociar en Cancún (México) la próxima semana la liberación agrícola en la Organización Mundial del Comercio (OMC), tras su acercamiento a Estados Unidos y la reforma de las ayudas al sector acordada en junio.
La UE y Estados Unidos acordaron a mediados de agosto su oferta a la OMC para que en Cancún se establezcan las modalidades de negociación de la liberalización agrícola, como parte de la mayor apertura comercial que se pretende al término de la actual ronda de Doha, cuyo fin está previsto en diciembre de 2004.
El último borrador de la declaración que debe ser adoptada en Cancún "retoma parte de las modalidades" propuestas por ambos, aunque "en algunos temas va más allá", explica la portavoz de Pascal Lamy, comisario europeo de Comercio y principal negociador de la UE en la OMC.
La oferta de los que más subvenciones destinan a la agricultura propone "reducir notablemente" las ayudas internas "que distorsionan" el comercio, la reducción de aranceles "reafirmando la existencia de productos sensibles" -lo que según la UE beneficia a los países en vías de desarrollo, pero también a la agricultura europea- y la reducción de las ayudas a la exportación de productos como el azúcar, pedida por países como Brasil, según indica el ejecutivo europeo en un comunicado.
La propuesta ya ha recibido el rechazo de los grandes países agrícolas y los países en vías de desarrollo, que buscan la eliminación de la protección agrícola y no sólo su disminución. Pero los 146 miembros de la OMC se comprometieron en noviembre de 2001 en Doha a una limitada "reducción con vistas a la eliminación" de los subsidios a la exportación, una "reducción sustancial" del apoyo interno y una "mejora sustancial" del acceso a mercados, según la declaración final de esa ministerial.
La UE ya presentó a comienzos de año su propuesta a la OMC para reducir en un 45% las subvenciones a la exportación agrícola, en un 36% los aranceles a este sector y en un 55% las ayudas internas, oferta que se mantiene tras el acuerdo con Estados Unidos.
"La postura de la UE en las negociaciones sobre agricultura representa una vía intermedia entre posiciones extremas", asegura el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, que añade que con la reciente reforma de la política agraria común (PAC) "Europa ha demostrado que no habla por hablar".
Pero la disminución de los subsidios internos propuesta por la UE en la OMC tiene en cuenta los recortes hechos durante los años 90, ya que la reforma de la PAC decidida hace dos meses no prevé una baja de las ayudas internas europeas a la agricultura, que suponen unos 43,000 millones de euros anuales, casi la mitad del presupuesto total europeo.
Los Quince prevén mantenerlas pero reorientándolas a partir de 2005 hacia una agricultura más extensiva y de calidad que respete las normas medioambientales y la seguridad alimentaria, en detrimento del fomento de la producción practicado por la UE desde hace décadas.
Esta adaptación de sus subvenciones garantizaría que no distorsionarán los mercados internacionales, y una baja de la producción agrícola provocará también una disminución de las ayudas a la exportación, aseguran tanto Pascal Lamy como Franz Fischler. Además, los países de la UE quieren que a partir de 2007 se congelen estas subvenciones, es decir, que ni aumenten ni disminuyan, lo que provocará que cada país y agricultor reciban menos porque deben repartirse entre 25 Estados miembros tras la ampliación de la Unión a 10 nuevos países en 2004.
La UE y Estados Unidos acordaron a mediados de agosto su oferta a la OMC para que en Cancún se establezcan las modalidades de negociación de la liberalización agrícola, como parte de la mayor apertura comercial que se pretende al término de la actual ronda de Doha, cuyo fin está previsto en diciembre de 2004.
El último borrador de la declaración que debe ser adoptada en Cancún "retoma parte de las modalidades" propuestas por ambos, aunque "en algunos temas va más allá", explica la portavoz de Pascal Lamy, comisario europeo de Comercio y principal negociador de la UE en la OMC.
La oferta de los que más subvenciones destinan a la agricultura propone "reducir notablemente" las ayudas internas "que distorsionan" el comercio, la reducción de aranceles "reafirmando la existencia de productos sensibles" -lo que según la UE beneficia a los países en vías de desarrollo, pero también a la agricultura europea- y la reducción de las ayudas a la exportación de productos como el azúcar, pedida por países como Brasil, según indica el ejecutivo europeo en un comunicado.
La propuesta ya ha recibido el rechazo de los grandes países agrícolas y los países en vías de desarrollo, que buscan la eliminación de la protección agrícola y no sólo su disminución. Pero los 146 miembros de la OMC se comprometieron en noviembre de 2001 en Doha a una limitada "reducción con vistas a la eliminación" de los subsidios a la exportación, una "reducción sustancial" del apoyo interno y una "mejora sustancial" del acceso a mercados, según la declaración final de esa ministerial.
La UE ya presentó a comienzos de año su propuesta a la OMC para reducir en un 45% las subvenciones a la exportación agrícola, en un 36% los aranceles a este sector y en un 55% las ayudas internas, oferta que se mantiene tras el acuerdo con Estados Unidos.
"La postura de la UE en las negociaciones sobre agricultura representa una vía intermedia entre posiciones extremas", asegura el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, que añade que con la reciente reforma de la política agraria común (PAC) "Europa ha demostrado que no habla por hablar".
Pero la disminución de los subsidios internos propuesta por la UE en la OMC tiene en cuenta los recortes hechos durante los años 90, ya que la reforma de la PAC decidida hace dos meses no prevé una baja de las ayudas internas europeas a la agricultura, que suponen unos 43,000 millones de euros anuales, casi la mitad del presupuesto total europeo.
Los Quince prevén mantenerlas pero reorientándolas a partir de 2005 hacia una agricultura más extensiva y de calidad que respete las normas medioambientales y la seguridad alimentaria, en detrimento del fomento de la producción practicado por la UE desde hace décadas.
Esta adaptación de sus subvenciones garantizaría que no distorsionarán los mercados internacionales, y una baja de la producción agrícola provocará también una disminución de las ayudas a la exportación, aseguran tanto Pascal Lamy como Franz Fischler. Además, los países de la UE quieren que a partir de 2007 se congelen estas subvenciones, es decir, que ni aumenten ni disminuyan, lo que provocará que cada país y agricultor reciban menos porque deben repartirse entre 25 Estados miembros tras la ampliación de la Unión a 10 nuevos países en 2004.
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