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Seis hábitos que dañan su carrera y cómo superarlos
Los líderes hambrientos de poder tienden a tomar decisiones precipitadas y alienar a las personas a su alrededor. Para evitarlo, coloque medidas para la rendición de cuentas: designe consejeros, solicite evaluaciones o simplemente pida retroalimentación.
- Kerry Goyette
- - Actualizado: 24/2/2020 - 12:58 pm
Todos tienen descarriladores – comportamientos o hábitos que podrían habernos funcionado bien en algún momento de nuestras vidas- pero que ahora se interponen en nuestro camino al éxito. Si no se corrigen, esas tendencias pueden crear caos en su capacidad para dirigir en forma efectiva. En mi trabajo, he identificado seis descarriladores comunes y formas para superarlos:
Evitar el conflicto:
Una vez un importante equipo estaba a punto de implosionar. La gerente, Shelly, estaba alienando a sus subordinados. Bryan, el jefe de Shelly, sabía que el problema estaba creciendo, pero no estaba dispuesto a confrontarla. Para evitar situaciones similares, asegúrese de responder directa y personalmente a cualquier situación problemática. Busque consejos sobre cómo confrontar los problemas que enfrenta. Si está nervioso, comience escribiendo un plan de acción.
—Impulsividad:
La impulsividad podría incluir impredecibles respuestas emocionales o impulsar una nueva idea sin analizarla. Es un hábito que lo hace perder relaciones y apoyo. Tome tiempo para reflexionar sobre éxitos y fracasos previos y considere qué es lo que omitió en su prisa por avanzar.
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Anticipe las consecuencias planteándose: ¿Qué es lo que tiene más probabilidades de fallar en la ejecución del plan? ¿Cómo percibirán esto los demás?
— Transferir la culpa:
Esta es la causa No. 1 de la mala solución de problemas. Quienes transfieren la culpa exageran lo negativo, se sienten como víctimas y pasan la pelota. Para romper este hábito, debe aprender de sus fracasos, reconocer las limitaciones actuales y preguntarse qué puede hacer con el control e influencia de que dispone.
— Insistir en el control:
En situaciones extremas, los empleados que trabajan para un líder controlador dejan de tomar la iniciativa, evitan recibir retroalimentación, no pueden desarrollar sus habilidades y a menudo renuncian.
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Si tiene una tendencia a microgerenciar, considere revisiones menos constantes, en las que reciba actualizaciones, comparta metas y mediciones y ofrezca consejos, pero al mismo tiempo empodere a su equipo. La comunicación y el alineamiento son claves.
— Perfeccionismo:
Las personas que siempre buscan la perfección suelen incumplir fechas de entrega y perder oportunidades. La solución es confirmar estándares con los demás. Busque retroalimentación respecto a los resultados, costos y calendarios esperados. Considere añadir al flujo de trabajo del proyecto puntos de revisión con su jefe o probar pequeños experimentos que permitan relajar sus estándares.
— Hambre de poder:
El hambre de poder involucra una falta de disposición a comprometerse o el ver a los demás como medios para un fin. Los líderes hambrientos de poder tienden a tomar decisiones precipitadas y alienar a las personas a su alrededor. Para evitarlo, coloque medidas para la rendición de cuentas: designe consejeros, solicite evaluaciones o simplemente pida retroalimentación. Haga que otra persona de su equipo acompañe con su firma cada promesa que usted haga. Brinde planes y evidencia para cada decisión.
Cuando se trata del liderazgo, o se deshace de los descarriladores o ellos lo derribarán.
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