Normativa atenta en contra de pequeños porcicultores
- Diana Díaz V./[email protected]/@PanamaAmerica
Como nefasto catalogan el recién aprobado decreto ejecutivo que reglamenta el manejo ambiental de forma integral de las granjas porcinas.
![La alimentación de los cerdos también es regulada por el decreto, lo que podría afectar a los que se dedican a la actividad de subsistencia. /Foto Archivo](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2016/10/18/18131399.jpg)
La alimentación de los cerdos también es regulada por el decreto, lo que podría afectar a los que se dedican a la actividad de subsistencia. /Foto Archivo
![Porcicultores, dispuestos a bajar el precio de la carne a consumidores](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2016/10/18/101916-pa-10-2_ph01_18125007.jpg)
Porcicultores, dispuestos a bajar el precio de la carne a consumidores
Como nefasto catalogan los porcicultores el recién aprobado Decreto Ejecutivo 270 de 15 de septiembre que, según ellos, pretende desaparecer la actividad para los pequeños productores principalmente.
El decreto ejecutivo reglamenta el manejo ambiental de forma integral de las granjas porcinas, lo que afecta fundamentalmente a los que practican la actividad como subsistencia o de traspatio.
Y es que esta no es solo la afectación, sino que también los porcicultores están siendo afectados por la cantidad de carne importada de cerdo, producto de los tratados de libre comercio, sin embargo, la producción nacional es la más afectada por carecer del apoyo correspondiente en cuanto a la comercialización del producto.
De acuerdo con el decreto, el objetivo fundamental es regular las granjas porcinas en cuanto a su constitución, el ejercicio de la actividad, adecuación y cese de funciones, atendiendo las disposiciones legales de salud animal, humana y ambiental.
Para el productor Juan Guevara, esta normativa es la más "nefasta", garantiza la desaparición del 80% de los productores nacionales e impide que se formen granjas nuevas, tal como lo indicó en un medio local.
El decreto establece que la granja porcina que se pretenda instalar deberá estar ubicada a una distancia no menor de 2 kilómetros lineales desde el área de producción a los centros poblados, escuelas, hospitales, centro de salud, desarrollo turístico y recreativo, lo cual solo sería posible según los productores, para una persona con mucho dinero que tenga 1,600 hectáreas de terreno.
Los productores no se oponen a que se norme la actividad del porcicultor, sin embargo, sostienen que no hay apoyo de las autoridades, principalmente para los de subsistencia, ya que según el decreto, las granjas porcinas traspatio podrán estar ubicadas a una distancia de hasta 50 metros de viviendas habitadas, lo que implicaría hacer una inversión para adecuar el lugar establecido.
'Porcicultores, dispuestos a bajar el precio de la carne a consumidores
Los productores indican que podrían comercializar la carne de cerdo a un precio más bajo, es decir, a $1.60 la libra, ya que actualmente está a la venta a entre $2.75 y $3.50.
Según sus estimaciones, esta medida se traduciría en un ahorro para la población de 111 millones de dólares aproximadamente, tomando en cuenta que cada panameño consume 19 libras de carne.
La situación actual de los porcicultores no dista mucho de la realidad de los demás productores de otros rubros en el país, quienes exigen mayor compromiso de las autoridades.
Ante esta situación, la semana pasada se inició el diálogo nacional por el agro, iniciativa de la Comisión Agropecuaria de la Asamblea Nacional.
Los productores han mostrado su disgusto ante la falta de una representación del Ejecutivo en este diálogo, ya que señalan que muestra la falta de compromiso de este órgano del Estado para con los productores nacionales.
Las granjas de traspatio son las que están constituidas de uno a 10 animales, y cuyo uso principal va dirigido al autoconsumo o venta ocasional.
Entre los requisitos para estas granjas de subsistencia figuran cumplir como mínimo con que los cerdos estén confinados en corrales o instalaciones que permitan su reclusión, preferiblemente contar con pisos y paredes, comederos, bebederos, techos y, de ser posible, con canales que permitan su limpieza, entre otros.
También establece prohibiciones como la alimentación de cerdos con desperdicios o sobrantes de alimentos de origen animal, vegetal y aceites reutilizables, provenientes de centros de alimentación colectiva y expendio de comidas, así como ningún tipo de alimentos vencidos. Además, prohíbe el sacrificio de porcinos dentro de la granja.
Otra de las problemáticas que enfrentan es la importación de carne de cerdo, lo que hace que exista una sobreproducción de este producto en el mercado, señaló Pedro Vidal.
Indicó que no quieren desaparecer y para tal efecto solicitan a las autoridades que les doten en equipos y puestos de venta para comercializar el producto directamente, lo que se traduciría en una baja en el precio final que pagan los consumidores.
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