Munro: Odebrecht busca una segunda oportunidad
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La empresa dice haber erradicado la corrupción de todas sus prácticas y negocios, y ahora espera que se le abran las puertas.
Mike Munro fue la persona clave para que grandes transnacionales como Dow Chemical, Baker Hughes Oil & Gas y Transocean Offshore Drilling pudieran adaptarse a las nuevas normas de transparencia y gobiernos corporativos, luego de que se les vinculara a actividades irregulares o de posible corrupción.
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Munro es un abogado estadounidense con 25 años de experiencia internacional en programas e iniciativas de cumplimiento.
Hoy día, Munro quizás enfrenta el mayor desafío de su carrera: sanear, establecer controles de transparencia y recuperar la imagen de una compañía transnacional: Odebrecht Ingeniería & Construcción.
En 2016, Munro fue nombrado director de Cumplimiento de Odebrecht Ingeniería & Construcción y ahora es director de Global Outreach. Su primer paso fue desarrollar e implementar un programa de cumplimiento global de clase mundial en la compañía brasileña.
Munro, quien no se rehusó a hablar de los errores de Odebrecht y su estructura de coimas para ganar contratos en Latinoamérica, dice que el objetivo es darle una segunda oportunidad como la han tenido otras grandes, entre ellas, Siemens, que enfrentaron estos problemas.
Odebrecht llegó a ser una de las empresas de ingeniería más grandes del mundo hasta que en EE.UU. se dio una investigación sobre el sistema de coimas de esta empresa, lo que llegó a convertirse en uno de los mayores escándalos de corrupción en el continente.
Aun así, la experiencia de Odebrecht no deja de resaltar en el ámbito de la ingeniería al construir 2,856 kilómetros de ferrocarriles, 64 mil 193 MW en plantas de energía, 4,002 kilómetros de gasoductos y poliductos, 215 kilómetros de metros, 14 millones 613 mil 354 edificios, 43 aeropuertos, entre otros.
En Panamá, Odebrecht dejó parte de ese legado al desarrollar unos 20 proyectos, entre ellos megaobras como la Línea 1 del Metro de Panamá, la Cinta Costera y la segunda fase de la autopista Panamá-Colón.
En la actualidad, Odebrecht avanza en cuatro proyectos que generan 10 mil 772 plazas de empleos: Línea 2 del Metro de Panamá, expansión del aeropuerto de Tocumen, Renovación Urbana de Colón y revitalización de los espacios públicos. Con estas obras, espera facturar el próximo año 661 millones de dólares en Panamá.
Esta semana, Munro visitó las oficinas de Odebrecht en Panamá y conversó con varios medios de comunicación sobre su visión de la compañía y si la empresa será capaz de salir a flote para mantener sus operaciones en los 25 países donde tiene hoy proyectos. El reconocido abogado es optimista y como prueba anunció que en Brasil, Odebrecht ha obtenido mil millones de dólares en contratos nuevos.
Estas fueron las preguntas que respondió Munro a Panamá América desde el piso 34 del edificio Torres de las Américas.
¿Odebrecht podrá sobrevivir a este escándalo de corrupción que causó repercusiones en varios continentes?
Estoy muy seguro de ello por varias razones. La primera es que por todo lo que Odebrecht ha pasado es similar a lo que pasaron muchas otras empresas en las últimas décadas. En estos casos, cuando una empresa toma una decisión comprometida de cambiar, de modificar sus procesos y mejorar sus controles para implementar lo que se conoce como un programa de cumplimiento global, en todos los casos, esas compañías pudieron sobrevivir y tener éxito. Yo no veo ninguna razón por la cual en Odebrecht no será igual. El compromiso que he visto de Odebrecht y su nuevo liderazgo y su nueva gerencia, en los últimos dos años, va más allá de cualquier cosa que haya visto antes.
¿Qué empresas pudieron sobrevivir en situaciones similares?
Hay una larga lista de empresas que han hecho acuerdos anticorrupción, sobre todo con el Gobierno de Estados Unidos, pero también con Gobiernos europeos, y eso incluye a las compañías más grandes del mundo, como Siemens, Johnson & Johnson, que son empresas muy grandes. También en el área bancaria hay ejemplos, muchos bancos han tenido que hacer este tipo de acuerdos y han pasado por este tipo de transformación, tras haber tenido problemas de corrupción y de coimas de sus gerentes. Tras la firma de estos acuerdos, la corrupción se volvió algo inaceptable para estas compañías y pudieron cambiar; y nosotros tenemos esa misma actitud.
¿Qué diferencias podremos ver del nuevo Odebrecht?
La gerencia anterior de la compañía cometió errores, ellos no debieron involucrarse en actos de corrupción y el pago de coimas, pero lo hicieron. Y el primer paso que se dio fue que las gerencias que tomaron esas malas decisiones se fueron, estas personas fueron removidas de sus cargos. Odebrecht es una compañía, no es una persona. Entonces no hay ninguna razón por la cual una compañía no pueda sobrevivir, pero las personas que estaban allí en estas actividades inapropiadas se fueron, fueron removidas.
La gente tenía que entender internamente, además de externamente, que si uno paga una coima o comete un error, sencillamente no puede continuar en la compañía. Este es el primer paso, y eso sucedió en Odebrecht.
A partir de allí, hay una serie de elementos del programa que ha sido implementado en muchas grandes empresas. Lo que hemos hecho es armar un programa de cumplimiento inspirado en esos casos de éxito, como el de Siemens, grandes bancos y General Electric, y seguir ese modelo que incluye políticas muy claras y lineamientos muy específicos que incluyen controles y mucho entrenamiento en comunicación, así como el proceso de la debida diligencia para asegurarnos de que todas las personas con las que hacemos negocios sean de alta integridad.
¿Cree usted que después de estos cambios, los Gobiernos y bancos de los países donde tiene presencia le abrirán las puertas?
Afortunadamente, a todas estas compañías y bancos se les permitió seguir haciendo negocio con los países después de que cometieron errores. A ellos se les dio una segunda oportunidad. Una de las primeras empresas que tuvo problemas como este fue Arthur Andersen, pero a la mayoría de las empresas manufactureras se les ha dado una segunda oportunidad y hoy día se han convertido en modelos de conformidad porque les dieron una segunda oportunidad.
Nosotros esperamos que en la mayoría de los países en los cuales tuvimos este tipo de situaciones se nos dé una segunda oportunidad. Por ejemplo, en Brasil se nos ha dado una segunda oportunidad; en los últimos cuatro o cinco meses, Odebrecht ya ganó cerca de mil millones de dólares en nuevos contratos, lo cual es muy importante. Igual pasa en Estados Unidos, donde seguimos teniendo contratos, y en muchos países fue así. Hemos seguido haciendo negocios y haciendo buen trabajo, pero esto es país por país.
En algunos países ha sido más difícil que en otros, las respuestas han sido más negativas y en esos países tomará más tiempo.
¿Odebrecht espera mantener presencia en los 25 países en que estaba?
Intencionalmente, no abandonaríamos ninguno de estos países. Pero durante los últimos dos años el trabajo ha sido más difícil para nosotros en lo que se refiere a participación en licitaciones, además de que habido una baja en la economía de muchos de estos países. Es una combinación de factores que han influido negativamente.
¿Cuáles son los principales cambios que veremos de Odebrecht en Panamá?
Igual que en otros países, la gerencia de Odebrecht en Panamá fue reemplazada y tenemos nuevos gerentes. Todo el cuadro de gerentes de Panamá fue reemplazado y luego implementamos aquí lo que hicimos en el resto del mundo, todos los elementos que requiere un sistema de conformidad, nuevos lineamientos, nuevos controles, nuevas bases de datos y mucho entrenamiento. Tenemos una línea directa para denuncias anónimas a la que la gente puede llamar. Nosotros también somos objeto de auditores independientes acerca de las actividades en las que está la empresa y así asegurarnos de que estamos haciendo las cosas correctamente.
¿Para Odebrecht es más difícil conseguir negocios en Panamá hoy día?
Es diferente en cada país. En Panamá, el Gobierno vio el valor del trabajo que hace Odebrecht y el país nos permitió continuar con los proyectos que eran muy importantes para el país. En algunos países sí se pararon los proyectos. Las coimas habían sido pagadas para obtener los contratos y en algunos países se decidió parar los proyectos, pero en Panamá no, y la mayoría no lo hicieron.
En referencia a nuevas licitaciones, lo que experimentamos en la mayoría de los países, incluyendo Panamá, los Gobiernos no querían que participáramos en licitaciones hasta que llegáramos a un acuerdo, se revelara toda la información y se pagara una multa. En el caso de Panamá fue una cifra importante, 200 millones de dólares de multa.
Esto también se dio en Brasil, República Dominicana y otros países, y a partir de allí, estas naciones nos han permitido participar en licitaciones normalmente.
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