Mundo de Negocios
Mientras los negocios están cerrando, WeWork intenta volver a atraer a sus trabajadores
La empresa de espacios de oficina compartidos les está ofreciendo bonificaciones de cien dólares al día a sus trabajadores para que vayan a sus locales en medio de la crisis del coronavirus.
- Peter Eavis
- - Publicado: 08/4/2020 - 11:00 am
En la batalla en contra de la propagación del coronavirus, un sinfín de negocios, restaurantes y bares han cerrado de forma temporal para evitar la reunión de personas.
Sin embargo, WeWork, empresa que opera espacios de trabajo compartidos, ha mantenido abiertos la mayoría de sus locales. Días atrás, el sitio web de WeWork mencionaba que tan solo dos de sus oficinas compartidas en Norteamérica estaban cerradas y ninguna en Europa.
Hace doce días, la empresa emitió el último comunicado público sobre el virus a sus clientes —entre los que se cuentan trabajadores independientes, pequeñas empresas y grandes corporaciones como Amazon—, en el cual dio una lista de las precauciones que estaba tomando. WeWork ha permitido que los empleados que normalmente atienden los locales trabajen desde casa, pero ya comenzó a tentar a algunos con bonificaciones de cien dólares al día para que se presentaran, de acuerdo con un memorando interno que revisó The New York Times.
Algo está claro: un cierre generalizado podría significar un golpe severo para WeWork, una empresa emergente que, a pesar de haber sido muy alabada en algún momento, ya estaba en problemas.
En los últimos y turbulentos seis meses, WeWork suspendió una oferta pública inicial porque los inversionistas retrocedieron ante sus pérdidas y su gobierno corporativo; despidió a cientos de sus empleados; cambió de manos la dirección ejecutiva dos veces, y fue rescatada por SoftBank, el accionista dominante en WeWork. SoftBank, un conglomerado japonés que dirige un inmenso fondo de inversión en tecnología, intervino después de que WeWork casi se quedó sin dinero. No obstante, se espera que sus salidas de efectivo sean aún mayores este año cuando conforme lleve a cabo una expansión que casi duplicará sus locales.
Aunque la mayoría de los locales de WeWork están abiertos oficialmente —la empresa señaló que ofrece servicios esenciales que siguen en operaciones porque así lo han permitido muchos gobiernos estatales y locales—, casi no hay personas en ellos. En Midtown Manhattan, sede de varios espacios de WeWork, el fuerte flujo de clientes que suele haber ha menguado hasta convertirse en un goteo, de acuerdo con dos empleados que trabajan en esos locales o los están monitoreando, y quienes solicitaron no ser nombrados por temor a perder su trabajo.
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La pandemia del coronavirus está deprimiendo la demanda de espacios de trabajo compartidos y la recesión que se avecina podría provocar que muchos trabajadores independientes y pequeñas empresas, una buena parte de la base de clientes de WeWork, decidan ahorrar dinero trabajando desde casa, una situación a la cual se están acostumbrando rápidamente muchos profesionales de cuello blanco en todo el mundo. Los clientes de WeWork pueden firmar contratos mensuales, lo que les permite irse muy pronto. En contraste, la empresa tiene contratos de arrendamiento de varios años con los propietarios.
“Por donde se le vea, el panorama de WeWork luce oscuro”, comentó Vicki Bryan, directora ejecutiva de Bond Angle, una firma de investigación. “Esto era así antes de esta histórica crisis pandémica, y ahora ya no están esas palancas que pudo haber aprovechado al menos para ganar algo de tiempo”.
Además, mientras se enfrenta al brote, su posición financiera podría debilitarse a causa de una lucha interna entre sus accionistas.
La semana pasada, SoftBank amenazó con retractarse de una compra de 3000 millones de dólares en acciones existentes de otros accionistas de WeWork. Si no se realiza esa transacción, WeWork no recibirá 1100 millones de dólares en financiamiento de deuda que son parte del rescate de SoftBank, según una persona informada sobre el acuerdo que no estaba autorizada a hablar en público sobre el asunto.
En meses recientes, SoftBank ha invertido 1500 millones de dólares en la empresa a cambio de acciones nuevas, y ha garantizado otros 4000 millones de dólares en financiamiento de deuda. No obstante, si SoftBank retirara la oferta de comprar acciones y el préstamo de 1100 millones de dólares, los arrendadores que le rentan espacios de oficinas a WeWork podrían comenzar a dudar del compromiso de SoftBank con el negocio.
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SoftBank enfrenta sus propias presiones. La empresa y su Vision Fund de 100.000 millones de dólares tienen participaciones en muchas empresas jóvenes que ya estaban en problemas mucho antes de que atacara el virus.
En un esfuerzo por aliviar la inquietud de los inversionistas, el lunes, SoftBank anunció que iba a vender activos con un valor de hasta 41.000 millones de dólares para recomprar 18.000 millones de dólares en acciones y liquidar la deuda. El martes, sus acciones se dispararon gracias a la noticia, pero aun así quedaron un tercio por debajo del máximo que alcanzaron el mes pasado. “WeWork no es el único hijo problemático de SoftBank”, señaló Bryan de Bond Angle.
La nueva postura endurecida de SoftBank hacia WeWork podría ser una táctica de negociación para obligar a otros inversionistas, entre ellos Benchmark Capital y Adam Neumann, cofundador y exdirector ejecutivo de WeWork, a aceptar un precio menor.
Los otros accionistas están contratacando. En un comunicado emitido el domingo, dos miembros del consejo de WeWork —Bruce Dunlevie, socio fundador de Benchmark Capital, y Lew Frankfort, exdirector ejecutivo de Coach, quienes conforman un comité del consejo creado el año pasado para evaluar sus opciones de financiamiento— mencionaron que SoftBank estaba “obligado a consumar su oferta de compra de acciones”, y agregaron que “sus excusas para no cerrar el acuerdo son inapropiadas y deshonestas”. Benchmark, una prominente firma de capital de riesgo de Silicon Valley, solicitó vender toda su participación en WeWork en la oferta de compra de acciones, de acuerdo con la persona informada sobre el acuerdo. Dunlevie no respondió a una solicitud para ofrecer comentarios.
Si SoftBank se retracta de la oferta y WeWork no obtiene los préstamos que espera, la empresa podría estar en peligro, según analistas.
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“La disrupción de los negocios relacionada con la recesión mundial, la propagación del coronavirus y la incertidumbre en torno al compromiso a largo plazo de SoftBank con WeWork ha agregado presión a la viabilidad de la empresa a largo plazo”, mencionó Standard & Poor’s en un comunicado que emitió el lunes para explicar por qué había bajado aún más la calificación crediticia de WeWork hasta dejarla en grado “basura”. Los bonos de WeWork se han desplomado a niveles que sugieren que los inversionistas consideran la posibilidad de un incumplimiento de pagos.
Un problema inmediato para WeWork es convencer a la gente de que la empresa está respondiendo de forma adecuada al brote del coronavirus. Algunos empleados y clientes han cuestionado la decisión de WeWork de mantener abiertos los locales.
En un memorando enviado el domingo a los empleados de Estados Unidos y Canadá, el director de operaciones de WeWork, Shyam Gidumal, señaló que la empresa había “sido designada negocio esencial de acuerdo con órdenes que hemos revisado”.
Cuando se le preguntó sobre el memorando, Nicole Sizemore, una vocera de la empresa, comentó que, conforme a una orden del estado de Nueva York, las empresas que ofrecen servicios postales y de envíos, de seguridad y almacenamiento —servicios que brinda WeWork— se consideran esenciales. “WeWork es un prestador de servicios y tenemos la obligación de mantener abiertos nuestros edificios”, afirmaron Sandeep Mathrani, director ejecutivo de WeWork, y Marcelo Claure, su presidente ejecutivo, en otro correo electrónico fechado el 18 de marzo.
Sin embargo, WeWork tal vez tenga problemas para convencer a sus empleados de ir a trabajar a sus locales. En su memorando, Gidumal mencionó que los trabajadores que asistan obtendrán cien dólares al día, hasta 500 dólares a la semana, y estos bonos se saldarán en un pago único mensual. El dinero tiene el objetivo de “reconocer la disposición de los empleados de nuestra comunidad para apoyar a nuestros miembros manteniendo abiertos y operando nuestros edificios durante estos tiempos extraordinarios”, señalaba el memorando.
Uno de los empleados de WeWork que monitorea los locales de Midtown comentó que la oferta de gratificaciones ponía a los trabajadores en la difícil posición de enfrentarse a un potencial riesgo a la salud a cambio de unos cientos de dólares. Esta persona dijo que, a diferencia de otros empleados, era más probable que los miembros del personal con sueldos más bajos y dificultades económicas aceptaran ir.
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