Mundo de Negocios
Los mejores líderes son los versátiles
- Robert B. Kaiser
¿Cómo pueden volverse más versátiles los líderes? Una extensa investigación ha demostrado tres estrategias generales.
Dos grandes desafíos caracterizan al liderazgo actual. Uno es la necesidad de equilibrar una creciente serie de demandas paradójicas: Hacer más con menos; reducir costos, pero innovar; pensar globalmente y actuar localmente. El otro es el ritmo sin precedentes del “cambio disruptivo”, que acelera la interacción de estas demandas y simultáneamente incrementa la presión sobre las organizaciones para adaptarse.
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Estos desafíos han amplificado significativamente la importancia de la versatilidad. ¿Cómo pueden volverse más versátiles los líderes? Una extensa investigación ha demostrado tres estrategias generales:
La primera consiste en aprender de diferentes y desafiantes experiencias laborales que puedan ampliar la perspectiva del líder, promover un rango más amplio de habilidades y brindar una red de colegas con diferentes conocimientos y puntos de vista.
Los líderes versátiles tienden a tener rutas laborales más diversas que los demás, al igual que la capacidad de absorber lecciones de esa experiencia. Nosotros alentamos a los directivos a comparar sus habilidades actuales con las que son necesarias en los trabajos a los que aspiran y a buscar roles desafiantes. Por ejemplo, ser parte de un proceso de planeación estratégica – incluso tomando notas o como asistente – puede exponerlo a nuevas habilidades que se practican menos en los trabajos tácticos. Buscar experiencia comercial en diferentes negocios también es una gran forma de prepararse para el liderazgo empresarial.
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La segunda estrategia es la retroalimentación constante. Es crucial obtener aportes acerca de la efectividad de su comportamiento. Los líderes versátiles no sólo responden bien al cambio. También modifican su comportamiento en respuesta a las críticas constructivas. Una forma simple de obtener esta retroalimentación consiste en hacerle a colegas de confianza las preguntas recomendadas por el consultor directivo Peter Drucker: “¿Qué debería detener, iniciar y seguir haciendo para ser más efectivo?” Un enfoque más involucrado y sistemático sería contestar una evaluación de personalidad o de fortalezas, y darle seguimiento con los demás, preguntando “¿Qué tal me ves en el uso de estas fortalezas específicas? ¿Tiendo a exagerarlas?
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La tercera estrategia es el desarrollo personal: volverse una persona más redondeada. Esto involucra ser consciente y abierto a comportamientos o habilidades opuestas y no cegarnos con nuestras fortalezas. Los líderes versátiles muestran un patrón de salir de lo familiar y confortable, a menudo intencionalmente.
Sus contrapartes menos versátiles, por el contrario, suelen tener una visión rígida y angosta de sí mismos como un tipo particular de persona, y pensar que las perspectivas y comportamientos opuestos deberían ser evitados, en lugar de experimentar y aprender de ellos. Un enfoque útil es de invitar periódicamente a almorzar o tomar un café a colegas con diferentes habilidades y perspectivas. Trate de ver las cosas desde su punto de vista y entender la forma en que piensan. Incluso podría preguntarles qué están leyendo y cómo aprenden, e integrar algunos de esos ejemplos en su rutina.
Entre más amplio sea el lente del líder respecto al mundo, entre más amplio sea su repertorio de habilidades y comportamientos y entre más amplio sea como persona, es más probable que dirija hacia el éxito a su gente, equipos y organizaciones en un mundo que cambia rápidamente.
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