Mundo de Negocios
La promesa y los peligros del proceso de destitución en Estados Unidos
Los fundadores de la Convención Constitucional tuvieron que idear una manera de remover a los presidentes que abusan de sus cargos, pues no todas las personas son como Washington.
- Actualizado: 10/10/2019 - 11:26 am
Estados Unidos podría no haber tenido un presidente. Los hombres que llegaron a la Convención Constitucional en 1787 trajeron consigo el horror de la monarquía. De haber faltado una figura de la envergadura de George Washington, el joven país podría haber adoptado un sistema parlamentario de gobierno. Sin embargo, después de crear el cargo, los fundadores tuvieron que idear una manera de remover a los presidentes que abusan de sus cargos, pues no todas las personas son como Washington.
Definieron el mecanismo: una votación de impugnación, o “impeachment”, en la Cámara de Representantes, seguida de un juicio en el Senado. Los motivos por los que se podía acusar a un presidente: “traición, soborno u otros crímenes y delitos menores” se dejaron deliberadamente al Congreso.
LEA:Facebook suspende aplicaciones
Por lo tanto, aunque el juicio político es una disposición constitucional, también es una campaña política. Esa campaña comenzó en serio esta semana cuando Nancy Pelosi ordenó a sus colegas demócratas en la Cámara que iniciaran las audiencias de impugnación contra el presidente Donald Trump. Esto no necesariamente conducirá a su destitución. En el pasado, sin embargo, este tipo de audiencias han generado su propio impulso. El proceso está lleno de riesgos para ambos bandos. Pero una cosa parece segura: ese proceso dividirá aún más a un país que ya se enfrenta consigo mismo.
Pelosi ha dado un paso tan trascendental porque cree que el comportamiento del presidente con el gobierno de Ucrania cruzó un límite. Si esa parece ser una razón extraña para contemplar el derrocamiento de un presidente, recuerden que el juicio político contra el expresidente Richard Nixon surgió a partir del robo de una oficina y los del expresidente Bill Clinton comenzaron por su aventura con una subordinada. Trump parece haberle hecho saber al gobierno de Ucrania que las relaciones con Estados Unidos, incluidos los suministros de ayuda, dependían de que realizara una investigación sobre la familia de un rival político; eso sería más grave que un robo o una aventura. Significaría que el presidente ha subvertido los intereses nacionales para desatar una venganza política.
INTERESANTE: Jack Ma se retira de Alibaba, pero no se irá muy lejos
A menudo, el gobierno federal le promete ayuda a las potencias extranjeras a cambio de que hagan algo que Estados Unidos necesita. El caso de Ucrania es distinto. A Estados Unidos le interesa garantizar que Ucrania pueda defenderse contra la agresión rusa, por lo que el Congreso presentó un paquete de 391 millones de dólares en ayuda militar para el nuevo gobierno electo. Trump actuó contra el interés nacional al paralizar esa ayuda, mientras presionaba a Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, para que investigara a Hunter Biden, quien tenía negocios en Ucrania y es hijo del demócrata Joe Biden, el candidato favorito en la campaña electoral. Por si eso no fuera lo suficientemente claro, Trump también envió a su abogado personal para que se reuniera con un asesor de Zelenski y repitiera el mensaje.
En un país tan corrupto y vulnerable como Ucrania, el vínculo entre el apoyo estadounidense y la investigación de los Biden –nos das los trapos sucios de Joe y te daremos armas y dinero– no necesitaba ser explícito para ser entendido. "También quiero asegurarles que tomaremos muy en serio el caso y trabajaremos en la investigación", le dijo Zelenski a Trump en una llamada el 25 de julio.
LE PUEDE INTERESAR: Amazon: cero emisiones de carbono
Podría pensarse que la investigación de Mueller sobre los vínculos de su campaña con Rusia habría hecho que Trump se cuidara de perder el tiempo con gobiernos extranjeros. Pero parece que no. Su conducta se parece mucho al soborno o la extorsión. Y utilizar el dinero de los contribuyentes y el poder del Estado para perseguir a un enemigo político contaría como un abuso de poder.
Los fundadores querían que el juicio político fuera una opción práctica, no solo teórica. De lo contrario, el presidente estaría por encima de la ley y sería un monarca sentado en un trono durante cuatro u ocho años. No acusar a Trump sentaría un precedente para futuros mandatarios: cualquier cosa que incluya lo que ha hecho el 45.º presidente hasta la fecha, sería válido. Los partidarios republicanos deberían considerar cuán bajo podría caer un futuro presidente demócrata con tales licencias.
También indicaría a los aliados y enemigos de Estados Unidos que espiar a los estadounidenses que son influyentes, o que podrían llegar a serlo, es una buena manera de ganarse el favor de un presidente. Ni siquiera habría necesidad de que la suciedad fuera verdad. Rusia y China, ¿están escuchando?
Esos son los riesgos que entraña no atreverse a hacer la acusación. Sin embargo, seguir adelante, la opción contraria, también involucra grandes riesgos. Los votantes esperan que la destitución sea el último recurso, no el truco de un partido para destituir a un presidente del otro o un medio para que los perdedores de una elección puedan frustrar su resultado.
Los demócratas de la Cámara corren el riesgo de parecer concentrarse en sus propios intereses por su obsesión con las minucias de las comunicaciones internas de la Casa Blanca, en vez de ocuparse de arreglar la infraestructura o la atención médica.
Las audiencias pueden salirse de control y hacer que los políticos demócratas parezcan ineficaces y obsesivos, como sucedió la semana pasada con el testimonio de un exasistente de Trump, Corey Lewandowski. Las audiencias pueden ser demasiado confusas y enconosas para el público.
Peor aún, aunque la Cámara decida destituir a Trump, es muy poco probable que sea declarado culpable por la mayoría de dos tercios necesaria en el Senado, donde los republicanos tienen 53 de 100 escaños.
LEA TAMBIÉN: Un fondo de cobertura se vuelve un accionista muy ruidoso en AT&T
Legalmente, los malos negocios del hijo de Biden en Ucrania no tienen relación alguna con la posibilidad de que Trump haya abusado de su cargo. Sin embargo, políticamente los dos temas están vinculados porque les dan a los senadores republicanos inclinados a defender a Trump un conjunto de argumentos útiles.
Es posible que un juicio político fallido que deje a Trump en el cargo no sea un elemento disuasorio para este presidente o para otro en el futuro. De hecho, incluso podría ayudar a Trump, quien podría argumentar que fue declarado inocente después de la caza de brujas partidista ejecutada por los perdedores demócratas. Hasta esta semana, ese fue el cálculo de Pelosi y los demócratas de los distritos competitivos.
No está claro que la opinión pública haya cambiado suficiente para alterar la ecuación. Aunque puede ser una bravuconería, el equipo de campaña de Trump siempre ha insistido en que mientras más demócratas hablen sobre el juicio político, mejores serán las posibilidades de reelección del presidente en 2020.
La suerte está echada
Frente a opciones tan desalentadoras, Pelosi había aguantado hasta ahora. Pero, a medida que se acerca la reelección, Trump parece volverse cada vez más descarado. Es necesario investigar el comportamiento del presidente con la autoridad adicional que confiere el proceso de impugnación. Por lo tanto, es mejor optar por los principios que por el pragmatismo. Por desgracia, es un camino arriesgado y peligroso.
ARTÍCULOS INTERESANTES:
Despedir a un hijo, una difícil decisión
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.