Fortalecimiento del capital humano: una tarea pendiente
- Ninotshka Tam
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- Analista del Centro Nacional de Competitividad
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Es evidente que la educación necesita especial atención, donde todas las partes Estado-empresa-academia– sociedad civil deben unir esfuerzos para lograr mejorar la calidad de esta.
El capital humano se refiere a los conocimientos y a las capacidades que tienen las personas, y que redundan en su nivel de productividad. Bien decía Adam Smith en su libro "Las Riquezas de las Naciones" que las habilidades de las personas son un determinante para que exista crecimiento y desarrollo económico, es decir, para que se genere el progreso de una nación. En dicho libro se explica que la riqueza de los países se obtiene mediante la mejora en la capacidad del trabajo humano y plantea la división del trabajo -o la especialización- como una forma de desarrollo de habilidades específicas que permiten elevar la productividad.
Es un hecho irrefutable que la productividad de la fuerza laboral tiene relación directa con sus capacidades, ya que es a través de la formación profesional y educación que las personas acumulan conocimientos y desarrollan habilidades que se convierten en su capital que bien invertido y eficientemente utilizado, brindará frutos para la competitividad y desarrollo personal y del país.
Al ser un tema tan importante el capital humano para las economías, el Foro Económico Mundial (FEM) creó el Índice Global de Capital que tiene como objetivo brindar una evaluación integral del capital humano de 130 países. De acuerdo con este índice, el "capital humano es el conocimiento y las habilidades que poseen las personas que les permiten crear valor en el sistema económico global" por lo que busca cuantificar los conceptos clave y proporcionar una herramienta práctica para los tomadores de decisiones tanto a nivel político como a nivel empresarial.
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El Índice de Capital Humano 2017 mide el desarrollo del capital humano en una escala de 0 (peor) a 100 (mejor) con cuatro subíndices temáticos: Capacidad, Despliegue, Desarrollo y Conocimiento y cinco grupos de edad distintos para definir el perfil de potencial de capital humano de un país. El índice anteriormente mencionado mide 4 elementos: primero, la capacidad de lograr un nivel educativo formal, en el que se evalúa el porcentaje de la población que ha alcanzado al menos la educación primaria, secundaria o terciaria, respectivamente, y la proporción de la población que tiene un nivel básico de lectoescritura y aritmética básica, mientras más educada sea la fuerza de trabajo estará mucho mejor preparada para adaptarse a las nuevas tecnologías, innovar y competir a nivel mundial, y en ese elemento Panamá ocupó la posición 40 de 130 países.
Segundo elemento, el "despliegue", el cual mide cuántas personas pueden participar activamente en la fuerza de trabajo (tasa de participación en la fuerza de trabajo) y aquí Panamá se ubicó en el puesto 59 de 130 países. El tercer elemento: el "desarrollo", mide el acceso a la educación que tiene la población y la calidad del sistema educativo, logrando nuestro país el escalafón 76 de 130 países evaluados. Otra evaluación que realiza el índice está dado por el cuarto elemento: el cómo se hace ("know-how") que implica el alcance de la adquisición de capital humano en el lugar de trabajo mediante el aprendizaje práctico, el conocimiento tácito, el intercambio con colegas y el aprendizaje formal en el trabajo, la educación continua y la capacitación del personal, y en este elemento Panamá logró la posición 62 de 130 países.
Es evidente que la educación necesita especial atención, donde todas las partes Estado-empresa-academia– sociedad civil deben unir esfuerzos para lograr mejorar la calidad de esta. Aunque el índice del Foro Económico Mundial deja en un nivel medio el desempeño en la capacidad de lograr un nivel educativo formal, el resto de las variables están lejos de estar entre los más competitivos, lo que refleja la urgencia de atender el acceso y calidad de la educación, la formación o capacitación continua de los trabajadores y, por ende, ampliar la participación de la población en el mercado laboral. Resultados similares, aunque desde la perspectiva de otros indicadores, se obtuvieron en el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, donde en temas de educación, Panamá obtuvo posiciones muy rezagadas, existiendo una real necesidad de redoblar esfuerzos para mejorar la calidad de la educación y que esto impulse las capacidades y habilidades de la población que representa la riqueza principal de nuestro país.
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