Mundo de Negocios
Empresas extranjeras dedicadas a la inversión en primeras fases en China pasan dificultades
- The Economist
Deben lidiar con rivales locales maduras e inversionistas estadounidenses intranquilos.
![Ilustrativa. (Pixabay)](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/01/15/computer-767776_1920.jpg)
Ilustrativa. (Pixabay)
El primer “día de demostración” organizado en Pekín en noviembre pasado por Y Combinator contó con la participación de más de veinte empresas emergentes locales listas para competir por la atención de inversionistas importantes. El evento marcó la entrada a China de la aceleradora más famosa de Silicon Valley, que ha ayudado a lanzar a empresas como Airbnb y Dropbox. Sin embargo, después de algunos días, escuchamos el abrupto anuncio de YC sobre su decisión de no hacer negocios en el país.
En una declaración, YC señaló que la nueva dirigencia decidió volver a invertir en empresas emergentes desde sus oficinas base en California. MiraclePlus, la nueva encarnación de YC totalmente localizada en China, se encargará de las empresas emergentes con las que estaba trabajando en ese país. Por desgracia, si se considera el contexto de una fractura cada vez más profunda entre China y Estados Unidos, esta retirada tiene tintes de malos augurios. “En el actual ambiente global, para concretar nuestra misión (por China, para China, de China), debemos ser capaces de controlar nuestro propio destino”, escribió MiraclePlus en una publicación en las redes sociales, haciendo alusión al mensaje de su director, Lu Qi, contratado por YC para encargarse de la sucursal china en 2018 (Lu no accedió a nuestra solicitud de una entrevista para este artículo).
A primera vista, puede dar la impresión de que YC corrió con una suerte totalmente contraria a la salud general del capital de riesgo en China, país con una industria tecnológica muy joven. Las operaciones en China de algunos pesos pesados de Sand Hill Road, como Lightspeed Venture Partners y Sequoia Capital, cuya quinta etapa de crecimiento en China recaudó 1800 millones de dólares (el doble que la anterior), son muy prósperas. Los fundadores chinos siempre han ansiado captar la atención de algunos fondos extranjeros, pues los consideran la mejor opción para cotizar en las bolsas estadounidenses y en general están más dispuestos que sus homólogos chinos a respaldar ideas que tardan más tiempo en generar dinero. Sus fondos denominados en dólares son a diez años o más, mientras que quienes invierten en yuanes por lo regular esperan rendimientos en solo cinco años (la mayoría de las empresas extranjeras de inversión en primeras fases ahora también forman fondos en yuanes, lo que permite cotizar en mercados accionarios de China continental e invertir en más industrias). Los extranjeros no solo ofrecen cheques, sino también experiencia, en especial a las empresas emergentes deseosas de ampliar operaciones al extranjero.
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Para los inversionistas en capital de riesgo, China solía ser una plaza muy fácil, explica un inversionista establecido en Shanghái. “Tratabas directamente con los empresarios, no con el Estado. Llegaban socios inesperados, hacíamos algunos negocios con ellos y luego se iban”, comentó Zhou Wei, quien trabajó para Kleiner Perkins y afirma que las perspectivas eran especialmente prometedoras en los años en que se aplicaba la táctica de copiar los modelos exitosos de las empresas extranjeras en China, después de la llegada de las primeras empresas aproximadamente en 2005. De cualquier forma, siguió siendo bastante fácil por un tiempo. En 2018, China superó a Estados Unidos como el país con más rendimientos derivados de inversiones en primeras etapas (medidas con base en los rendimientos actuales de las inversiones), según la empresa de datos eFront. Ese año, empresas emergentes chinas participaron en siete de los diez convenios de capital de riesgo más lucrativos. YC describió a China como “una importante pieza faltante de nuestro rompecabezas” e hizo referencia al sueño de combinar “lo mejor de Silicon Valley y China”.
Por desgracia, para muchas empresas extranjeras, los días de gloria ya están en el pasado. Ahora deben competir con rivales nacionales, unos cuantos miles de incubadoras financiadas por el gobierno que se dedican a repartir dinero y recursos gratis a empresarios incipientes, y los gigantes chinos de internet, con su apetito voraz por los negocios. En una entrevista con los medios locales, Lu recordó de su temporada en YC que, aunque muchos empresarios chinos se sometieron a entrevistas difíciles, decidieron rechazar a los fondos extranjeros y optar, con el visto bueno de YC, por inversionistas chinos con bolsillos más grandes. William Bao Bean, socio en las oficinas de Shangái de la empresa estadounidense SOSV, opina que el tipo de cantidades que ayudan a recaudar empresas del calibre de YC no pasan de “un error de redondeo” en el mercado de inversiones en primeras etapas más competido del mundo, incluso en la temporada de “invierno de capital” que ha envuelto a China desde hace 18 meses y provocó que la actividad en 2019 se hundiera al nivel más bajo en cuatro años.
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Conseguir socios chinos conocedores es más difícil ahora, según Kuantai Yeh, de la enorme empresa china de capital de riesgo Qiming Venture Partners. Es posible que el flujo de talento haya cambiado de sentido. En 2017, Zhou y otros colegas que antes trabajaban para la sucursal china nada exitosa de Kleiner Perkins decidieron renunciar y constituir China Creation Ventures. El año anterior, el equipo de New Enterprise Associates abandonó la empresa para crear Long Hill Capital (New Enterprise ahora invierte en empresas emergentes chinas desde Silicon Valley). Por si fuera poco, las empresas emergentes chinas cada vez se dedican más a gustos locales idiosincráticos (buena suerte a quien quiera explicar el valor de una “red social móvil de karaoke” a las oficinas generales de California, señaló Zhou). Con razón diecinueve de las treinta empresas de inversión en primeras fases y en fases consolidadas más exitosas de China en 2018 fueron locales, según la revista Forbes.
La reciente disminución en el financiamiento tiene otras implicaciones. Si las rivales nacionales más pequeñas se ven muy afectadas, los fondos gigantes con mucho efectivo podrían tener cierta ventaja, incluso los extranjeros; pero nada parece indicar que vayan a aprovechar la oportunidad. China se ha convertido en una especie de “criptonita” en Silicon Valley, según Bean. Silicon Dragon, empresa rastreadora de noticias sobre inversiones en primeras etapas con oficinas en el valle, predice para este año que este tipo de inversiones se dividirán en operaciones en China y en Estados Unidos. Las empresas emergentes que reciben inversiones transfronterizas se preparan para la escasez de efectivo. Un inversionista veterano de una empresa con raíces extranjeras opina que los inversionistas estadounidenses ahora le preguntan al comité de inversiones de sus empresas de inversión en primeras etapas: “¿Necesitamos invertir en China?”. En cada vez más casos, la respuesta será “no”.
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