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¿Cuán profunda será la recesión en los países ricos?
En el periodo 2008-2012, durante la recesión que se presentó tras la crisis financiera global, la brecha se amplió a diez puntos.
![En la primera mitad de la década del 2000, la brecha anual promedio entre las tasas de crecimiento del PIB de los países ricos de mejor y peor desempeño fue de cinco puntos porcentuales. Foto/Freepik](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/36902226.jpg)
En la primera mitad de la década del 2000, la brecha anual promedio entre las tasas de crecimiento del PIB de los países ricos de mejor y peor desempeño fue de cinco puntos porcentuales. Foto/Freepik
Ahora que el virus está cambiando drásticamente la actividad productiva en todo el mundo, todos nos preguntamos cuán grave llegará a ser la situación. El 14 de abril, el Fondo Monetario Internacional advirtió que viviremos la recesión global más profunda en casi un siglo.
Por desgracia, la pandemia es tan grave y existe tanta incertidumbre en torno a la duración de los cierres de emergencia que los modelos de los economistas, desarrollados con base en ciclos de negocios de la era de la posguerra, no son útiles.
Algunas empresas, como Starbucks y Dell, ya retiraron sus expectativas de beneficios para el año y ni siquiera se aventuran a hacer la más mínima predicción sobre lo que ocurrirá en el futuro.
No obstante, con todo y que el panorama está nublado, parece existir una certeza: algunas economías sufrirán mucho más.
Las crisis económicas dejan al descubierto y exacerban las debilidades estructurales de los países. Un análisis de cinco décadas de datos del producto interno bruto (PIB) realizado por The Economist reveló que las tasas de crecimiento en los países ricos tienden a converger durante las expansiones, pues el impulso acarrea incluso a las economías más débiles.
Por el contrario, durante las recesiones, el desempeño diverge muchísimo.
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En la primera mitad de la década del 2000, la brecha anual promedio entre las tasas de crecimiento del PIB de los países ricos de mejor y peor desempeño fue de cinco puntos porcentuales.
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En el periodo 2008-2012, durante la recesión que se presentó tras la crisis financiera global, la brecha se amplió a diez puntos.
Esta recesión no será distinta. Tres factores deberían influir para separar los resultados económicos malos de los desastrosos: la estructura industrial de cada país, la composición de su sector corporativo y la efectividad del estímulo de sus finanzas públicas.
The Economist tomó indicadores de estos factores para clasificar, grosso modo, la exposición de 33 países ricos a la recesión.
Algunos, como los del sur de Europa, parecen mucho más vulnerables que Estados Unidos y los países del norte de Europa. Hablemos, en primer lugar, de la estructura industrial.
Los cierres de emergencia afectarán muchísimo a los países que dependen de actividades que emplean mucha mano de obra. Aquellos que tienen un amplio sector de construcción, como países de Europa central, lucen vulnerables.
También parecen vulnerables aquellos que dependen del turismo, sector responsable de uno de cada ocho empleos no financieros en el sur de Europa. En cambio, aquellos que tienen grandes industrias mineras, que requieren menos mano de obra, quizá tengan mejores resultados.
En este aspecto, Canadá parece estar relativamente protegido.
La estructura industrial también influye en la proporción que pueden trabajar desde casa y, en consecuencia, pueden evitar la peor interrupción causada por el confinamiento.
En un documento publicado el 10 de abril, Jonathan Dingel y Brent Neiman, de la Universidad de Chicago, calcularon que es posible que el 45% de los trabajos en Suiza puedan realizarse por completo desde casa.
Debido a que muchos suizos trabajan en industrias como la de finanzas, en realidad solo necesitan una computadora portátil para hacer su trabajo.
Menos de un tercio de los empleos de Eslovaquia, que es un gran centro manufacturero, pueden realizarse remotamente; trabajar desde casa también es difícil en el sur de Europa.
Investigaciones realizadas por el sitio web de búsqueda de empleos Indeed y el banco central de Irlanda han descubierto que, desde el inicio de la pandemia, los países en los que el trabajo desde casa es menos preponderante han sufrido caídas más pronunciadas en el número de anuncios de empleo en línea.
La forma del sector corporativo es el segundo aspecto por considerar.
Es más probable que las economías con una gran proporción de empresas pequeñas sufran más con los cierres prolongados.
Por lo regular, las pequeñas empresas tienen pocas reservas de efectivo, por lo que les resulta difícil sobrevivir una sequía de utilidades.
Casi la mitad de los italianos y los australianos trabajan para empresas con menos de diez empleados, en comparación con la quinta parte en el caso del Reino Unido y una proporción todavía menor en Estados Unidos.
El tercer factor determinante del sufrimiento económico por venir es la naturaleza del apoyo presupuestario.
Los países ricos han puesto en marcha medidas de estímulo de una escala sin precedentes.
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Incluso el cálculo más conservador indica que estos paquetes son de más del doble de los aplicados en el periodo 2008-2009.
La mayoría de los cálculos indican que el apoyo ofrecido en Estados Unidos y Japón es el más generoso como proporción del PIB; los inversionistas, que consideran a sus activos como refugios, no tienen el menor problema en otorgar el financiamiento necesario.
En cambio, algunos gobiernos de la eurozona con deudas considerables son más precavidos, quizá porque los limita el temor de que, al ser miembros de una unión monetaria, solo cuenten con el respaldo parcial del banco central.
El impulso promedio a las finanzas públicas en Francia, España e Italia, como proporción del PIB, es de alrededor de la mitad del que ha aplicado Alemania.
Por otra parte, el diseño del estímulo es igual de importante que sus dimensiones. En general, los países ricos han optado por dos enfoques para preservar la calidad de vida.
Algunos se han concentrado en suplementar el ingreso de cada hogar.
Estados Unidos envía cheques a las familias y es más generoso con la ayuda por desempleo; Japón ofrece ayuda a los necesitados.
En contraste, el principal objetivo de la política en el norte de Europa y Australia es mantener el empleo mediante subsidios a los salarios.
En situaciones normales, que el gobierno se comprometa a proteger el empleo es una mala idea, pues evita que los empleados se trasladen de sectores debilitados, lo que demora la recuperación.
No obstante, es posible que la recesión del coronavirus sea diferente.
Si los cierres de emergencia se levantan pronto, algunas economías europeas podrán reanudar la producción rápidamente.
En otras regiones, los trabajadores tendrán que buscar trabajo y los patrones tendrán que contratar.
A algunos trabajadores de Estdos Unidos tal vez incluso les convenga más seguir recibiendo subsidios por desempleo que encontrar trabajo; según Noah Williams, de la Universidad de Wisconsin-Madison, en seis estados esa ayuda podría ser equivalente a más del 130% del salario promedio.
En ese caso, después de que se levanten los cierres de emergencia, el PIB tardará más en regresar al nivel que tenía antes de la pandemia.
En vez de provocar unos cuantos meses de problemas, el daño podría ser mucho más duradero.
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