Mundo de Negocios
Cómo evitar el saludo de mano
- Amy Gallo
Antes de ir a una reunión o saludar a alguien nuevo, piense qué es lo que hará.
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Ilustrativa. (Pixabay)
La semana pasada volé a una conferencia en Kentucky. Después de leer todas las precauciones acerca de los viajes, diligentemente limpié mi asiento y mesa del avión y empaqué mucho desinfectante de manos. Sin embargo, cuando llegué a la conferencia me encontré en una situación incómoda. Después de presentarse, muchas de las personas a las que encontré, me extendieron su mano para saludarnos.
Las primeras veces que sucedió, por temor a ofender a alguien, los saludé de mano (y después me iba directo a la estación de lavado de manos), pero después de un tiempo me sentí más cómoda declinando la oferta de saludo – algunas veces verbalmente y otras en formas más sutiles. Considerando lo rápidamente que está evolucionando la situación del COVID-19, me alegra haberlo hecho.
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Durante las siguientes semanas y meses, ¿cómo navegar esta situación potencialmente incómoda? He aquí algunas cosas a tener en mente:
— Aceptar que se sentirá incómodo: Los saludos pueden tener mucho peso. Usted pudiera preocuparse de estar generando una mala impresión o enviando un mensaje poco amigable. Esto puede ser incluso más desafiante en culturas donde se espera que la gente demuestre respeto a la persona de mayor estatus. Esto pudiera resultar en un incómodo baile en el que tratan de descubrir con qué señal se sienten conformes los dos - ¿un choque de puños? ¿chocar codos? ¿solo un gesto con la mano o una inclinación? — y quién debería seguir el liderazgo de quién.
— Decidir de antemano con qué se sentirá cómodo: Antes de ir a una reunión o saludar a alguien nuevo, piense qué es lo que hará. Tener un plan le dará confianza y potencialmente volverá menos incómoda la situación. En la conferencia de la semana pasada, me acostumbré a mantener mi mano en el bolsillo y decir, con una sonrisa, “supongo que se supone que ya no nos saludemos de mano.” Esa frase ayudó a reencuadrar lo que pudiera ser visto como un rechazo para que sea un reconocimiento compartido de la situación actual.
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— Usar el humor para diluir la incomodidad: Ya que está incumpliendo una norma, puede ser útil aligerar la situación. En el viaje de avión al regresar de mi conferencia, el hombre que estaba sentado junto a mí sacó su toallita desinfectante al mismo tiempo que yo, chocando accidentalmente los codos. Él dijo “esto es lo que hacemos ahora,” lo que fue suficiente para hacernos reír a ambos — y hacernos sentir que estamos en esto juntos.
— Evitar los juicios: Algunas personas esperan un saludo de mano, otras prefieren chocar codos, otros quieren evitar el contacto por completo. Probablemente hay buenas razones para su decisión, como un problema de salud subyacente o sus antecedentes culturales. Andy Molinsky, profesor en Brandeis y autor de “Global Dexterity: How to Adapt Your Behavior Across Cultures Without Losing Yourself in the Process”, recomienda recordarse a usted mismo en esos momentos que “no hay juicio, simplemente estamos en distintos extremos del espectro”.
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Aplazar los juicios y no preocuparse acerca de lo que los demás piensen de usted siempre es un buen consejo, y es especialmente importante ahora que el estrés y la ansiedad están intensificados. Haga lo que le parezca cómodo, y asuma que los demás lo entenderán. Después de todo, estamos en esto juntos.
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