Alerta con las llamadas de numeración 800
Publicado 2004/05/18 23:00:00
- Katherine Miranda O.
Se ha hecho popular que las empresas contraten líneas de llamadas con la numeración 800, para múltiples fines.
Estas empresas reciben una parte sustancial del importe que paga el usuario por minuto, por lo que siempre intenta retenerle el mayor tiempo posible al aparato.
El servicio es ejercido de forma legal si en el anuncio se da a conocer con claridad tanto el número de teléfono como su costo por minuto. Sin embargo, algunas empresas a confundir y engañar al consumidor mediante diversos métodos.
Entre estos métodos se cuentan el separar las dos primeras cifras del resto de números para dar la impresión de que se trata de un prefijo provincial cualquiera o, simplemente, no informar del costo.
Es por esto que conviene estar alerta cuando se trata de anuncios de números 800 en los siguientes casos:
Generalmente son publicadas en las páginas de empleo de los diarios. El teleoperador realiza un largo cuestionario al usuario con el único objetivo de prolongar la llamada. Tenga cuidado, pues el trabajo ofrecido podría no existir.
El usuario recibe una carta, llamada o correo electrónico donde se le informa de que ha ganado un regalo. Para obtener más información, facilitan un número 800, donde se le retiene con un mensaje grabado, se le cita a una presentación comercial, o se le hace llegar su regalo, siempre con unos gastos de envío sospechosamente altos o mediante el abono de unos gastos de gestión, etc.
El usuario no es atendido por el promotor del anuncio, sino por un equipo de operadores con una gran habilidad para retener la llamada el mayor tiempo posible.
El usuario recibe un correo electrónico de una empresa desconocida, donde se le anuncia que se va a cargar en su tarjeta de crédito una compra que, en realidad, no ha realizado. Para subsanar errores, facilita un número 800, donde habitualmente, se encuentra una grabación que invita al usuario a mantenerse a la espera al encontrarse saturadas las líneas.
Son cada vez más frecuente en las televisiones. El precio de la llamada aparece en letra pequeña o, durante un lapso de tiempo muy breve, se retiene al usuario con grabaciones muy largas que ha de escuchar antes de dejar el mensaje. Tampoco se informa de la hora límite para participar y puede ocurrir que se acepten llamadas, incluso, después de haber entregado el premio.
En el anuncio se presentan como conversaciones en directo aunque, en ocasiones, el usuario se encuentra con una simple grabación.
Presuntos profesionales ofrecen atención médica, psicológica, etc. a través de un 800. El usuario no tiene forma de comprobar quien está al otro lado del teléfono y si es realmente un profesional cualificado.
Independientemente del servicio, llamar a un número de teléfono que comienza por cualquiera de las cifras señaladas tiene un alto coste para quien realiza la llamada, frecuentemente entre dos dólares, más el costo del minuto.
La empresa que ha contratado el número recibe una parte sustancial de este importe, por lo que siempre intenta mantener al usuario al aparato el mayor tiempo posible.
Estas empresas reciben una parte sustancial del importe que paga el usuario por minuto, por lo que siempre intenta retenerle el mayor tiempo posible al aparato.
El servicio es ejercido de forma legal si en el anuncio se da a conocer con claridad tanto el número de teléfono como su costo por minuto. Sin embargo, algunas empresas a confundir y engañar al consumidor mediante diversos métodos.
Entre estos métodos se cuentan el separar las dos primeras cifras del resto de números para dar la impresión de que se trata de un prefijo provincial cualquiera o, simplemente, no informar del costo.
Es por esto que conviene estar alerta cuando se trata de anuncios de números 800 en los siguientes casos:
Generalmente son publicadas en las páginas de empleo de los diarios. El teleoperador realiza un largo cuestionario al usuario con el único objetivo de prolongar la llamada. Tenga cuidado, pues el trabajo ofrecido podría no existir.
El usuario recibe una carta, llamada o correo electrónico donde se le informa de que ha ganado un regalo. Para obtener más información, facilitan un número 800, donde se le retiene con un mensaje grabado, se le cita a una presentación comercial, o se le hace llegar su regalo, siempre con unos gastos de envío sospechosamente altos o mediante el abono de unos gastos de gestión, etc.
El usuario no es atendido por el promotor del anuncio, sino por un equipo de operadores con una gran habilidad para retener la llamada el mayor tiempo posible.
El usuario recibe un correo electrónico de una empresa desconocida, donde se le anuncia que se va a cargar en su tarjeta de crédito una compra que, en realidad, no ha realizado. Para subsanar errores, facilita un número 800, donde habitualmente, se encuentra una grabación que invita al usuario a mantenerse a la espera al encontrarse saturadas las líneas.
Son cada vez más frecuente en las televisiones. El precio de la llamada aparece en letra pequeña o, durante un lapso de tiempo muy breve, se retiene al usuario con grabaciones muy largas que ha de escuchar antes de dejar el mensaje. Tampoco se informa de la hora límite para participar y puede ocurrir que se acepten llamadas, incluso, después de haber entregado el premio.
En el anuncio se presentan como conversaciones en directo aunque, en ocasiones, el usuario se encuentra con una simple grabación.
Presuntos profesionales ofrecen atención médica, psicológica, etc. a través de un 800. El usuario no tiene forma de comprobar quien está al otro lado del teléfono y si es realmente un profesional cualificado.
Independientemente del servicio, llamar a un número de teléfono que comienza por cualquiera de las cifras señaladas tiene un alto coste para quien realiza la llamada, frecuentemente entre dos dólares, más el costo del minuto.
La empresa que ha contratado el número recibe una parte sustancial de este importe, por lo que siempre intenta mantener al usuario al aparato el mayor tiempo posible.
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