Humberto López Cruz
‘Panamá tiene que apoyar su arte’
Los nuevos escritores están siendo un poco más ambiciosos. Lo de antes servía y cumplió un propósito, ahora eclosiona una nueva corriente. Es imperativo que los escritores, la literatura, trascienda las fronteras del país para que sea descubierta por el mundo, estima el experto.
Perfil
- Nombre: Humberto López Cruz. Es poeta, narrador, ensayista, catedrático, crítico literario.
- Nació en Cuba y reside actualmente en Orlando, Florida.
- Profesión: Profesor de Modern Languages & Literatures en la University Of Central Florida.
- Publicaciones: Virgilio Piñera: el artificio del miedo. Introduction and Bibliography. Guillermo Cabrera Infante: el subterfugio de la palabra, entre otros.
Pocas horas después de arribar por quinta vez a Panamá, el profesor cubano-americano Humberto López Cruz sostuvo un conversatorio con estudiantes y amigos de las letras en Panamá. Al término del mismo se presta a conceder una entrevista con miles de libros de la biblioteca de la Usma a sus espaldas, no sin antes advertir que lo suyo no son las apariciones mediáticas, pero si de contribuir a difundir la literatura panameña se trata, con gusto se somete a cualquier interrogatorio.
Para mayores señas, Humberto López Cruz es profesor de la University of Central Florida, donde dicta cursos sobre Lengua Moderna y Literatura. Allí tuvo contacto con los textos de algunos escritores panameños y, por consiguiente, con la literatura de este país, de la cual se ha erigido en estudioso y admirador.
Es por ello por lo que esta semana, en uno de los dos conversatorios que tuvo, se refirió a "Mi experiencia con las letras panameñas desde la Florida".
El tiempo le ha permitido entender gran parte de la realidad de las letras del Istmo y hacerse algunos juicios de valor al respecto.
En ese sentido habla de la imperiosa necesidad de que la literatura de Panamá trascienda las fronteras físicas y temáticas. Para ello, estima que son necesarios el apoyo mutuo a nuevos y experimentados escritores y, por supuesto, el auspicio oficial.
¿Qué lo ha hecho tan amigo de la literatura panameña?
La pluralidad étnica que hay en Panamá. Me interesa que llegue fuera del país, porque así mismo como yo la descubrí y me interesó muchísimo, estoy seguro de que allá fuera no solo hay estudiantes, sino colegas que se van a interesar.
En ese estudio que ha realizado de los escritores panameños, ¿qué puntos clave ha descubierto?
Me interesa cómo estos individuos narran la nación. Al tiempo que reescriben la historia, van narrando la nación y es importante porque Panamá se reescribe cada vez que hay una nueva lectura.
¿Puede precisar alguna constante dentro de la narrativa de los escritores que ha estudiado?
Insisto que narran la nación. Panamá siempre es protagonista de los textos y esa es una de las razones por las que me interesa. Ahora quiero saber más porque el Canal, el centenario, lo rural era lo que aparecía en todos estos textos. Yo lo que estoy viendo ahora es que eso se está como dejando atrás. Los nuevos escritores están siendo un poco más ambiciosos. Lo de antes servía y cumplió un propósito fundamental, pero esos escritores que anteriormente dejaban su narrativa en el Istmo ahora la exportan, la han convertido en una literatura extravertida. Ya no es como antes, ya no hay la relación norte-sur, ahora estamos hablando de una relación a través de los océanos, transoceánica. Y muchos escritos panameños empiezan a apuntar hacia allá.
A su juicio, ¿qué ha llevado a esa transformación?
Yo creo que la madurez del individuo. El individuo ha cambiado. Un país de 100 años de república independiente, con sucesos que se dieron generación tras generación, tiene que ir madurando, matizando esas experiencias y como quiera que sea, la literatura en este caso, está actuando como fiel representante de esos eventos.
¿Hasta qué punto la literatura panameña puede insertarse en el ámbito comercial, que también tiene su rol en todo esto?
Yo en esa parte me inclino, porque no tengo ningún ápice de comerciante. Ahora, para ser comercial tiene que ser conocida, y esta literatura panameña tiene que salir fuera del Istmo. Ese es el problema, Panamá tiene que hacer un esfuerzo y apoyar su arte.
Existen esfuerzos individuales, pero ¿qué recomendaría para que actuemos como país en el logro del propósito que usted menciona?
Yo creo que es lo que han venido diciendo los escritores panameños por décadas: necesitan apoyo. Del Instituto de Cultura, del Ministerio de Educación; es decir, un reconocimiento del talento. Que no me digan que no hay talento, porque talento hay, pero ese talento hay que moldearlo, auspiciarlo y hay que ver los frutos que van a cosechar gracias a ese talento.
Figuras como Rosa María Britton, Juan David Morgan y Ramón Fonseca Mora han trascendido las fronteras.
¿Por qué no sucede lo mismo con otros, especialmente los nuevos?
Esa generación nueva es la que me interesa. Tenemos por ejemplo a Carlos Wynter, que es uno de los escritores que más promete en América Latina, tengo textos de él que voy a entregar en la biblioteca de mi universidad.
Imagino que su contacto con la literatura panameña implica algún nivel de crítica.
¿Qué comparación pudiera hacer entre los nuevos escritores y los más experimentados?
Hay escritores panameños que están consagrados. Cuando se habla de literatura, tengo que hablar de Rogelio Sinán, Ricardo Miró y de Enrique Jaramillo Levi, que es un embajador de la cultura. Se puede acceder a la mayoría de las obras de estos individuos en línea. Es a los que vienen atrás a los que debemos ver. Es cierto que Rosa María Britton y Ramón Fonseca Mora salen de las fronteras, vamos entonces a pensar en esta nueva ola joven que está escribiendo y estos mismo escritores tienen que virarse y ayudarlos a que surjan también.
¿Y lo están haciendo ellos?
Eso no lo sé. Sé que Ricardo Ríos Torres está ayudando mucho a los jóvenes, si no es por las misivas que recibía del profesor, yo no tuviera el contacto que tengo con Panamá.
Muchos de los escritores jóvenes escriben por afición, porque les gusta.
¿Cómo hacer para estimularlos para que aspiren a verse dentro de la aldea global y no solo dentro de los límites locales?
Todo depende de la facilidad que tengan y que puedan utilizar más tiempo para escribir. Que no sea una afición solamente. Todos tienen que comer, y por eso se dedican a otros menesteres. Las entidades oficiales pudieran tomar el papel de auspiciar a estos escritores.
¿Ha identificado alguna escuela o corriente definida entre la generación actual de escritores panameños?
De los que pude conocer como resultado del círculo de lectura de la Usma, veo que hay individuos que estaban escribiendo sin inhibiciones, están escribiendo porque no tenían ningún tipo de patrón preconcebido ni esquemas que satisfacer ni complacer. Estaban escribiendo de su propia inspiración, de sus propias inquietudes y eso es muy auténtico. Yo le garantizo que con el correr del tiempo, individuos como Javier Alvarado, que ha ganado muchos premios, y otros, van atizando su trabajo, van aprendiendo y madurando porque la labor del conocimiento y la escritura son permanentes. El pensamiento no puede ser estático, sino dinámico.
¿Son fáciles de adquirir en Orlando, por ejemplo, las obras de la literatura panameña?
No. Hace falta que cuando las personas lleguen a un lugar y quieran adquirir textos panameños, tengan un lugar donde aparezcan. Que no sea difícil acceder a ellos. No hay un sitio donde se pueda acceder a ellos por cajas, hay que dar facilidades en los aranceles aduaneros con el propósito de que los estudiantes y los lectores corrientes tengan acceso a los libros.
¿Qué otras recomendaciones haría?
Panamá tiene que apoyar a sus valores de la literatura de la misma forma en la que, estoy seguro, apoyan a otras ramas. Del Panamá que vi hace ocho años, hay un cambio del día a la noche, pero hay que apoyar.
Así como se auspician otras ramas del intelecto, hay que respaldar a las humanidades que son importantes en cualquier sociedad.
Por lo que ha visto, ¿considera que la literatura de Panamá está al mismo nivel de la región?
Sí y no. Sí, porque no tienen nada que envidiarles a otros países. No, porque lo que hace falta es difundir la creatividad literaria panameña, más allá de las fronteras del Istmo.
López Cruz y su relación con la literatura de los panameños
A juicio del profesor Ricardo Arturo Ríos Torres, Humberto López Cruz es un gran promotor cultural del Panamá Literario en los Estados Unidos.
Para sustentar su punto de vista pone sobre la mesa algunas publicaciones del profesor como Asedio a Panamá: su literatura (Círculo de Lectura de la Usma, 2002), Encuentro con la literatura panameña (Círculo de Lectura de la Usma, 2003), Panamá. Letras de hoy (Círculo de Lectura Guillermo Andreve, 2005), Rosa María Britton, ante la crítica (Editor. Madrid: Verbum, 2007).
Recientemente, ha publicado artículos como “Destruyendo la frontera corporal: el rescate del cuerpo femenino en La segunda ley de Javier Riba Peñalba”, “Revisando la nación panameña en las primeras novelas de Ramón F. Jurado” y “Rastreando la contemporaneidad literaria panameña: Ramón F. Jurado, el blog y la novela policíaca”.
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