Locutores, la voz de los sin voz
- Héctor Collado (Escritor)
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Cuando en Panamá todo era en blanco y negro, en la televisión y en lo cotidiano también. Los sucesos de 1968 ya eran historia.Mientras se ...
Cuando en Panamá todo era en blanco y negro, en la televisión y en lo cotidiano también. Los sucesos de 1968 ya eran historia.Mientras se ...
Cuando en Panamá todo era en blanco y negro, en la televisión y en lo cotidiano también. Los sucesos de 1968 ya eran historia.
Mientras se nivelaban las aguas en casa contábamos con un televisor que se encendía al mediodía y a la noche solamente.
De alguna manera se abría una ventana para ver "El mundo al instante"? La delicia era El Show de Blanquita Amaro. Al programa llegaban grupos desconocidos que luego se convertían en estrellas: El Gran Combo, Willie Colón, Héctor Lavoe? Los amiguitos de Roblán. Luego vino El Show de la Una, ahí brilló: Marcela Troesch, Marta Estela Paredes, Anayansi, Solinka, los Combos Nacionales, la inmensa Bárbara Wilson.
Por la década del setenta y con la música Seventy-six trombones de Meredith Wilson, como rúbrica de entrada, se anunciaba el noticiero de las seis y aparecía el señor Carrizo diciendo las noticias seguido del señor Mario Velásquez con unos editoriales que me impresionaban. La publicidad de cartón, pero ingeniosa y fina. ¿Alguien recuerda la del robot Lavasol?
Los locutores de noticia en el otro canal: "Fat" Fernández, que aparecía con una botellita de cerveza, "la piponcita" le puso Juan Carrete, o con la publicidad del café: "No hay nada más sabroso que saborear bien calientito el café...". Acude a mi memoria la voz sosegada de Jorge Carrasco. Botello, Tomy Cupas, Chéquele Samudio, en los deportes, sobre todo en boxeo. Esas voces se nos hicieron familiares. Igual que algunos programas de radio como "Entre monte y cielo" o aquel otro que dejaba mensaje a los interioranos, lo transmitían por Radio Mía, que además en las noches programaba una ronda de aficionados al canto. Los premios eran modestos, recuerdo, pero resolvían a la gente sencilla que se aventuraba. Qué decir de las radionovelas de RPC: Renzo el gitano.
Otros programas de la época Los Locos Adams, contraparte del mediodía de La Familia Monsters, hacían las delicias de todos. Teófilo Tuñón Herazo, el hombre del tiempo. Y, qué decir de Sábados con Martínez Blanco, un maratón en el que el maestro regañaba a los participantes que perdían por lentos.
Grandes voces de personajes que son pilares de la radio, la televisión y la publicidad panameñas que merecen ser reconocidos... No como los idiotas de ahora, lo digo con todo y respeto, que se llaman dejotas, arrogantes que se la pasan "levanta la mano..." y haciendo chistes de doble fondo y ponches groseros.
Hagan memoria, la historia ha dejado lecciones en esta materia y es necesario volver por ese sendero.
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